Prejuicios en un mundo que envejece

Son todavía muchos los prejuicios respecto del envejecimiento y las personas mayores que están fuertemente arraigados en nosotros. A pesar de las investigaciones científicas, de que en nuestras familias tenemos ejemplos de personas mayores activas, que ayudan a sus hijos y nietos de diferentes formas: llevando, trayendo, acompañando, ayudando económicamente, acompañando emocionalmente en situaciones de crisis habituales de estos tiempos que corren, seguimos sosteniendo representaciones negativas de la vejez.

Muchas mujeres no podrían trabajar si los abuelos no se ocuparan de cuidar, llevar y traer del colegio, preparar el almuerzo, llevar a danza, traer de taekwondo, llevar de vacaciones a los nietos, bancarse espectáculos infantiles en las vacaciones de invierno, estar de enfermeras con los chicos con fiebre…¿sabes la cantidad de pibes en el interior del país que viven con sus abuelos porque sus padres son trabajadores golondrina? Los padres pasan meses en otras provincias , dejan a sus hijos al cuidado de sus abuelos que se ocupan de alimentar, cuidar, educar, velar por ellos.

Sin embargo nosotros seguimos escuchando: los viejos son todos depresivos, enfermos, asexuados, dependientes…

El término “ageism” fue acuñado en 1969 por R Butler y define el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente en función de su edad. El Dr. Salvarezza tradujo este término como “ viejismo”, a los españoles les gusta hablar de “edaismo”. Nos hizo tomar conciencia acerca de todos los prejuicios relacionados con el envejecer que están no solo en la sociedad sino en nosotros mismos.

Esto es lo más grave: somos portadores de prejuicios respecto de las personas mayores, si tenemos la suerte de envejecer estos prejuicios se van a volver en contra de nosotros mismos…

El Dr. Iacub avanza un paso más y dice: estos prejuicios que llevan a la descalificación producen efectos en las propias personas mayores:

  • Limitaciones de la propia autonomía: mejor no hago, que decida mi hijo…tengo miedo a equivocarme…y si salgo y me caigo?

  • Genera interferencias en las interacciones sociales: para que voy a hablar si me van a decir que no entiendo nada… no tengo nada que ofrecer al otro para que voy a ir?

  • Determina prácticas inadecuadas: ofreciéndose en el mercado actividades que no son adecuadas para las personas mayores. Si creemos que las personas mayores “ no tienen interés” “les falta vuelo intelectual” o “ son como los niños” ¿que podemos ofrecerles?

 El gran problema es que las mismas personas mayores son prejuiciosas respecto de las personas de edad, es frecuente escuchar: “yo no voy a ir a un lugar lleno de viejos” sin reconocerse como personas mayores y sin reconocer que en esos lugares llenos de viejos podes encontrar actividades interesantes, personas interesantes, profesionales inteligentes, una oportunidad de hablar de temas que no podes tocar con nadie: el amor, la muerte, la sexualidad, la autonomía, la libertad, el dinero y los vínculos, los propios proyectos…

 En Argentina hay un gran movimiento de asociaciones que nuclean personas mayores y de profesionales muy bien formados a lo largo de todo nuestro país.

 La semana pasada se desarrolló el 2do Congreso Latinoamericano de Gerontología Comunitaria, participaron profesionales dedicados a la Gerontología y personas mayores que querían escuchar y aprender. Pudimos escuchar profesionales de todo el país que traían las problemáticas de cada provincia, como también de Brasil, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, México y España. Escuchamos y compartimos con psicólogos, trabajadores sociales, lic. en terapia ocupacional, sociólogos, docentes, abogados, arquitectos, médicos, investigadores, asistentes gerontológicos, educadores, kinesiólogos, biólogos, periodistas… fijate cuántas profesiones y personas que estudian, se forman y se apasionan por la Gerontología.

 Comparto con vos un mail de agradecimiento, que escribe una señora llamada Matilde a 2 colegas ( Luciana Machluk y Mónica Lópes) que coordinan talleres de Upami en la Facultad de Psicología.

 “A pocas horas de terminado el Congreso y con la emoción aún latente por haber sido partícipe de tan magnífico evento, no tengo más que palabras de agradecimiento hacia los organizadores y sobre todo a uds. Como dijo una docente del Perú “La Educación cura las heridas” y en ese Arte uds. son grandes Maestras, todo mi reconocimiento.
Desde mis jóvenes, viejos 62 años (aún no queda muy en claro si estoy dentro o fuera…), doy GRACIAS por pertenecer a este maravilloso país, a esta ciudad, por el talento de sus profesionales, por la sensibilidad demostrada en sus proyectos y por hacernos sentir interpretados, respetados y valiosos.
Resumiendo “Ser dignos de ser”.

 Pasan cosas buenas cuando uno se reune con sus pares a aprender, compartir, transmitir.

 Hay mucha gente en la Argentina trabajando bien, estudiando todos los días, ocupada en el tema del envejecimiento. Para nosotros el envejecimiento no es un “problema” es un logro de la sociedad que por supuesto, tiene sus particularidades.

