Por: Pablo Arcadia
Anoche fui a ver la última peli de Juan José Campanella con mucha expectativa, hace dos años aproximadamente que se anunció y los trailers que salieron durante el último año fueron aumentando las ganas de ver la animación Argentina llegando a un nuevo nivel, con una calidad a nivel internacional, y sin necesitar meter a una ¿popular? cantante de folklore pop como “estrategia comercial” para ¿atraer? espectadores. Esta vez estamos frente a un hecho revolucionario, la primera producción animada de Argentina que está al nivel de una producción internacional.
La película es muy entretenida, divertida y está al nivel de una película realizada con los cánones del cine internacional, y no subestima al público. Nosotros estamos tristemente acostumbrados a que el cine animado nacional en general haga productos tan mediocres, total, los chicos no entienden nada y van a querer ir a verla igual, al fin y al cabo los niños son estúpidos. Esta película no tiene esa pésima actitud.
Hasta ayer, la animación Argentina estaba monopolizada por la compañía del recientemente difunto García Ferré (que en paz descanse), quien creó leyendas como Hijitus, y películas para cine gloriosas como fueron Trapito, o Ico. Pero lamentablemente, al pasar los años, su compañía cayó en manos de gente joven que no entendía nada de animación ni tampoco de escrúpulos, así salieron bofes como Manuelita, Pantriste o la infame Soledad y Larguirucho, la cual fue el último gran fracaso de la compañía, un bodrio sin precedentes que nadie en su sano juicio fue a pagar entrada para verla en el cine. Acaso se editó en DVD? Nadie sabe, a nadie le importa. Y las únicas películas que no fueron de esa productora fueron otros espantos aberrantes como Condor Crux, alguien se acuerda de eso? No? Nadie? Bueno, tampoco olvidemos las aberraciones que fueron las películas basadas en los comics de Patoruzito o Isidoro, los cuales debieron haber sido películas épicas y fueron espantos donde estafaron a todo el mundo, desde el staff que trabajó en la producción hasta el público que pagó entrada.
Pero con Metegol todo cambia, la película lleva 5 años de producción, y podemos decir que el producto final está muy bien logrado, para ser la primera incursión de Campanella en el mundo de la animación está más que bien, sabe contar una historia, componer imágenes y dar un ritmo entretenido y dinámico a un largometraje.
Las voces son un desfile de actores famosos de la Argentina, y algunos no tanto, para los personajes humanos tenemos a David Masajnik como Amadeo adulto, y para Laura a Lucía Maciel, quien trabajó haciendo algunos papeles secundarios en series de TV. Al joven Amadeo le da vida Luciana Falcón, una de las pocas actrices de doblaje de esta película con muchos títulos en su haber, entre ellos la película de Miyazaki “Ponyo y el secreto de la Sirenita”, algunas temporadas de los Power Rangers y más. También tenemos al mismo Axel Kuschevatzky (quien también es uno de los guionistas, dicho sea de paso), Coco Sily, y como el villano principal, “El Grosso”, tenemos a Mariana Otero cuando es niño, y a Diego Ramos cuando es adulto.
Para los personajes no humanos tenemos un plantel de lujo: Para el equipo de los rayados tenemos a Pablo Rago como “el Capi”, Horacio Fontova haciendo de “el Loco”, Fabián Gianolla como el fanfarrón “el Beto”, y después Diego Mesaglío (Corcho de chiquititas) y Miguel Ángel Rodríguez son parte del equipo de Los Lisos.
