Maljut, el reino

#Cabala

Maljut es el reino.

Significa realeza. La casa de Israel.

La shejiná, la divina presencia.

La hija, la novia, la esposa. (…).

Presencia de la divinidad, atributo femenino de su esencia.

Expresa el mundo físico de lo conocido como realidad.

Se simboliza en la luna.

Recibe su luz de tiféret, es fecundada por la belleza y el esplendor y nos ilumina.

Se asocia a la pobreza, ya que no tiene luz propia.

Receptora tierra fértil multiplicadora de mundos y de vida con contrastes, contradicciones, ambivalencias.

Se produce en la realidad física de la existencia, donde reside nuestro cuerpo material.

Es el campo finito del existir.

Se manifiestan el bien y el mal, la realidad y los sentidos.

Se requieren humildad, evitar la ostentación, e ilusión, que se diferencia de la visión.

La energía se presenta en un mayor nivel de densidad, eso que llamamos “materia”. Recibe energía del resto de las dimensiones, las condensa y las sublima.

Adquiere el nombre divino de Ad-o-nai: cercano en la situación dialogal de lo personal de cada uno de nosotros.

Es el atributo divino de benevolencia que neutraliza la rigurosidad de Elohim.

Desarrolla temor reverente del cielo con la intención de reconocer la potencia de lo humano, sin caer

en la omnipotencia de creernos o actuar como dioses.

Consagra la materia.

Santifica el tiempo y el espacio.

Nos libera de las dimensiones terrenales a las celestiales.

Descifra el acertijo de lo mucho que hay en lo poco y de lo poco que hay en lo mucho.

Se repara y se restaura. Tikún: dimensión de reparación de sentido.

Completa lo incompleto: atzmí (mi ser), am (la comunidad), olam (el mundo).

Redime con sentido la materia y evita ser redimidos por ella.

Espiritualiza materia y materializa la espiritualidad.

Redime el ser del tener e impide la alienación que los funde y confunde en uno.

Color: azul.