123. Cómo despedirse de un ex amor

#AmoresTóxicos

No se bien donde está escrito, pero pareciera ser que uno tiene que estar siempre en estado de amor. Mucha gente se identifica con el enamorado porque suele identificarse con el más débil. Pero hoy voy a salir en defensa de los que ya no sienten nada, de los que se quedan felizmente con las manos vacías, los que advierten otro rumbo con nuevas atracciones, nuevas adrenalinas. Estas ideas son para los que ya no soportan a la persona que tienen al lado y que todo les fastidia.

Te molesta el desodorante que usa, el gusto de helado que elige, la serie que ve por internet y, sobre todo, los planes que tiene para tu futuro. Te das cuenta que repite los chistes, siempre le gusta el mismo color, y hasta llegás a odiar su tono de voz. Dejás de amar cuando todo lo que te gustaba ahora te fastidia.

En la vida hay amores que se olvidan para siempre. Podés equivocarte. Nadie te asegura el éxito de una elección. Creías que era un copado pero termino siendo un depresivo encubierto, pensaste que con ese lomo iba a ser una ninfómana en potencia y resulta que hay que apagar la luz, no se saca la musculosa y el matutino no le gusta. Entraste en un relación con la mejor buena intención de construir un futuro común pero no, al tiempo todo se fue desfigurando como la cara de un boxeador que niega su mayoría de edad. En el amor habitan más los equívocos que los aciertos, pero aun así, la gente se sigue sorprendiendo de las personas que de pronto se desenamoran.

En cuestiones del amor todos somos un poco como la película Memento, al final terminamos buscándonos a nosotros mismos. El film cuenta la historia de Leonard, un hombre que busca vengar la muerte de su esposa pero que, producto de un trauma cerebral, padece amnesia anterógrada. Esta enfermedad le impide almacenar nuevos recuerdos así que para no olvidar los sucesos de su vida y poder resolver el asesinato utiliza fotos instantáneas, toma notas y se tatúa pistas del asesino. Lo cierto es que, hacia el final de la película, el protagonista se da cuenta de que se está buscando a sí mismo. Una lástima que no haya habido teléfonos celulares, de ese modo se hubiese evitado hacerse esos tatuajes horribles.

taxiA veces también te sentís como en El club de la pelea donde terminas siendo tan simbiótico con tu pareja que terminás saliendo con un doble. Recuerdo que en el final de la película se descubre que el personaje de Edward Norton y Brad Pitt son en realidad la misma persona. Pasa en el amor que, de lejos se ve distinto pero de cerca es insoportablemente idéntico. También puede pasarte como con El ciudadano que te la pasás toda la relación buscando por cualquier lado menos donde está la respuesta más obvia. En la película buscaban el significado de la palabra “Rosebud” que había pronunciado Kane antes de morir. Finalmente descubren que era el trineo de su infancia. En el amor pasa eso, las respuestas que buscás, muchas veces están en tu ser niño y no en el adulto que simulás ser.

Liberate de la culpa que te genera no querer más a alguien. Los vínculos amorosos se terminan como se terminan las películas: tenés que salir del cine y seguir con tu vida. De la boletería para adentro la ficción, de la puerta de vidrio para afuera, la realidad. A veces las relaciones amorosas son como un película que tienen un tiempo de duración, una trama en particular y, sobre todo, un final. Muchos sufren porque cuando llega el final lo niegan, le faltan el respeto y lo ningunean, pero los finales son guapos y tienen mucha paciencia. Mientras vos te resistís, ellos se toman un matecito.

Dichosos de los que se aferran a la verdad para tomarse el palo. Los que dicen chau y se van de verdad. Los que dicen ya no te amo y te miran a los ojos. Los que no se arrepienten, los que recogen sus cepillos y su morral y eligen beber otro aire. Los que la pelean desde adentro y, cuando su cuerpo o su corazón les indica que ya no hay nada más que hacer, paran un taxi, te miran con un gesto gentil y se pierden por la avenida incierta del destino.

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