Vos como persona de edad, tenes que aprender cuáles son tus derechos, tenés que elegir profesionales con formación en gerontología y que respeten a las personas mayores.

Me cansé de escuchar a los mayores diciendo que el médico ni los miraba cuando los atendía, o que no los revisaba

( porque no los puede tocar) o que les decía : “ bueno a su edad… ¿que quiere?” o “después de tal edad no se puede hacer nada…”

No permitas que te traten mal, no permitas te te traten sin respeto, no toleres que te descalifiquen por tu apariencia y que crean que porque lucís frágil, tu cabeza no está bien puesta.

Vos también sos responsable de perpetuar el prejuicio negativo si con tu conducta confirmas lo que la sociedad suele pensar, lo que llamamos los estereotipos negativos respecto del envejecimiento.

No permitas que te digan abuelo, exigí que te llamen señor o señora , con tu nombre.

No permitas que el colectivero te zarandee, enseñale que tiene la responsabilidad de cuidar la integridad de las personas mayores que esta transportando.

No permitas que hablen de vos, delante tuyo como si no escucharas, no entendieras o no existieras.

No creas que porque no sabes de tecnología no sabes nada…una cosa es ser rápido con la tablet y otra usar el cerebro y saber analizar y pensar la realidad que te rodea.

Vos que venís de una generación a la que le enseñaron a respetar al otro, a pedir permiso, a ceder el asiento, a valorar a los maestros, a respetar la ley, tenes mucho que enseñar a las generaciones más jóvenes. Y ellos tienen mucho que aprender.

 

 

Hay edad para el amor?

Las personas que hoy tienen más de 60 años pertenecen a una generación en la que la temática de la sexualidad era más bien una cosa oculta.

De eso no se hablaba…en muchas familias ni siquiera se mencionaban ciertas palabras: menstruación, embarazo, ni hablar de perder “ la virtud”.

Las chicas que quedaban embarazadas fuera de la ley eran mandadas a “esconder” a la provincia o a Europa , dependía de la clase social. Luego de unos meses “aparecían” transformados en sobrinos o como niños de la familia enviados a educarse a la ciudad.

La sexualidad es algo que existe desde que el ser humano nace hasta que muere y, a pesar de las modificaciones que va teniendo a lo largo del tiempo, la necesidad de estar con el otro es algo que puede darse placenteramente en cualquier momento de la vida. La sexualidad nos acompaña a lo largo de toda la vida.

El sexo es un aspecto importante en la vida de una persona, independientemente de la edad cronológica.

Es una necesidad no sólo biológica, sino emocional y afectiva.

Hace muchos años el Dr. Salvarezza se preguntaba:

¿Por qué al llegar a la vejez se debe dejar de sentir?

¿Por qué se cree que la Tercera Edad es una etapa asexuada?

¿Por qué insistimos en que la sexualidad es sólo para la juventud?

Preguntas que aún insisten…

En el siglo pasado a Freud se le ocurrió pensar que los bebés y los niños eran seres sexuados. La sexualidad, según Freud, es todo aquello que tiene que ver con el placer y sus fuentes.

Freud va a diferenciar entre sexualidad y genitalidad. La sexualidad es un concepto mas amplio, la genitalidad es más acotada se refiere a las relaciones coitales entre las personas.

Con Freud “salió al primer plano la vida sexual del niño en todo su alcance”, sin embargo estas ideas innovadoras hicieron que se sintiera tan solo “como Robinson en su isla solitaria”.

Una de las novedades más destacadas de la teoría de Freud es la afirmación de la existencia de pulsiones sexuales en la infancia siguiendo las fases de desarrollo.

Así como en su época Freud revolucionó el mundo científico y social pensando la sexualidad infantil, la cual hoy nos parece una obviedad, el desafío en el siglo XXI es poder pensar la sexualidad de los mayores…cuando uno no es tan mayor.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana abarca tanto las relaciones sexuales (el coito) como el erotismo, la intimidad y el placer. La sexualidad es experimentada y expresada a través de pensamientos, acciones, deseos y fantasías.

Lo que las personas jóvenes y de mediana edad se preguntan es:

¿Existe el amor después de la juventud, después de la adultez, en la adultez mayor?

El Dr. Iacub en su libro Erótica y Vejez, prefiere usar el término erotismo, ya que lo considera un término mas abarcativo: Incluye el deseo sexual, el amor, el placer en un sentido amplio, Iacub piensa el erotismo como el procesamiento cultural del sexo.

Nosotros, las personas, estamos atravesadas por la cultura, nada en nosotros es animal sino cultural.

Hace muchos años el Dr. Flores Colombino hablaba de la vejez como la edad del erotismo: si lo pensás desde un lugar poco prejuicioso la vejez es un momento de libertad, de disfrute, un tiempo en que las obligaciones disminuyen y se puede pensar un poco más en el placer que en el deber.

¿Por que la sociedad piensa que los mayores no tienen deseos sexuales?

Porque todavía tenemos muchos prejuicios. El viejismo, todavía vigente, es cualquier prejuicio o discriminación en contra o a favor de una categoría de edad: prejuicios positivos y negativos.

Los prejuicios no sólo son de la sociedad en general sino de los propios adultos mayores y de los profesionales que los atienden.

