“Hagan sus apuestas señores… No va más”. ¿Pero para quién no va más? Tal vez sea para los apostadores en casinos reales o en agencias de lotería, porque la realidad indica que la cantidad de dinero colocada en pronósticos deportivos en Internet no para de crecer en todo el mundo.
¿Cómo saldrá el partido? ¿Quién convertirá el primer gol? ¿Cuántos tiros de esquina tendrá cada uno de los equipos? Aunque usted no lo crea, estos son apenas tres de los ítems en los que se puede apostar online para un evento deportivo desde cualquier parte del mundo, y con tan sólo un click en su computadora. El único requisito es abrir una cuenta dentro del sitio web en el que se juega, donde se depositará el monto que desee el apostador tomándolo de su tarjeta de crédito.
El mercado mundial de este rubro está liderado por firmas como Bwin, Bet365, Mi Apuesta, William Hill, Interwetten, Betfair y Ladbrokes. Entre estas siete casas, y varias otras alrededor del planeta, manejan una gigantesca suma de dinero que tan sólo en el ámbito de la Unión Europea alcanza los 9.000 millones de euros (11.500 millones de dólares) al año.
Justamente es esta gran masa de “efectivo” virtual la que desde hace un tiempo ha puesto en alerta a los organismos recaudadores a nivel nacional de cada país. Esto como consecuencia de que las empresas de apuestas deportivas por Internet han establecido su dirección real en paraísos fiscales como Gibraltar, Luxemburgo o Suiza, con la intención de eludir al “Gran Hermano” impositivo y así incrementar sus jugosas ganancias.
Esta recepción del dinero invertido por los apostadores en lugares tan remotos del planeta, lo cual facilita el lavado de dinero, y el incesante fraude vinculado al arreglo de partidos, han llevado a que la Comisión Europea aprobara el 23 de octubre pasado un plan para luchar contra ambos flagelos que sacuden al bloque regional compuesto por 27 países.
Por el momento, esta movida de la CE incluye tres recomendaciones. Una es la de tratar de impulsar medidas contra la manipulación del resultado de los encuentros, con el objetivo de evitar que los deportistas o los empleados de los clubes puedan participar de los pronósticos “virtuales”.
Otro de los consejos del órgano con sede en Bruselas para sus asociados ha sido la posibilidad de extender al juego online la aplicación de las leyes que castigan el lavado de dinero. Mientras que la tercera sugerencia de la Comisión Europea es la de intentar disminuir el riesgo de ludopatía (la adicción al juego), que según datos oficiales podría afectar hasta al 3% de los habitantes del Viejo Continente. En este sentido, una de las principales medidas será impedir que los menores de edad puedan realizar apuestas deportivas y de cualquier otro rubro por Internet.
Casi siete millones de personas juegan a través de la web dentro del bloque regional, y en su mayoría esas apuestas son de pronósticos deportivos. Y si bien muchas de las páginas en las que se llevan a cabo esas transacciones están reguladas, hay miles de otras que no lo están, muchas de ellas fuera del alcance de los radares europeos. El fácil acceso a estos sitios hace prever unos ingresos anuales en la UE de 13.000 millones de euros (el equivalente a US$ 16.600 millones), con una suba de casi el 15% cada 12 meses. Una serie de cifras que reafirman lo lejos que el famoso “no va más” está del mundo de las apuestas virtuales.