Cuando vi esta tapa la reconocí al instante. Aunque disfruté mucho más los otros libros de este autor (recomiendo “Tu rostro mañana” o “Corazón tan blanco”), las primeras páginas de esta novela son para subrayar. La narradora trabaja en una editorial y tiene unos guiños graciosos para aquellos que hemos trabajado o conocido ese mundillo.
Lo que más me gustó de “Los enamoramientos” fue el principio, como la narradora describe a una pareja que observa todas las mañanas en el mismo café. Les dejo un fragmento:
“…que en cualquier circunstancia se habrían elegido espontáneamente -no por deber conyugal, ni por comodidad, ni por hábito, ni por lealtad siquiera- como compañero o acompañante, amigo, interlocutor o cómplice, en la seguridad de que, fuera lo que fuese lo que aconteciera o se diese, o lo que hubiera que contar o escuchar, siempre sería menos interesante con un tercero. Sin ella en el caso de él, sin él en el caso de ella. Había camaradería, y sobre todo convencimiento”.
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