Los profesionales de la salud no estamos exentos de estos prejuicios socioculturales: suponemos que sabemos o no queremos saber acerca de la sexualidad de nuestros padres y por eso no preguntamos.

Un estereotipo habitual, es la creencia de que la mayoría de los ancianos no tiene deseo sexual.

Incluso los médicos asumen a menudo que el sexo en esta etapa de la vida ya no es importante, entonces con los mayores de eso no se habla.

¿Por qué pensás que alguien se negaría a ejercer su sexualidad?

Las razones pueden ser muchas: la viudez una de ellas, la vergüenza frente a los propios ideales y mandatos, la culpa, los problemas de salud y también la incomodidad con el propio cuerpo.

Muchas mujeres que fueron educadas para “cumplir con un deber marital” y no disfrutaron de su sexualidad aprovechan la falta de compañero para liberarse de un “deber” que no fue placentero.

Los estudios sobre sexualidad en el envejecimiento dan por tierra con el mito de la vejez asexuada.

El interés sexual ( pensamientos, sueños, deseos, fantasías) y la actividad sexual ( medida por frecuencia de relaciones sexuales) se mantiene hasta altas edades en las personas sanas

Simone de Beauvoir decía que uno puede renunciar a mostrar su cuerpo frente al otro por temor al rechazo o porque uno mismo rechaza su cuerpo que ha cambiado. El rechazo está relacionado con lo estético: la belleza se asocia a la juventud y especialmente las mujeres no se consideran bellas o deseables.

 En su gran texto “La Vejez” decía: “Dado que en el abrazo amoroso el sujeto se hace existir como cuerpo fascinante, tiene cierta relación narcisista consigo mismo. Sus cualidades viriles o femeninas son afirmadas, reconocidas, se siente valorizado”

 A nadie le gusta ser invisible: ni a los 25 ni a los 85.

 Hay una creencia socialmente instalada de que los viejos no tienen deseos y no son seres atractivos.

 Es cierto que la yerba está cada día más cara … pero ¿ vos crees que las personas mayores se casan para no tomar mate solas?

 

 

 

 

 

El amor antes y ahora

 

Mi abuela Eva, como muchas mujeres nacidas a finales del siglo XIX, apenas bajó del barco en el puerto de Buenos Aires ya estaba de novia. Tenía apenas 16 años cuando lo conoció y quizás 17 cumplidos cuando se casó.

Enviudó alrededor de los 50 años nunca se volvió a casar…yo le preguntaba de vez en cuando ¿no tenés algún candidato? Si los tenía y los tuvo, ella siempre me decía “ yo soy mujer de un solo hombre”. Andá bobe quien te cree eso?

Tuvo 6 hijos y trabajó mucho en su vida, una época en la que no había pañales descartables, no tenía horno a gas, no había lavarropas, la heladera con barra de hielo vino cuando sus hijos menores ya trabajaban, criar 6 hijos era mucho esfuerzo físico en su época, por eso a los 50 años las mujeres parecían viejas…muy viejas…

Fijate si tenés fotos de tu abuela en general siempre parecían viejas…aún cuando tenían 40 años.

Mucho después entendí que no se trataba de fidelidad al recuerdo de su esposo sino que amaba su libertad más que a nada en el mundo…por eso no volvió a casarse, no quería atender a nadie.

Las relaciones en el siglo pasado eran un poco más “sólidas” que en este siglo. Cuando te ponías de novia ya no salías con tus amigas como ahora, menos a bailar solas… a todos lados ibas con tu novio…implicaba mucha seriedad y obligaciones.

Hoy el amor es más libre, hasta más difícil de ponerle una etiqueta. Hoy las chicas no dicen que están de novias sino que tienen “algo”, las relaciones son más ligth como los “chapantes” que como su nombre lo indica se encuentran “chapan” y retoman su libertad.

Entre paréntesis, esta bueno que se ponga de moda un término tan antiguo…chapar…

Hace muchos años un señor en una reunión me dijo: “Estos jóvenes de ahora creen que los mayores no sabemos nada sobre el amor…” y la verdad es que sabemos sobre nuestras experiencias, pero de cómo hoy las personas se relacionan no sabemos mucho… porque el amor se transformó …como dice el sociólogo Zygmunt Bauman, en “amor líquido”: las relaciones en este siglo son caracterizadas por la falta de solidez, por una tendencia a ser cada vez más fugaces, superficiales, etéreas y con menor compromiso. El amor es como un líquido que se derrama y toma la forma del envase que lo contiene.

Hace unos días una chica menor de 30 me contó que a su “algo” lo llama “mi compañero de cuarto”, conviven hace varios años pero no le gusta decirle marido, (no están casados), ni pareja (es demodé) tampoco son novios.

Si alguna vez conociste la heladera Siam, la antigua, la que tiene una manija con bocha de colección, sabrás que duraban toda la vida…como los matrimonios de antes.

Cincuenta, sesenta años de casados…¿cuántos maridos o esposas se pueden tener hoy en 50 años?

Hoy las personas mayores se preguntan ¿por qué el amor dura tan poco?

