Por: Arlene Leiman
Desde la aparición de las primeras redes sociales hace aproximadamente unas dos décadas, estas comunidades virtuales no han dejado de evolucionar y ofrecer a los consumidores de todo el mundo nuevas y significativas formas para relacionarse con las personas, los acontecimientos y las empresas/marcas que les importan. Ahora, pasados unos años, el social media sigue creciendo muy velozmente y, para muchos, se ha convertido en parte esencial de nuestro día a día.
Sobre este mundo social, con datos concretos y sustanciosos, la consultora The Nielsen Company, mostró en su último estudio “State of the Media: The Social Media Report 2012” que Facebook es la plataforma que más accesos tiene tanto desde la computadora como desde el celular.
Los datos de Nielsen son sorprendentes: la red fundada por Mark Zuckerberg registra una audiencia de 152 millones de usuarios en Estados Unidos, seguido por Blogger, Twitter, WordPress y en quinto lugar por LinkedIn.
Según este mismo estudio, cada vez más gente se conecta a Internet y por mayor cantidad de tiempo, pero la computadora continua siendo la herramienta por excelencia por donde la mayor cantidad de personas lo hacen. El 61% del tráfico de las redes sociales es desde las PCs, seguido por las aplicaciones en un 34% y por último, por los Smartphone 5% para los móviles. Sin embargo, todo indica que a partir de 2013 las computadoras perderían terreno frente a las aplicaciones
Y, ¿qué ocurre con la publicidad en redes sociales? El estudio indica que para el 33% de las personas los anuncios en redes son más molestos que otro tipo de publicidad online. Mientras que otro 26% de personas piensa lo contrario y son más propensas a prestar atención a los anuncios publicados por un amigo en las redes.
Entre otras cifras curiosas, este informe refleja también que un 31% los usuarios, de entre 18 y 24 años, se conectan desde el baño, mientras que el 51% de los usuarios, de entre 25 y 34 años, se conectan en la oficina.
Sin duda, podemos afirmar que las redes sociales son un verdadero fenómeno global que crece y, por el momento, no tiene límites.
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