Por: Yanela Biancardi
El verano es una excelente época para llevar los eventos fuera de los muros de salones y hoteles. El buen tiempo y los días más largos estimulan la creatividad de los Organizadores de Eventos, en pos de nuevos paisajes y espacios para montar fiestas, congresos y reuniones de incentivo. Es por ello que aparecen como opciones entornos naturales, más allá de los ya casi institucionalizados campings o quintas privadas. La playa, la montaña y el bosque se transforman, entonces, en alternativas originales, sobre todo cuando los eventos son orientados a lo deportivo.
No obstante, ante la posibilidad de elegir una de ellas para nuestro evento, debemos tener en cuenta ciertos cuidados especiales para que el medio ambiente se vea lo menos afectado posible, en especial porque se trata de lugares que, naturalmente, no reciben este tipo de eventos.
Lo primero que recomiendo es contratar a un especialista para que nos asesore. Biólogos, ambientólogos, geólogos y otros expertos del ramo tendrán todas las herramientas para ayudarnos a prevenir el impacto en favor de una organización sostenible.
Junto a ellos se deberá analizar qué factores del entorno podrían verse afectados:
- Flora: averiguar si hay masas de vegetación cercanas que podrían ser influenciadas por el evento, como matorrales, pastizales o bosques.
- Fauna: analizar no solo qué especies habitan en la zona sino también si ésta es área de paso o tránsito de otras. También estudiar si el evento podría afectar su ciclo biológico, es decir, si coincide con épocas de reproducción o parto.
- Agua: analizar si existen recursos hídricos que podrían verse afectados, como ríos, arroyos, albercas, etcétera.
- Suelo: investigar cómo el suelo podría verse modificado por el pisoteo de los asistentes y el movimiento. En este punto, hay que tener en cuenta que los entornos naturales no están pensados para albergar a muchas personas como un centro de convenciones u hotel con sus entradas, estacionamientos y espacios de traslado.
- Formaciones geológicas: investigar si existen en la zona elementos singulares que podrían verse afectados: cuevas, formaciones geológicas, recursos minerales, etcétera.
Luego de analizado esto, comienzan las tareas de planificación en prevención, que también incluirán eludir la contaminación y la posibilidad de incendios forestales. Asimismo, debe tenerse en cuenta que el volumen de la música y/o el uso de la megafonía tendrá que limitarse para evitar la contaminación sonora.
A mediados de enero y apenas horas después de finalizada una nueva edición del Dakar, las autoridades chilenas elevaron a la organización de la carrera una queja por los problemas que el paso de los pilotos trajo a zonas arqueológicas de ese país -que, aunque fuera de la competencia, se vieron afectadas por errores de recorrido-. Para evitar este tipo de problemas, lo mejor es prevenir.
¡Les deseo un excelente fin de semana!
Yanela Biancardi
eventos@yanelabiancardi.com.ar