La respuesta no es sencilla ni tiene solo una razón. Pero entre otras razones, antes las mujeres aguantaban mucho, las madres enseñaban “hay que aguantar”, si te equivocabas no había posibilidad de volver a tu casa arrepentida… “ usted señorita se casó ahora se arregla”.

Una vez retirada la novia de la ventanilla no había reclamo respecto de las dificultades que genera la vida matrimonial.

Una cosa es estar de novio, estar “en algo”, “chapar” o ser “amigovios” y otra muy distinta convivir.

Convivir implica responsabilidades, rutinas, obligaciones, familia propia y política, la ropa tirada, la comida de todos los días, el dinero…y algo de diversión también.

Las abuelas de antes solían decir que el matrimonio es una lotería. Para ellas era cierto porque se casaban con desconocidos.

Conocí hace muchos años a una mujer muy inteligente que había sido rectora de un colegio nacional de señoritas, habrá vivido hasta los 96 años…mirá que antigua que era que cuando se fué de luna de miel a Mar del Plata la rambla era de madera!!!

Su novio, un gran candidato para esa época, era bancario que en su momento era como decir banquero.

Para visitarla tuvo que pedir permiso y se lo dieron: venía martes, jueves y sábados, con bombones o flores, en un horario pautado y acotado. Conversaban en el living al tiempo que su madre los vigilaba desde la cocina, había en el comedor un espejo grande, con marco trabajado y desde allí la madre cuidaba “la virtud” de su hija. No había intimidad ni para hablar, por eso se casaban casi con un desconocido, la verdad, el matrimonio era una lotería, en la cual podías llevarte todos los premios o perder hasta los calzones.

Lo cierto es que uno no conoce al otro hasta que convive, por eso al convivir uno puede decir: “no es lo que esperaba”, “no es como lo soñaba”, “estaba mejor antes, a solas”.

Que lindo que es estar de novio…ni te cuento que hermoso es para las personas mayores vivir el amor “ a lo moderno”, con cama afuera.

Valorar lo que tenemos

Creemos que todo es natural.

Creemos merecer todo lo que tenemos, simplemente porque nos corresponde… quizás así es, nos corresponde porque hemos trabajado mucho para lograr algunas cosas preciadas.

No estamos hablando de cosas materiales sino especialmente de las otras..como los vínculos de confianza, la tranquilidad espiritual, los momentos de felicidad, de paz, de alegría, esos momentos en que te das cuenta que estas viviendo un instante único, especial, que, aunque quieras retenerlo y prolongarlo, es esfímero.

Valorar lo que tenemos, es ser consciente todos los días de la libertad de la cual gozamos, de la independencia que tenemos, de que somos dueños de nuestra vida, de que no tenemos que dar explicaciones o pedir permiso…

Según Peterson, Seligman y Emmons ( investigadores de la Psicología Positiva) la gratitud, o la capacidad de ser agradecidos, nos permite reconocer los aspectos pasados y presentes positivos, aquello que nos ha beneficiado de algún modo y que, por lo tanto, ha otorgado un significado agradable a nuestra existencia.

La gratitud según Mc Cullough ( 2004): “Es un estado cognitivo y afectivo resultante de haber sido beneficiado por un agente externo, de manera solidaria, desinteresada y gratuita.”

Ese aspecto cognitivo de la gratitud alude al reconocimiento: la persona se da cuenta que recibió algo que es beneficioso, valorado socialmente o subjetivamente: por ejemplo recibí educación. El aspecto afectivo alude al sentimiento de gratitud: sentir agradecimiento por algo o por alguien.

Ese beneficio que se recibe proviene de un agente externo: una persona no conocida ( por ejemplo un benefactor que dona dinero para becas de estudio), un ente impersonal como Dios ( que me trajo a este mundo en determinada época histórica y no en otra) o la naturaleza ( que me favoreció en las cosechas o me dio unos hermosos ojos azules), es posible sentir que la vida misma ha sido benefactora o generosa con nosotros.

Hay rasgos, aspectos, capacidades que simplemente no tienen que ver con nuestro esfuerzo sino con la suerte o el destino: nacer en una familia que nos quiera, en un ambiente estimulante, en un momento histórico sin guerra, en una cultura que nos permita ser libres…es sólo cuestión de suerte…

Ser agradecidos, valorar lo que tenemos, es una habilidad que nos permite incrementar los niveles de bienestar, satisfacción vital y por ende mejorar nuestra calidad de vida desarrollando emociones positivas que impactan en nuestra salud mental.

Estamos tan acostumbrados a quejarnos, a ver siempre lo que falta, que no nos damos cuenta de todo lo que tenemos. Siempre se puede estar mejor y también se puede estar peor..

Entonces la gratitud es una actitud de reconocer que la vida nos ha beneficiado, otorgado, regalado algo valioso…se relaciona con la capacidad de reconocer los aspectos buenos de la vida.

Robert Emmons es un investigador que trabaja sobre el concepto de la gratitud desde el punto de vista psicológico, piensa que las personas agradecidas no dan por sentado aquello que poseen: además de reconocer que tienen algo, sostienen que podrían no haberlo tenido, que es una gracia o un don el haber recibido ese beneficio y que hay alguien o algo al que le deben este don.

