Por: Cecilia Díaz
“Las propuestas de arte en Buenos Aires eran sólo para adultos: Gallery Nigths o ArteBA, por ejemplo… y hasta que el Malba no comenzó con sus actividades infantiles (que fue hace no muchos años) no había nada. Me parecía que ese nicho estaba completamente descuidado”. Así relata Silvia Sirkis su llegada al mundo editorial infantil.
Taza de café mediante en el bar del Museo Sívori, la arquitecta y diseñadora gráfica le cuenta a la #FábricaDeLaCultura cómo nació “Arte a Babor”, la firma que ya editó unos siete libros de arte para chicos y que, durante este 2013, espera lanzar otros tres más.
Sirkis nos cuenta que “por lo general, los libros de arte para chicos tienen el problema de ser aburridos. Son textos complejos que tratan de amenizar con dibujos o ponen un cuento que no tiene nada que ver con el cuadro”.
Por eso, “cuando nace Arte a Babor busca poner textos rigurosos pero con una bajada mucho más amena. Es un informativo pero para chicos. Y se pensó para los chicos que visitan los museos, para que valoren su patrimonio”.
“En los libros siempre ponemos obras que puedan conocer. Son libros pensados para chicos argentinos, con vocabulario local y con obras que pueden visitar”, destaca.
Uno de los que ya están en la calle es sobre arquitectura para chicos, donde se muestra la comparación entre un iglú, casas de adobe o la casa del puente en Mar del Plata (un caso emblemático en el mundo). El resto están basados obras de artistas como Frida Kahlo o Vicent Van Gogh.
Se cumplieron cuatro años de cuando sacó el primer libro. Como empresa, no tenía una red de distribución y lo que más sobraba, en realidad, era un paquete de incógnitas sobre el mercado.
Pero aún así, en el primer año tomaron “mucho vuelo” -como ella bien explica- porque el material si bien estaba en pocos lugares eran los correctos. “Se hizo en un producto poco distribuido pero muy visible”, dice Silvia.
Y no se equivocó. Fue un éxito que se pudo ver reflejado en la demanda. “Pensé que iban a ser de uso sólo familiar pero muchas escuelas adoptaron los libros para sus actividades y capacitación. Son libros muy comprados por las bibliotecas, también. Pero se venden bien en los museos, así que ese objetivo primario se cumplió sólo que se sumó todo este mundo escolar”.
A decir verdad, incluso la competencia le supo jugar a favor: “Después de Arte a Babor salieron algunos productos mucho más comerciales que están menos pensados. Tenemos muy poca competencia y somos la única editorial exclusivamente dedicada al arte para chicos”.
Ahora bien, como toda emprendedora cultural que no está incluida en los grandes circuitos, Sirkis comparte el mismo problema que algunos músicos, escritores o cineastas: encuentra huecos en la distribución.
“Nos cuesta bastante la distribución al interior. Vendimos derechos de Frida y Vicent a Brasil, y el de Vicent también a París. Todo en español para el público latinoamericano que va a esos lugares. Pero nos cuesta llegar a las pequeñas librerías del interior. Estamos trabajando para mejorar ese tema”, asegura mientras se prepara para salir con su stand en la Feria del Libro (vidriera de muchas editoriales PyMEs del país).