Por: Mariana Chapotot
Francisco “Pancho” Maggio nació el 27 de julio de 1972. Desde chico fue un apasionado por el rugby. A los 17 años, cuando jugaba para el San Isidro Club frente al Belgrano Athlethic, sufrió una lesión irreversible que lo dejó cuadripléjico.
La cancha estaba embarrada tras intensas lluvias, él formaba de pilar en un scrum que se derrumbó y varios jugadores cayeron encima de su cuerpo. Lo atendieron rápidamente y lo llevaron a la clínica Mater Dei, en donde fue operado por el Doctor Jorge Salvat.
Pancho sufrió el aplastamiento de la cuarta y quinta vértebra. Estuvo internado 45 días y luego comenzó una rehabilitación en ALPI, donde permaneció 7 meses. Como consecuencia de la intervención y la rehabilitación logró la movilidad de sus miembros superiores.
Obtuvo un alta transitoria para que pudiera participar de una gira con todos sus compañeros de rugby a los Estados Unidos y Canadá. Viajó en compañía de su Padre, Jorge, y aprovechó para hacer consultas sobre su salud en la Universidad de Stanford. El diagnóstico fue el mismo que en la Argentina: cuadriplejia.
A su regreso empezó una rehabilitación en su casa todos los días con la terapista física Carola Blanco, directora de CERENE (Centro de Rehabilitación Neurológica). Consiguió retomar sus estudios en el Colegio Labarden y rindió 5º año libre, recibiéndose de bachiller en 1991.
Pancho siempre tuvo la vocación de ser arquitecto. Pero tras la lesión sus sueños se alejaban. Hasta que se contactó con el Dr. Antonio Battro, una eminencia en informática, quien le comentó que muchas cosas podían lograrse a través de la computación. Fue entonces que Francisco se entrevistó con el Secretario Académico de la UBA y comenzó su carrera. Solo le faltaron dos finales para recibirse.
Él siempre luchó por lo que quiso. Siempre reconoció que no le quedó rencor por su lesión y que el rugby fue parte de su vida. Desde su lugar fue uno de los creadores de la Fundación Rugby Amistad, (www.rugbyamistad.org.ar), cuyo objetivo es acoger a todos los jugadores que sufrieron lesiones irreversibles por el rugby.
También fundó el Virreyes Rugby Club, un emprendimiento que nació en el 2002 y que tiene como finalidad proponer al deporte como herramienta para desarrollarse socialmente a través de la práctica deportiva, integración y educación. Allí también se desempeñó como entrenador de las divisiones juveniles.
Pancho falleció el 26 de enero del 2014. En su memoria, el mismo club que él había ayudado a construir desde de la nada quiso homenajearlo. Por eso hoy, 17 de mayo, se bautizó a la cancha 1 con el nombre de Francisco Pancho Maggio.
Francisco “Pancho” Maggio fue, sin dudas, un ejemplo de lucha constante. Más allá de las grandes adversidades, nunca abandonó sus sueños. Una persona amable y batalladora que el rugby recordará por siempre.