Vos pensás que todas las personas conocen el respeto, o el amor, o el reconocimiento, o la libertad? O que todas las personas se han criado en una familia amorosa, respetuosa, cariñosa?… no todas las personas tienen buena salud a lo largo de muchos años…Muchas personas padecen su trabajo, no les gusta, no se divierten, no pueden expresar su creatividad…Otras personas no conocen el mar, no han podido viajar, no saben leer, no han podido estudiar…han tomado obligaciones que no les correspondía a su edad, no han podido disfrutar su infancia o su adolescencia…

La experiencia de gratitud es una emoción placentera ( Emmons 2007) que nos despierta alegría, una sensación de bienestar y de apreciación por la vida y lo que esta nos ha deparado.

Ahora bien:

Hay un aspecto muy importante que es el conductual...la conducta de agradecimiento.

Para el Dr. Seligman el acto de dar gracias, de expresar el agradecimiento forma parte de la experiencia de gratitud, ya que no se puede decir que una persona es agradecida si no lo manifiesta expresamente: con un acto o con palabras.

¿Se puede desarrollar la gratitud? Si, claro.

Cómo desarrollamos nuestra capacidad de gratitud?

Existe un ejercicio sencillo que desarrolla el Dr. Robert Emmons en el libro Gracias (2007) que consiste en escribir un diario de gratitud.

La premisa básica consiste en dirigir la atención hacia aquellos aspectos de la vida por los que puedo sentir agradecimiento. Sobre esta premisa, podés realizar una tarea escrita o simplemente pensar en algo por lo cual estas agradecido antes de dormirte o al despertarte para que en esos momentos claves del día te acompañen pensamientos positivos.

¿Cómo escribir el Diario de gratitud?

Comprate un cuadernito y tenelo a mano. Cada noche, o las veces que puedas antes de acostarte, dedicá por lo menos unos minutos a escribir acerca de tres cosas por las que estás agradecido en el día de hoy… a lo mejor te sorprendes y encontrás mas motivos de agradecimiento.

Podes agradecer por cosas generales como estar vivo, registrar un momento que has disfrutado, el estar saludable, recibir amor y la amistad de personas a las que aprecias, sorprenderte con algún gesto de consideración, amor o cuidado que no esperabas, recibir buenas noticias de un ser querido, recibir elogios por un trabajo bien realizado, disfrutar tiempo con personas especiales para vos: tu familia, amigos, compañeros…aprender algo nuevo, descubrir que sos capaz de algo que desconocías, sentirte reconocido…

Y vos…¿de que te quejas?

Si te cuesta agradecer, te propongo otro ejercicio: probá transcurrir 5 días consecutivos sin quejarte...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El bienestar psicológico en la vida adulta

Hablemos un poco mas del bienestar.

El tema del bienestar es algo que preocupa a la humanidad desde siempre, el ser humano busca la satisfacción de sus necesidades como todo ser vivo; sin embargo, la conciencia de sentirse feliz es algo específico del hombre.

El bienestar psicológico es un concepto compuesto por la satisfacción con la vida y la felicidad.

La satisfacción con la vida es el saldo positivo al evaluar las condiciones mas amplias de la existencia, una impresión ( siempre subjetiva) que resulta de comparar las relaciones entre las aspiraciones y los logros. Observo desde mi momento actual, que es lo que deseaba y si lo he logrado, cómo, de que manera.

Parte del bienestar se relaciona con la congruencia entre las metas deseadas y las alcanzadas: que tan cerca o lejos estoy de lo que aspiraba a ser y desarrollar en la vida.

Tiene que ver con el modo en que una persona se vé a sí misma, cuán satisfecha está con su vida cuando la compara con el pasado y con otras personas de su edad.

La felicidad dice el profesor Umpierre es un estado de ánimo que se refiere a la salud emocional en el momento presente.

¿Cuáles son los factores asociados al bienestar en las personas mayores?

Las condiciones de salud y ambiente físico, como las condiciones de la vivienda, las necesidades básicas satisfechas

Los aspectos psicológicos: personalidad, propósito en la vida, identidad, incapacidad, historia de vida, miedo a envejecer, confianza en sí mismo, autoaceptación, conocimiento de sí mismo

Los aspectos sociales: apoyo e interacción social, relaciones familiares, religiosidad, capacidad económica, acceso al empleo, jubilación.

Entre los aspectos asociados al bienestar podemos citar:

  • el optimismo

  • la capacidad de perdonar

  • la sabiduría

  • la espiritualidad

  • la soledad

  • la felicidad

  • la resiliencia

  • el enojo y la ira

  • la aceptación de los cambios

  • las emociones positivas

  • las respuestas ante las crisis

  • el capital psíquico

Carol Riff destaca entre los componentes del bienestar 5 factores:

La aceptación de uno mismo: aceptar lo bueno, lo malo y las limitaciones.

La calidad de las relaciones con los otros: confiar y conectar con otros, la capacidad de empatizar la habilidad de amar, compartir, brindar a otros calidez, afecto. Poder pensarse como un guía para las nuevas generaciones.

