Por: Cecilia Díaz
“Contamos y compartimos nuestras realidades desde la voz propia y poniendo el cuerpo. Somos una cooperativa teatral, que reivindica la mirada travesti/transexual”. Así presenta Daniela Ruiz a la #FábricaDeLaCultura su cooperativa de teatro que nació en 2010 con el objetivo de convertir al arte en un refugio y fuente laboral de chicas que antes se prostituían.
Mientras se preparan para salir a escena en una sala de Palermo, Ruiz nos cuenta cómo Ar-tv trans “crea cimientos en nuestra identidad, brinda la oportunidad de crear y aprender y afirma que nuestro deseo es el que moldea nuestra realidad”.
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-¿Cuándo y por qué surgió la idea de armar la cooperativa?
La idea surge a mediados del 2010 cuando en necesidad de buscar trabajo en castineras y siempre quedar en los roles de travesti y de prostituta no me sentía identificada. Los años que tenia de enseñanza teatral, danza y canto me llevaban a sentirme desvalorizada.
Pensaba en mi interior que el rol que ocupaba una artista era amplio y no debía ser estigmatizado a quedar solamente en mi género.
Por tal motivo, y cansada de sentir vergüenza de las mismas productoras mezclen la identidad trans con todo, me dispuse a decir ese “no” de rebeldía y a cambiar este sistema.
En distintas ocasiones nos quedábamos hablando en las productoras con chicas trav que es pasaba lo mismo. Eso nos dio una unión en juntarnos y hacer algo.
-Ese fue el momento en que llega la idea de hacer “Ar-tv trans”, entonces…
Claro. Así nace la primera obra de teatro de la Cooperativa Ar-tv trans. Era un famoso hotel tomado, tres chicxs cuenta su vida: la llegada de una de las pequeñas a la gran cuidad; encontraste con las situaciones de una sociedad a la travesti en el campo prositubulario; mostrar la realidad de la marginación de una pequeña chica que llega con ganas ser feliz con su identidad.
La obra fue un éxito total en distintos teatros, festivales. Siempre llenábamos y cerrábamos con grandes aplausos.
Ahí se nos prendió la lamparita en decir y por qué no una cooperativa trans?
Surge, entonces, nuestro primer encuentro cooperativista como también nuestra segunda obra “monólogos de las tetas con pene” para contar lo que pasa con nuestros cuerpos en stand up.
La gente se descostillaba de la risa al conocer nuestras bombachas truqueadoras, los cuerpos siliconados y nuestro pene. Que en mucho de los casos nunca se habla.
-¿Con cuántas chicas arrancaron y cuántas son hoy?
Cuando comenzamos en esa época éramos cuatro personas y hoy, alrededor de 12 compañeras
-¿Cómo eligen una sala?
Es muy complejo el tema de la sala. Cuando nos presentamos con el proyecto de nuestra primera obra nadie nos quería dar un lugar. Pero como siempre decimos: somos lxs creadoras de nuestro camino y de una nueva sociedad… Así que comenzamos a estar en los bares del colectivo lgtbi, después pasamos a los centros culturales y nos llevaron a festivales.
Luego nos presentamos en un teatro con un proyecto más concreto y con la ayuda del público que nos apoyaba, nos dieron nuestra primera temporada.
Ahora ya sabemos cómo llevar los proyectos a los teatros y hasta aprendimos a manejarnos con los subidos y saber que tenemos derechos como artista.
-¿Cuáles son los principales desafíos que tienen?
El principal desafío es la sede: alquilamos un salón para ensayar y ahí se nos va todo el dinero que ganamos. La cooperativa no cuenta con un lugar físico en este momento, todo lo hacemos a mucho pulmón y las clases de teatro para a las compañeras las hacemos algunas veces en las casas de nuestros amigos (si nos prestan).
El tema del vestuario es difícil juntar dinero, como también que las compañeras vengan del Conurbano a la Capital y no tengan ni un peso. El otro desafío importante es que tenemos tres obras teatrales y que nos contraten algunas organizaciones, colegios y entidades para mostrar nuestro arte.
-¿Las chicas siguen trabajando en la calle a pesar de estar en la cooperativa?
Es un tema complejo. No todas trabajan. Algunas de las compañeras salieron de ese sistema al darse cuenta que son valoradas como personas en el escenario y sobre todo encontrar su profesión y su mundo que es “el teatro” para otras es mucho mas difícil, pagar el hotel, los gastos para su familia en el interior, la ropa y sin ayuda del estado se le hace muy complicado.
Pero como siempre decimos entre nosotras que entre todxs podemos ayudarnos y así se va creando una familia de artistas.
Es muy difícil vivir del teatro, nosotrxs queremos eso, que se vuelva un trabajo pero hay un gran desafío, no sólo por ser trans, sino que para los actores es complejo el tema.
Ahora están presentando “La Casa De Bernarda Alba”… debe ser una presión trabajar con un clásico de la literatura teatral, no?
Mirá… Como actrices y como personas, que hemos padecido, asumimos esta obra desde la visceralidad ya que es una obra en la cual nos sentimos identificadas: desde el encierro, desde la mirada de los de afuera, del qué dirán, de la represión sexual, desde la rebeldía y la sumisión, desde esa cárcel (la propia casa, el hogar) y de sentirnos castigadas por nuestro genero sexual.
***Data de la próxima función:
“La casa de Bernarda Alba”. Sábado 13 de abril, a las 21, en el Multiespacio JxI
(Gascón 1474, Palermo – Tel.:3967-4540)