7 libros para tener en la mesita de luz si invitás a tu pareja

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En el arte de enamorar y seducir todo vale. Incluso aparentar. Quedar bien con una invitada o invitado romántico  no es sólo un acto de cortesía sino también un acercamiento al objetivo inmediato: concretar un encuentro amoroso. Una vez que todos los pasos previos se hayan dado y esa persona ya esté en nuestra casa, debemos impresionarla para que sepa que ha tomado la decisión acertada.

Los lectores empedernidos tenemos la costumbre de dejar desparramados por toda la casa un coleccionar de libros que no siempre se condicen con la etiqueta de “sujeto interesante”. Cada uno de ellos da una impresión distinta. Muchas veces tener enciclopedias gigantescas puede dar a pensar que el que habita ese hogar es un ser muy aburrido. El exceso de comics puede ser interpretado como digno de un nerd y ni hablemos de la impresión que suele generar  encontrarse con autobiografías de cracks del fútbol o  libros de autoayuda.

Para poder lucirte frente al invitado/a que ya está en tu casa como un ávido lector de cosas interesantes le preguntamos a 6 escritores jóvenes cuáles son los libros que hay que tener en la mesita de luz si invitás a tu pareja.

Juan Terranova, autor de Mi nombre es Rufus y El caníbal, entre tantos otros, y del reciente Instrucciones para dar el gran batazo intelectual argentino apostó con dos libros: El absoluto literario de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy, y El espejo y la lámpara de M. H. Abrams. “Son libros de teoría literaria, no necesariamente complejos pero bien reputados y completos. Ambos hablan del romanticismo alemán y el romanticismo en general. El romanticismo es la clave”, aseguró.

El autor de Que la fuerza te acompañe y de El último elemento peronista, Alejandro Soifer, fue bien claro: “Me gusta 20 poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda porque es uno de esos poemarios bien golosos y al mismo tiempo de fácil lectura. Podés leerle el poema 20 a tu chica (“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”) y después incluso le podés hacer una lectura más fina donde mostrás un poquito el fraude de la operación nerudiana. Es un lindo ejercicio. Tiene romance y mostrás cierta sabiduría que te hace parecer un poquito por encima del chileno.”
Y también hizo una segunda propuesta: “Otra opción interesante puede ser algo de romanticismo alemán, un Goethe por ejemplo. Leerle a una chica algún pasaje de la admiración desmedida de Werther hacia Charlotte [en Las aventuras del joven Werther] puede proveer grandes momentos de romance desesperado.”

Nicolás Mavrakis es autor del e-book #FinDelPeriodismo y otras autopsias en la morgue digital y del reciente No alimenten al troll. Nos contestó lo siguiente: “El profesor del deseo, de Philip Roth, una novela sobre “pactar una tregua entre la dignidad y el deseo”. El título es elocuente e incluso si no se ha leído puede prestarse a la improvisación de glosas acordes a la situación”

Roni Bandini y Hernán Vanoli fueron los más escépticos.

Vanoli, autor de las novelas Pinamar y Las mellizas del bardo nos dijo: “Creo que si el objetivo es ‘impresionar’ a una mujer, lo mejor sería tener un kindle lleno de basura que uno jamás va a leer y un fajo de dólares.” Bandini quien escribió la novela El sueño Colbert fue más original: “Si la mina está en mi casa y en mi pieza, asumo que los puntos fueron sumados ya. Entonces no estoy preocupado en impresionarla con un buen libro. Mis libros preferidos como Viaje Al Fin De La Noche están en el último estante de la biblioteca. Hace falta una silla para alcanzarlos. Las pocas mujeres que intentaron fueron derribadas y cayeron graciosamente sobre el parquet.”

Por último, Carlos Godoy, autor del poemario Escolástica Peronista Ilustrada y el libro de cuentos Can solar, entre otros, hizo su recomendación: “El mono desnudo de Desmond Morris que narra la historia de la humanidad pero desde un punto de vista zoológico y evolutivo, sin hacer foco en la cultura, el lenguaje o la tecnología o el arte. Un análisis estricto de la especie. Si alguien ve este libro en mi mesa de luz lo internaría hablando unas dos horas.”

Ya podés elegir entre todos los recomendados. La impresión que se llevará tu pareja seguramente será favorable. Pero puede suceder que no hayas leído el libro y la irrupción del climax se de porque quiera ahondar en tus conocimientos. En ese caso, ante la pregunta de qué se trata -y tu ni siquiera has leído la contratapa para esbozar algunas palabras- deberás responder: “tendrías que leerlo porque realmente es buenísimo” o “lo voy a leer esta noche”. Así, el objetivo ya estará cumplido.