La autonomía: que es la capacidad de decidir sobre nuestro cuerpo, nuestros bienes, nuestro dinero, nuestra independencia.

El dominio del ambiente: vivir y crear un entorno adecuado a las propias necesidades, sentir control de ese entorno externo.

El propósito en la vida: metas y objetivos que den significado a la vida , que pueden ser cambiantes, que nos motivan a levantarnos y encarar un nuevo día.

El crecimiento personal: aprendizaje y apertura a nuevas experiencias para desarrollar capacidades, habilidades y talentos.

Pero el funcionamiento psicológico óptimo no sólo exige que uno sea capaz de crear esas cinco cualidades, sino que requiere que se trabaje continuadamente en desarrollar el propio potencial para el crecimiento y la expansión de la propia persona, añadiendo así una sexta dimensión que completa su modelo, el crecimiento personal.

El crecimiento personal es una cualidad que engloba a estos 5 factores mencionados: requiere seguir desarrollando el propio potencial, creciendo, expandiéndote como persona.

Lo contrario del crecimiento personal es una conducta de aburrimiento, desinterés, incapacidad de desarrollar nuevas actitudes, y por sobre todo una sensación de estancamiento personal.

Como decía Buda:

“El secreto de la salud, mental y corporal, está en no lamentarse por el pasado, no preocuparse por el futuro ni adelantarse a los problemas, sino vivir sabia y seriamente el ahora.”

 Ese es el gran desafío

 

 

Palabras y tiempo: lo único que somos

 

Hay cosas que son realmente muy valiosas en la vida. Las palabras y el tiempo son algunas de esas cosas valiosas.

Las palabras…son el eje de nuestra vida de relación, las palabras sumadas a los gestos que acompañan.

Intercambiamos palabras con gente que apenas conocemos, palabras banales…dame esto, ¿cuanto es?…aprendemos palabras nuevas cuando estudiamos…

A veces pasamos la vida esperando una palabra de amor, de reconocimiento, de afecto.

Otras veces pasamos la vida elaborando las palabras con las que nos señalaron, nos lastimaron, nos desvalorizaron..

Una sola palabra puede abrirnos un mundo, puede lograr que nos miremos o nos pensemos como nunca antes…una sola palabra puede estigmatizarnos, ofendernos, desvalorizarnos.

Como nos arrepentimos de las palabras dichas en esos momentos en que hubiera sido mejor no ir, no hablar, haberse retirado a tiempo…

Tener un caramelo de leche en la boca como esos caramelos “mu mu” que son tan grandes y requieren tanta saliva a veces nos puede ayudar cuando sabemos que lo que vamos a decir es una agresión mortal e inconducente.

Hay palabra vacía, que solo suena porque no soportamos estar en silencio con el otro, o no sabemos disfrutar de ese momento de silencio. No siempre tenemos o queremos decir algo…

Lo que nos trae mucho enojo y tristeza al mismo tiempo son las palabras no dichas…

tendría que haberle dicho mas “te quiero”… haberle dicho cuantas cosas me hicieron feliz..no hablé lo suficiente acerca de lo orgulloso que me hacía sentir…debería haber hablado con más énfasis acerca de esto o aquello…

No tuvimos tiempo de hablar de esto…¿por que? ¿Que cosas mas importantes nos tienen ocupados?

Si sabés lo que significa para vos recibir una palabra de aliento, de amor, de reconocimiento podes pensar que esas mismas palabras que salen de tu boca hacia el otro, son también de un valor incalculable para el otro…

Hay palabras que nos acompañan y nos dan identidad, palabras amorosas en algún momento dichas,

que nos constituyen y transforman como personas.

Esas palabras nos acompañan a lo largo de toda la vida…

Decía Julio Cortázar: “Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.

Mirá que el sabía escribir y palabras no le faltaban.

Si bien es cierto también como dice Diana Cohen de Agrest “ Lo único irrecuperable es el tiempo, el material del cual estamos hechos”.

No te quedes con buenas palabras guardadas. Hay cosas que hay que decir “a tempo” como en la música.

Relaciones adultas

 

¿Cómo decirlo?

 Vamos al grano.

A muchos de los que hoy tenemos mas de 50 nos enseñaron a hacernos cargo de los padres o abuelos. A prestarles atención a cuidarlos a colaborar con su cuidado.

Las mujeres que tienen hoy entre 70 y 80 años llegaron a un punto tal en la responsabilidad por el cuidado del otro que pospusieron sus propios proyectos personales.

He conocido a una mujer que decidió no casarse hasta que su madre murió ya que era responsable por su cuidado. Como ella debe haber muchas, antes y ahora también. Muchas mujeres que no han podido rebelarse frente a ese mandato: ni podían pensar en decir no.

Si bien los hombres también respondían a estos mandatos, no se les pedía que relegaran su vida personal por el cuidado de un padre o una madre.

El extremo lo vemos en ese hermoso texto que se llama “Como agua para el chocolate”de la mexicana Laura Esquivel, que nos cuenta la historia de la hija menor, la hija de la vejez…destinada a la soltería para cuidar de sus padres.

