Se acaba el verano de capital barato y de fácil acceso para América Latina. ¿Por qué? ¿Qué está pasando?
La Reserva Federal de los EEUU viene impulsando hace cinco años una política de dinero barato. ¿Cómo? Prestándole a los principales bancos a tasas muy cercanas cero y al mismo tiempo empujando los precios de los bonos hacia arriba. Esto es lo que se ha llamado tantas veces “Quantitative Easing”. No es algo muy distinto a imprimir dólares sin respaldo. (Pueden leer ampliamente de este tema en cualquier nota de Internet).
Esta política monetaria favoreció a América Latina en los últimos años. ¿Por qué? Porque en lugar de tener dólares en plazos fijos en los EEUU que pagaban tasas cercanas a cero, convenía tener ese dinero invertido en plazos fijos en reales, pesos colombianos, pesos chilenos u otras monedas de la región. Esto es lo que comúnmente se denomina “carry trade”. En lugar de tener el dinero estacionado en dólares, se lo estaciona en otra moneda que pague más “carry”.
Queda para todos claro que conviene ganar el 5% en lugar del 1%. Pero veamos además el siguiente escenario: muchas instituciones que tienen dólares por los cuales les pagan 1% en plazo fijo, deciden comprar reales por los que se les paga un 5% en plazo fijo. En esta situación, tenemos que se ganará el 5% en reales, pero dado que hay muchos participantes del mercado implementando la misma estrategia, el valor del real aumenta, porque hay muchos dólares entrando a Brasil en busca de esos reales. Este es el mundo ideal: se gana el 5% como “carry” y además, se gana por la apreciación de la moneda. El problema está cuando…
¿Qué hecho puede revertir este “círculo virtuoso”? Que lo que se pague por los plazos fijos en dólares empiece a aumentar. ¿Está pasando esto? Si. Se está revirtiendo la ecuación: las tasas de interés en los EEUU han subido sin interrupción aún cuando Bernanke se cansó de decir que haría “todo lo necesario” por mantenerlas bajas:
El gráfico muestra como la tasa a 10 años pasó de 1,44% a 2,88% en el último año. Y la tendencia es marcádamente alcista.
Con eso, toda la maquinaria que antes configuraba el “circulo virtuoso” se pone en reversa. Salen los dólares de todos aquellos países que hayan ofrecido tasas atractivas para invertir en plazos fijos. Estrictamente se van los dólares de casi cualquier otra inversión que tenía sentido ajustando el retorno por el riesgo que imponía. ¿Por qué? Porque ahora, a igual nivel de riesgo, el dólar paga más.
Este es un proceso que se da gradualmente y que eventualmente puede acelerarse. Cuando se acelera, todos quieren salir por la misma puerta y las monedas locales aceleran su pérdida de valor.
Naturalmente no todos los países se ven afectados el mismo modo y por eso, decidí reunirlos en 5 (cinco) grupos diferentes.
Puede leer el final del artículo en Carta Financiera.