Lejos, lo mejor arranca cuando cobran vida los muñequitos de plomo y empieza la aventura para encontrar a los demás, las secuencias del basural y el parque de diversiones son las partes más divertidas y con más acción y chistes, las interpretaciones de los actores le quedan perfectos a los muñequitos que tienen por momentos más personalidad y expresividad que los personajes “humanos”. La calidad de animación es superior a cualquier cosa que se haya animado en la historia de la animación Argentina, los movimientos son hiper fluidos, no vemos esas cosas horribles como se han visto en producciones berreta como Condor Crux o las de G.F., con personajes que se mueven saltándose cuadros o fondos estáticos espantosos. Nada de eso, acá la “cámara” se mueve todo el tiempo, va y viene, los detalles y texturas de los muñequitos, sus rayones por el maltrato de los años los hace lucir creíbles. Da gusto escuchar un acento Argentino, mas no porteño, en los personajes, no se escucha un solo “che” en toda la película, y eso es excelente, porque se nota que la hicieron para ser vista en todo el país y que todos la disfruten. Hay personajes con acentos de todos lados, incluso extranjeros. Y por último, el 3D, también excelentemente logrado, las profundidades y los efectos que salen de la pantalla tienen muy buena calidad.
Lo que no me gustó: Básicamente, los personajes humanos. Desde el vamos, las escenas donde presentan los conflictos los humanos es el punto más flojo de la historia, además de sus diseños no me gustó que estén tanto o más caricaturizados que los mismos muñequitos del metegol, a la piel le falta un poco de textura, y un poco más de expresión en sus ojos, en especial los personajes principales, podría decirse que son lo único de la película que atrasa un poco y contrarrestan el realismo y calidad de detalle que tienen los muñequitos de plomo, es notorio que concentraron la mayor parte del esfuerzo y presupuesto en los muñequitos y los fondos y puesta en escena y los personajes humanos quedaron un poco en segundo plano, pero es un detalle que seguro modificarán para la próxima vez.
Chistes subidos de tono: Algunos chistes van a ser motivo de quejas de muchos padres arenosos, de esos que no quieren que la mente frágil de sus hijos se vea amenazada, tenemos chistes con connotación homosexual, chistes verdes y hasta de estupefacientes en la peli, sin ir más lejos, el personaje de El Loco, uno de los muñequitos, el hippie a quien da vida el genial Horacio Fontova, es el claro estereotipo del fumón que siempre apela al “no nos pongamos nerviosos que está todo re bien”, y se la pasa tirando frases salidas de un libro de mantras. Esos chistes son audaces y suman puntos en cuanto a lo que no subestimar al público tratándolo de idiota respecta. Gol para Campanella, de arco a arco.
Esta película marca un récord en cuanto a presupuesto, 20 millones de dólares la convirtieron en la película Argentina más cara de la historia. No sé si Campanella recibirá otro Oscar por Metegol, pero que va a llenar salas no les quepa la menor duda, y va a arrasar comercialmente en la venta de Blu-Rays, el cual sé que compraré ni bien salga a la venta. Ojalá que llegado el momento hagan una buena edición llena de extras con entrevistas y documentales de cómo se hizo la película, eso sería de lujo, del mismo modo que espero que lancen merchandising, porque cuando salís de ver esta película te dan ganas de tener a todos los muñequitos en la repisa, así que ya sabés Juan José, ponete las pilas que con eso te llenás de plata seguro, sino preguntale a George Lucas.
Ah, un detalle más. Recomiendo personalmente a los cinéfilos habituales a ir a los cines de Village Recoleta, ayer en el estreno eran más adultos que chicos en la sala, y dentro de todo los chicos se portaban muy bien, afortunadamente, Recoleta (y otros cines que no están dentro de un shopping) no es elegido como opción de “paseo familiar” como lo es un Shopping, lo cual lo hace mucho más habitable para el cinéfilo o para la gente normal en estas dos semanas (la peor época del año para el cinéfilo) para poder disfrutar del cine sin tener que lidiar con hordas de niños que gritan, babean, escupen, se portan mal, y sus respectivos padres que no saben enseñar a sus hijos a que en el cine no se habla ni se grita. Gracias al cielo, la película de Dragon Ball Z se estrena en septiembre.
Gracias por pasarse, y nos vemos en un par de días.
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