Por: Agostina Fasanella
Según estudios realizados en Holanda por la Universidad Erasmus de Rotterdam, las personas, mientras están de vacaciones, son más felices que las que no se toman un descanso. Este estudio fue publicado hace un tiempo atrás en la revista Applied y replicado en varios medios de todo el mundo.
Sin embargo, cuando el descanso termina, los niveles de felicidad descienden a gran velocidad. Parecería que el bienestar psicológico que causan las vacaciones prácticamente desaparece una vez que regresamos a nuestra vida diaria, salvo que esas vacaciones hayan sido muy relajantes, sólo en ese caso los científicos comprobaron que el nivel de felicidad permanecía muy alto durante por lo menos dos semanas más.
Es por eso que es conveniente tener en cuenta la calidad de nuestro descanso y otras cuestiones para nuestras vacaciones:
- Son un medio óptimo para reponer y restaurar fuerzas físicas. Si no sabemos detenernos a tiempo, nuestro cuerpo se encargará de hacérnoslo saber por medio dolencias físicas o hasta contraer enfermedades.
- El tiempo de ocio logra activar el ingenio y generar nuevas ideas. Está en nuestras manos la posibilidad de darnos tiempo para tener un ocio creativo, que nos permita replantear nuestros pensamientos, evaluar cómo nos sentimos con nuestra propia vida y aclarar nuestra mente.
Para ello es conveniente:
- No llevar el celular todo el día con nosotros, esperando un posible llamado.
- Evitar chequear nuestros e-mails y las redes sociales todo el tiempo.
- Elegir un buen material de lectura que nos despeje y que nos invite a dedicarle tiempo.
- Tomarse un tiempo para realizar caminatas libremente.
Otro buen punto es disfrutar de la familia, durante el año cada integrante tiene sus actividades individuales y el compartir tiempo para realizar actividades o bien mantener conversaciones es algo que generalmente está restringido. Las vacaciones son un excelente momento para ello y reforzar los vínculos entre todos.
Una forma de relacionarnos es a través del juego, está comprobado que le permite a los niños descubrir el mundo, relacionarse con los demás, expresar emociones y desarrollar su creatividad. Es fundamental que los adultos nos animemos a jugar, dejemos de lado nuestros prejuicios y saquemos el niño que llevamos dentro, haciendo de lo lúdico una experiencia de vida. Además nos ayuda a bajar nuestro nivel del estrés manteniendo por más tiempo el “efecto vacaciones”.
¡Hasta la próxima!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora