Cómo manejan su imagen los presidentes

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Dilma Rousseff escucha a sus asesores, Cristina Kirchner se fortaleció con su viudez, y Sebastián Piñera habla como empresario. Cómo lo ve un asesor de campañas políticas

Lula da Silva es “lo mejor y lo peor” de Dilma Rousseff, porque así como la encumbró para ser presidente de Brasil, una eventual candidatura del ex mandatario sería una seria amenaza, ya que la popularidad de Lula sigue siendo muy alta. Jordi Segarra dirige una consultora internacional que ha trabajado con Barack Obama y con varios candidatos de América Latina, algunos de ellos hoy presidentes, además de asesorar al Fútbol Club Barcelona en su estrategia de comunicación. En una entrevista conAmérica Directo, Segarra repasó las fortalezas y debilidades de los presidentes de América Latina a la hora de comunicar. Un resumen de cómo observa a cada uno:

Cristina Kirchner (Argentina): “Es un magnífico ejemplo de cómo aprovechar el storytelling“, es decir, crear historias que tienen una dosis de épica. “Su papel de viuda le ha dado unos éxitos sin precedentes. Sabe comunicar muy bien a cámara“. Segarra concluye que si no fuera política, “sería una muy buena asesora de políticos”.

Ollanta Humala (Perú): Es un caso de “reconversión, transformación clarísima, es muy diferente al candidato de otras campañas”. El principal cambio de actitud responde a que “las campañas no se ganan con el puño cerrado, sino con la mano extendida”. Jordi Segarra reconoce que los opositores ven en Humala “un lobo con piel de cordero”, pero, según su análisis, el presidente de Perú “es posible que haya aprendido la lección”.

Sebastián Piñera (Chile): “Como hombre de negocios que es, encaró su campaña desde un punto de vista empresarial”. Usa el marketing como lo utiliza un ejecutivo y “su comunicación sufre muchos altibajos, porque no es cercano, no llega a todos”. Pero el presidente de Chile atiende los consejos de sus asesores, concluye Segarra.

Dilma Rousseff (Brasil): “Es constante, sigue a rajatabla lo que le dicen sus asesores“, asegura el director de la consultora Stpolitics. Destaca que Brasil tiene un sistema de campañas electorales similares a las europeas, es decir, pocas semanas de campaña aunque muy intensas.

Enrique Peña Nieto (México): “Es un candidato perfecto. Escucha mucho a sus asesores”, asegura Segarra. “Maneja un tono de voz, una manera de comunicar, cometió errores como en el caso de la feria del libro“. Para el experto, un político debe saber hablar, pero también callar. Peña Nieto aprendió de sus errores para llegar bien posicionado y así ganar la presidencia del país.

Rafael Correa (Ecuador): “Un monstruo mediático, como Hugo Chávez. Es rudo en su discurso, no tiene miedo a insultar. En muchos países sería un error garrafal”. Correa sabe aprovechar la maquinaria mediática, y su programa Enlace Ciudadano, que se emite cada sábado. Escudado en el mensaje de “yo no soy político, despotrica contra ellos”.

Hugo Chávez (Venezuela): Segarra aclara que para analizar ciertos casos es necesario eliminar los prejuicios que generan ciertas figuras, y el bolivariano es un caso que, analizado sin el contexto que lo envuelve desde lo ideológico, “desde lo mediático es espectacular, su oratoria, la forma de dar un discurso y cambiar registros. Es un actor perfecto”, sostiene el experto, y esto explica los niveles de popularidad que mantiene con amplios sectores de la población.

José Mujica (Uruguay): “Debe ser el peor cliente que un asesor político puede tener. Da la impresión de que va por libre, le funciona bien, pero en Uruguay, en otro país no le funcionaría”. La imagen de hombre común, un igual con sus conciudadanos, puede funcionar bien en un país como Uruguay, con una población pequeña, cercana, “pero fuera del país es un líder inexistente”.