126. El complejo de Penélope

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“Tú no eres quien yo espero”.
Penélope;  Joan Manuel Serrat

 

Para Ángeles Ferré

Ella lo conoce (¿lo conoce?), advierte en él una mirada suave y verdadera. La verdad depende de la creencia, puede algo no ser verdad pero, si ella lo considera verdadero, así será. No se anima a decirlo en voz alta pero imagina un “futurito” junto a él. Está bueno cuando la acaricia, le gusta su tono de voz y sobre todo la puede esa sonrisa que le hace latir el pecho al ritmo de un tema de Skrillex. A ella le gusta pasar el tiempo con él, considera que si puede estar al pedo con alguien sin aburrirse, es un buen síntoma de que ese vínculo podría funcionar. Las teorías sobre el amor son la desgracia del amor.

Una vez le habló de las vacaciones, otro día sobre “cuando estemos juntos” y otro del casamiento de la prima en Chivilcoy. Ella pensó “si me dice todas estas cosas es porque evidentemente la cosa va en serio”. El problema del amor se aloja en la palabra “evidentemente”. Continuar leyendo

123. Cómo despedirse de un ex amor

No se bien donde está escrito, pero pareciera ser que uno tiene que estar siempre en estado de amor. Mucha gente se identifica con el enamorado porque suele identificarse con el más débil. Pero hoy voy a salir en defensa de los que ya no sienten nada, de los que se quedan felizmente con las manos vacías, los que advierten otro rumbo con nuevas atracciones, nuevas adrenalinas. Estas ideas son para los que ya no soportan a la persona que tienen al lado y que todo les fastidia. Continuar leyendo

122. Ideas para discutir con el otro

Ir de fiesta

Tienen una fiesta. Nada importante, esas fiestas medio de compromiso. Hay fiestas que vas con el corazón y otras que vas con el cuerpo; otras que vas pero no vas. Una pareja, difícilmente coincida en el interés de concurrir a un evento. Pasan muchos años para que los invitados sean los dos. En general uno lleva al otro.  Continuar leyendo

120. Volver a estar solo

Más de una vez, estando en pareja, te imaginas viviendo “para siempre” con esa persona que tenés al lado. Te cierra, porque podés hacer más o menos todo lo que te imaginabas: cine, cena, pochoclo, caminatas, algún que otro viajecito, visitar amigos, dormir cucharita y todas esas cosas que lees en Facebook que hacen tus amigos que tienen incontinencia de exposición y no discriminan la diferencia entre lo íntimo y lo personal. Esas personas que trasladan el minuto a minuto de sus vidas a una red social, justamente lo que les falla es la red individual y subjetiva. El miedo a ser olvidado impulsa la privación de la dulce sensación de ser extrañado. Continuar leyendo

119. Carta de una enamorada a su psicóloga

“Mire María Esther, decidí escribirle estas líneas para ver si de esta forma nos podemos entender mejor. Ante todo quiero decirle que la considero una excelente profesional. Se, por todos estos años de terapia, que usted es una psicoanalista seria y competente. Una vez vi en Facebook que iba a dar una conferencia en una asociación de psicólogos. Continuar leyendo

118. Las primeras etapas de una separacion

1. Sorpresa

Muchos sostienen que con el tiempo la pasión decae. Y, en nombre de eso, se bancan lo peores ninguneos. Pero a veces, decae el vínculo, y cuando eso sucede, la relación explota en cuestión de días. Uno de los dos comienza a comportarse cada vez más raro, se abraza al silencio como quien quiere huir del conflicto, como quien esconde la mano después del piedrazo.

