Cuando parecía que el amor por los metales preciosos se desvanecía por completo, sucede la sorpresa. Fuera de cualquier pronóstico, la plata subió un 32,60% y el oro un 17,10% si combinamos las subas de julio y agosto. ¿Qué pasó?
Cuando se está hablando de que la Fed se encuentra próxima a terminar su programa de impresión de dinero para estimular la economía (comúnmente conocido como “Quantitative Easing”), el mercado de los metales preciosos responde con un contundente “No les creemos”. Y aquí dos grandes interpretaciones:
1. No creemos que efectivamente vayan a detener la impresión de dinero porque la economía aún está débil.
2. Dado que Japón y China están vendiendo ingentes cantidades de bonos, van a tener que prolongar forzosamente el programa de compra de bonos para empujar nuevamente las tasas hacia cero. Y eso será lo mismo que un nuevo programa de inyección de dinero, sólo que aún más grande. Por eso se está diciendo que se esta dando una “Fuga récord de los bonos de EEUU”.
En cualquier caso, hay que escuchar a los precios. Y en este caso, están siendo bien claros: los metales preciosos están lejos de darse por muertos.
Uno de los hechos clave a los que hay que prestar atención es lo que sucede con las entregas de oro y plata. Cuando alguien compra un futuro de oro o plata, puede elegir que al final del contrato lo compensen por la variación de precio (si es que estaba especulando y buscaba obtener una diferencia) o puede exigir la entrega física del metal.
Y esto es lo que más está llamando la atención: en lo que va de 2013, existió un retiro físico de 2 millones de onzas de oro. Tan es así que se dice que el JP Morgan ya casi no tiene oro físico. ¿Quiénes han sido los grandes compradores? India y China.
Esto no debería sorprendernos mucho. E incluso se habla de un posible fraude en el mercado del oro, ya que no parece haber oro físico para respaldar el oro que deberían tener ETFs como el GLD. Puede leer tambien “¿Fraude en el mercado de oro?“.