Qué tema tratar. Cómo mostrarlo. A quién va dirigido. Cómo financiarlo. Cada paso de un proyecto cinematográfico implica una decisión política. Esto ocurre desde que el cine es cine. Y si ese resultado puede convertirse en una herramienta para concientizar a otros, mucho mejor.
“El cine político reivindica la memoria. Es un puente que nos hace transitar y recorrer las distintas historias que va enmarcando, y nos permite democratizar la información, para dudar, discutir, aprender y observar desde lo más profundo, la problemática reflejada”, reza la gacetilla de la cuarta edición del Festival Internacional de Cine Político (FICIP), que comenzará mañana y se extenderá hasta el miércoles 14. Organizado con el apoyo del INCAA, tendrá una multiplicidad de tópicos y contará con cinco sedes: el cine Gaumont, el cine Cosmos, el Auditorio de la Biblioteca del Congreso, el Auditorio de la Cámara de Diputados y el hotel Bauen.
Compuesto en su mayoría por documentales, el festival estará dividido en las siguientes secciones: Competencia Internacional de Largometrajes, Competencia Internacional de Mediometrajes, Competencia Internacional de Cortometrajes, Competencia de Largometrajes Argentinos y Competencia de Series Argentinas. También habrá secciones no competitivas como Panorama Latino, Foco Internacional, Foco Haití y diversos ítems temáticos como Ambiente, Género, Crímen y Política, Diversidad y Educación, entre otros.
Como se ve, habrá múltiples propuestas para llamar a la reflexión.
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