Por: América Directo
En diálogo con América Directo, el neurocientífico Facundo Manes explicó los beneficios de aprender un idioma y por qué la memoria disminuye con el tiempo.
“Entre el fin de la segunda década de la vida y principios de la tercera empezamos a olvidarnos de ciertas cosas por un proceso natural. Es normal que haya ido al cine y no me acuerde una parte de la película, pero si no recuerdo que fui al cine ya es un olvido patológico y hay que consultar al médico”, sostuvo Facundo Manes ante una de las preguntas de los espectadores de América Directo.
“Olvidar cosas es normal y necesario para adquirir nueva información. Sucede desde muy joven en la vida”, indicó el prestigioso neurocientífico, quien recomendó aprender un nuevo idioma o aprender a tocar un instrumento musical para desafiar a nuestra mente con algo desconocido. “Uno olvida casi todo y recuerda hechos, sobre todo, los emotivos. La mayoría de las cosas se olvidan. La memoria son islas en los océanos del olvido”, explicó Manes.
El especialista aseveró que, además de aprender un idioma o tocar un instrumento musical, es fundamental controlar la presión arterial, tener un corazón sano, seguir una dieta adecuada en la que se incluyan verduras, frutas y pescado, y hacer ejercicio,ya que el cuidado del cerebro debe ser integral y no parcial.
El profesional también resaltó la importancia de tener vida social, ya que “la gente que está aislada socialmente se muere antes”, afirmó.
“Cuando dormimos, gastamos energía y el descanso cumple tres funciones: consolidar la memoria del día, modular la respuesta inmune y regular procesos hormonales o endócrinos. El sueño consolida muchas de las memorias del día”, sostuvo Manes y aseguró que –contrario a lo que se cree- Internet no afecta la memoria. “Incluso algunos trabajos dicen que podría ayudarla. Puede ser una memoria extra para el ser humano y no hay de qué preocuparse”.
Otro de los espectadores que envió su pregunta a América Directo consultó si es real que tener buena memoria es sinónimo de ser inteligente, lo que Manes desmintióy se refirió a un interesante estudio efectuado en Inglaterra.
“Para ser taxista en Londres, hay que estudiar porque desplazarse por sus calles es muy complicado debido a la antigüedad que tiene el trazado de la ciudad. En un experimento, se les colocó un resonador cerebral a algunos taxistas y a algunos londinenses que no lo eran. De ese modo, se observó que la región del cerebro queestá involucrada en la memoria espacial está más desarrollada en los primeros que en los segundos”, contó Manes.
“Cuando volví a la Argentina, me di cuenta de que los camareros de Buenos Aires pueden recordar varios pedidos sin anotar, cosa que no pasa en muchos lugares del mundo. Fuimos al clásico Café Tortoni e hicimos un experimento para detectar su estrategia. Tienen una memoria tan buena como la de los taxistas de Londres,pero eso no implica que ese efecto se generalice en otras actividades intelectuales”, destacó.
“Es que tener una buena memoria no significa que uno sea más inteligente o que tenga otras habilidades intelectuales más desarrolladas. Las personas que tienen más inteligencia emocional y social generalmente tienen más éxito en posiciones de liderazgo que la gente con mayor inteligencia analítica”.