Entonces preguntás qué pasa y ahí ocurre la primera detonación. Creés que es un mal sueño, quedás en estado de shock. No podes creer que esa persona tan cercana, ahora parezca tan lejana. Continuar leyendo

117. Perdida: un amor caprichoso

Se viene la entrega de los premios Oscar y nos invade una lista de títulos como si te dijeran “tenés que mirarlos todos antes del 22 de febrero para saber de qué se trata y no sentirte un tonto”. Más de un lector (en su mayoría hombre), me escribió pidiéndome una reflexión sobre la película Perdida, como requiriendo complicidad, auxilio o hasta solicitando un aventón. Es un thriller, una historia de amor tóxico, una infidelidad con mal destino, un policial bien americano o de cómo nunca hay que confiar con quien dormís. O de cómo caretear las emociones, o de cómo el amor es una media que se da vuelta de un momento a otro. Continuar leyendo

116. El arrastrado

Querida Nacha:

                                  Disculpame que te escriba, pero ya no sé cómo acercarme a vos. El tiempo se detuvo hace muchos días y ando como un tonto. Me cuesta estar despierto, y a la mañana lo único que espero es que se haga de noche para tomarme una pasti y dormirme con la esperanza de soñarte. Continuar leyendo

113. La paciencia en el amor

El cine y el amor

La mayoría de las películas terminan donde deberían empezar. Te muestran el enredo, los obstáculos y los malos entendidos, pero cuando llega la parte más jugosa, más difícil, más desconocida, se termina la película. Salvo en la saga de “Antes del amanecer” de Linklater que arranca en 1995 y termina en el 2013, la mayoría de las películas se terminan en lo mejor. La secuela de una historia de amor que empieza en la pantalla, termina siendo una invención de tu propia neurosis. Continuar leyendo

112. Las parejas competitivas

“A veces nos volvemos locos porque olvidamos que somos diferentes,
porque el amor no es una competencia para que cada uno supere la fuerza del otro,
sino una cooperación que necesita de esas diferencias.”
Richard Bach

 

Ella: Mañana tengo una entrevista de trabajo.

El: ¿Y por qué no me contaste?

Ella: Te lo estoy contando ahora.

El: ¿Desde cuándo lo sabés?

Ella: No sé, hace un par de días.

El: Siempre te cortás sola.

Ella: En lugar de alegrarte porque tengo una entrevista de trabajo, me tirás mala onda. Pareciera que querés que me vaya mal.

El: Seguro que si no quedás va a ser culpa mía porque, según vos, yo soy el distribuidor de la mala onda por toda la casa.

Ella: Yo lo que digo es que nunca te bancás que me vaya bien. Vos tenés un trabajo monótono y aburrido y yo no te digo nada.

El: Pero me lo estás diciendo. ¿Qué problema tenés con mi trabajo?

Ella: Nada, que yo por lo menos busco otra cosa para superarme como persona, en cambio vos siempre vas a lo seguro.

El: ¿Me estás diciendo cobarde?

Ella: No, cagón que no es lo mismo. Nunca te animás a dar un paso más.

El: Ah claro, habló la señorita audacia. Con la extensión de la tarjeta de papi somos todos osados. Vos no tenés idea lo que es que te apoyen en el 68 a las ocho de la mañana.

Ella: Habló el albañil de andamio. Callate, si tu mamá hasta los jeans te planchaba. Que tu vieja te planche un jean es de mamero.

El: Por lo menos me gusta ser prolijo.

Ella: Obsesivo.

El: No como vos, que va a ir a la entrevista con esos pelos de resortes.

Ella: Cada vez que querés agredirme te la agarrás con mi aspecto.

El: Y vos con mi forma de pensar las cosas. Para vos todo lo que pienso está mal. Si hablo porque hablo, si me callo por que no digo nada. A veces pienso que aunque fuera tu mascota tampoco serías feliz.

Ella: Pará de inventarme siempre como una harpía. Odio que te victimices. En eso sos igual a tu viejo.

El: Pero por lo menos mi viejo nunca cagó a mi vieja. En cambio…

Ella: Bueno basta, mañana cuando no quede en la entrevista me voy a acordar de esta discusión.

El: Mientras no te quedes dormida y llegues a tiempo. Continuar leyendo