Todavía se escucha gente decir: “que suerte que tenes una hija mujer…vas a tener quien te cuide en tu vejez”…

Las personas mayores suelen decir “yo no quiero ser una carga para nadie”. En parte los gerontólogos hemos promovido el valor de la autonomía, pero también los mayores saben que los hijos y nietos viven en un mundo ultra complicado. Hoy se trabaja más horas, las relaciones son más complejas, las exigencias son grandes, las familias se complejizan cuando hay divorcios, nuevas parejas, familias ensambladas…l@s ex, l@s hij@s, las nuevas parejas, el trabajo, los conflictos, no hay tiempo material para cuidar a los mayores. Es mas son los abuelos quienes dan una mano sobre todo con los nietos adolescentes. El investigador uruguayo Dr. Guillermo Klein dice que en casa de los abuelos, los adolescentes suelen tener una tercera cama, cuando los padres no pueden resolver, poner límites, sostener la autoridad con ellos.

Ahora bien, esos mayores que por su educación, mandatos y valores propios de su época cuidaron de sus padres, han sentido que esa era una carga muy grande. Han querido evitar, cambiar, no repetir este modelo para sus hijos. Los han educado por oposición diciendo yo puedo, no te ocupes de mí, no voy a ser una carga…

Encontramos así hijos muy grandes, de 30 y pico, 40 y más de 50 que no registran el paso del tiempo de los padres. Están en una posición casi infantil e inamovible, siempre recibieron, no pueden ni pensar en un cambio de posición para dar, mirar al otro, preguntar, ofrecer ayuda.

Creen que esos padres siempre pueden.

Hay 2 preguntas que te pueden hacer y son casi mágicas: ¿necesitas algo? ¿cómo te puedo ayudar?.

Somos los padres los responsables de educar a nuestros hijos como personas que tienen derecho a recibir todo, pero también tienen que aprender a mirar al otro, hay un mundo mas allá del propio ombligo.

Si ya sé que en el siglo pasado los padres creían que los hijos eran una inversión que rendiría sus frutos, que en algún momento de la vida iban a devolver lo que se les había dado. No se trata de eso.

Se trata de que las relaciones más gratificantes son aquellas donde hay reciprocidad y compromiso mutuo.

Muchos padres dan “la teta” a sus hijos durante más de 40 años …que querés? plata?… apoyo? presencia?… ayuda?…esos hijos no pueden salir de ese lugar de recibir, son infantiles, incapaces de ver el envejecimiento de los padres, no importa que esos hijos sean también mayores.

En el texto “Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar” Virginia Satir, su autora nos dice:

“Una familia nutricia es aquella en la que podemos encontrar amor, comprensión y apoyo, es el lugar donde podemos recargar energía y es un ámbito flexible: hay fluir y armonía en sus relaciones interpersonales.”

Flexibilidad y reciprocidad, el secreto de las relaciones adultas.

 

 

Elogio de envejecer

 

 

 

Creemos que la vida es eso que nosotros conocemos.

Miramos el mundo desde ese pedacito que es nuestra realidad y creemos que así es para todos.

Al mismo tiempo sabemos que todo es de acuerdo a cómo es el cristal con que se mire… entonces consideramos la vejez de acuerdo a cómo nos fue en la vida.

Todos tenemos ciertas expectativas respecto de este momento de la vida, expectativas que se cumplen, algunas no las teníamos en mente, quizá nos sorprenda la vejez de manera positiva, porque es mejor de lo que esperábamos.

La semana pasada hablamos de las “ventajas de envejecer”, así lo llamamos en lenguaje coloquial.

Paul Baltes a quien ya nombramos, decía que el ciclo vital es una sucesión de pérdidas, ganancias y mantenimientos. Por ejemplo perdemos velocidad, ganamos sabiduría y experiencia, mantenemos un estilo cognitivo.

La sociedad idealiza tanto la etapa de la juventud como si fuese un edén sin sufrimiento, entonces no puede siquiera pensar que muchos de los que hoy son mayores de 80 años han vivido una infancia o una adolescencia en un mundo en guerra y hambre, una juventud de mucho sacrificio, una adultez con desamparo, desafectos y maltratos.

Para ellos la vejez puede ser el mejor momento de la vida. Un remanso, donde encontrar tranquilidad y disfrutar los logros.

Tengo una colega que trabaja en un hogar de mayores que depende del gobierno nacional. La mayoría de las personas que allí residen han tenido una vida tan difícil, tan sufrida y con tantas carencias, que encontraron en la residencia geriátrica un lugar de amparo, seguridad, afecto, cuidados. Muchos de ellos dicen: “nunca estuve tan tranquilo en mi vida”.

Otros que han vivido una vida plena, que disfrutaron de la familia, de realizaciones, que soñaron y cumplieron proyectos, que conocieron el amor y la alegría compartida, pueden ver la vejez como un castigo, como que lo mejor de la vida ya pasó.

Entonces cómo cada uno de nosotros vive o vivirá su vejez, como una etapa de pérdidas y caídas en el suelo, en nuestra autoestima, en nuestra identidad … o como una etapa de logros, de realización y bienestar, dependerá de nuestra historia vital.

