¿Si nos mostramos vulnerables…. somos realmente Jefes?

#NegociosMásHumanos

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Mostrarnos imperfectos es el camino para lograr empatía con nuestros colaboradores.   Sin embargo… nuestras organizaciones legitiman que podamos revelarnos vulnerables?

Reconocemos que la empatía es clave para ser un líder efectivo, sin embargo no sentimos que estemos acostumbrados en las empresas a manifestar nuestras dudas, errores y desconocimientos.  Cuánto más ocultamos nuestras debilidades, representando una perfección que no luce humana, más nos alejamos de nuestros colaboradores.   

Sin embargo desde los objetivos declarados buscamos ser líderes coach, tener empatía con nuestros equipos de trabajo para lograr contar con su mejor desempeño, y alcanzar de ese modo los resultados tan anhelados.

La neuróloga Brene Brown afirma, en base a sus investigaciones, que quienes no podamos mostrar debilidad o falibilidad tendremos afectada nuestra capacidad de conectarnos con los otros.    Para aquellos que quieren profundizar sus descubrimientos los invito a compartirla viendo el video.

https://www.youtube.com/watch?v=HhZNXbP0vnk&playnext=1&list=PL76B2AFE349DF21EB&feature=results_video

El tema de la imperfección también nos invita a reflexionar sobre nuestra mirada sobre el error en las empresas.   Tenemos la ilusión de que no nos equivocaremos nunca?  Claramente no es posible.  Ahora bien, cuando nos equivocamos o nuestros colaboradores cometen errores… cómo reaccionamos?   No estamos hablando aquí del error recurrente sino cuando el impacto de un error involuntario nos sorprende.   Considero importante hacer una diferenciación entre el error y la negligencia, en el error no sabemos cómo hacer algo, en cambio en la negligencia sí sabemos como hacerlo y al descuidarnos no lo aplicamos.   Muchas veces la negligencia está asociada a la desmotivación de las personas en sus tareas.

Cuando emocionalmente nos desconectamos de nuestras responsabilidades las consecuencias se hacen escuchar, aunque racionalmente busquemos neutralizarlas.   No es lo mismo trabajar motivadamente que hacerlo desmotivadamente….

Evaluamos las consecuencias de esta diferencia como líderes de nuestras organizaciones?  Si lo hacemos, qué hacemos concretamente todos los días en pos de motivar a nuestro equipo de trabajo?  Nos relacionamos con ellos para poder identificar si están o no “enganchados” con sus responsabilidades?  Nos mostramos humanos para poder conectarnos con ellos y comprender sus sentimientos?   Si no sabemos cómo se sienten nuestros colaboradores, nunca podremos ser líderes efectivos.

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