¿Vos querés todo? ¿El cuerpo de los 20, la energía de los 40 y la sabiduría de los 70?

Ya sabes que todo no se puede… a eso le llamaba el maestro Freud, aceptar la castración.

Lo que si podemos ( además de quejarnos, que es un deporte muy argentino) es apreciar, valorar, reconocer, dónde estamos…considerando de dónde venimos…

Siempre que nos miramos en el presente, es importante no olvidarse de dónde venimos…

En “La maravilla del dolor”, un gran texto sobre resiliencia, dice Borys CyrulniK “Nuestra historia no es un destino”. El sabe de qué esta hablando, no sólo desde su saber profesional sino desde su historia de vida. Sus padres murieron en un campo de concentración, él se escapó de allí y se quedó solo en el mundo con sólo 7 años de edad …sobrevivió, alguien lo cobijó, otros le dieron amparo, estudió medicina, neurología, psicología, etología… hoy tiene 76 años…vos crees que una persona que sufrió tanto en sus primeros años de vida añora su adolescencia?

El Dr.Mario Capecchi, premio Nobel de medicina, fue un chico de la calle. Cuando encarcelaron a su madre por ser una militante antifascista, el tenía apenas 4 años, su padre había muerto, vivió como un vagabundo con un grupo de chicos de la calle, mendigando, robando, pasando frío. Cuando la liberaron y por fin se reencontró con su hijo, después que lo busco un año y medio por Italia, viajaron a Estados Unidos, donde vivía su tío materno que los recibió. Capecchi tenía 14 años y era analfabeto. ¿No pensás que para él la vejez puede ser el mejor momento de su vida?

Te cuento que alguien me escribió indignado porque lo ven viejo, entonces le ceden el asiento en el subte, lo tratan de usted…¿de que estamos hablando?…

A veces le achacamos al envejecimiento cosas que nos corresponden a nosotros : vos que hiciste para cuidarte? Donde guardaste el salero? Y el azúcar? Y la caminata, cuando la haces? Cuidaste tu espalda?

Hay cosas que son nuestra responsabilidad: el autocuidado por ejemplo. Te cuidaste como cuidaste a tu marido? O a tus hijos? O a tus nietos?

Te dedicaste una parte de la atención a tu propia persona, una parte de la que les dedicaste a ellos?

Le achacamos a la vejez la falta de cuidado con nuestra salud y nuestro cuerpo.

Cumplir años es lo mejor que nos puede pasar, los años nos dan tiempo para disfrutar lo conseguido, para hacer cambios, para aprender cosas nuevas.

Ventajas de envejecer

Grandes cambios ocurren en la segunda mitad de la vida. Algunos buenos, otros no tanto…Sin embargo cuando les preguntamos a las personas acerca de cuáles son las ventajas de envejecer…en general se quedan mudas…pensativas…silenciosas…
Estamos muy acostumbrados a ver el envejecimiento en términos negativos, a pura pérdida, desde una mirada que los psicogerontólogos llamamos el “paradigma deficitario”.
El paradigma deficitario nos hace ver el proceso de envejecimiento sólo como una sucesión de pérdidas, sin prestar atención a las ganancias, a lo que aprendimos, crecimos, desarrollamos después de los 30 años…
Así es, el envejecimiento es un proceso lento, largo que comienza alrededor de los 30 años, se nota en el cuerpo de a poco, van apareciendo canas, arrugas, cambios sutiles… en nuestra forma de ver las cosas, en lo que antes nos gustaba y ahora ya no, vamos cambiando la manera en que pensamos las cosas, nuestras emociones son distintas, nuestras prioridades cambian…
Hace muchos años se pensaba que el desarrollo de una persona podía representarse como una curva ascendente hasta los 30 años y luego venia una lenta e inexorable declinación. Esto sigue vigente en la mente de muchas personas…
Erik Erikson es uno de los primeros autores que enuncia que el desarrollo no se detiene ahí,  en los 30 años, sino que continúa a lo largo de toda la vida. Otro autor que investiga  la posibilidad del aprendizaje y el cambio a lo largo del ciclo vital es Paul Baltes.
Baltes  pensaba que los adultos tenemos flexibilidad y potencialidad para el cambio, es decir que somos plásticos…la plasticidad implica que las personas mayores pueden cambiar,  modificar ciertos procesos, transformar su realidad, ser eficaces.
Sin embargo después de años de estudio, trabajo e investigaciones, en las personas en general persiste la idea del envejecer como pura pérdida.
Muchas veces he preguntado ¿que ventajas tiene envejecer?
Una persona de 71 años me escribió lo que pensaba que eran las ventajas de envejecer y hoy lo vamos a compartir.

1) Ya me conozco, se quien soy
2) No tengo que decidir qué estudiar?, eso ya lo hice
3) Mi experiencia me ayuda a reconocer montones de situaciones que antes me desorientaban
4) Me tomo libertades que antes en mi juventud no me atrevía
5) Siento una solidez dentro de mí que es placentera
6) Como soy yo sola y además vieja hago lo que se me “canta”
7) Conozco mis sentimientos
8) No trato de demostrar nada, estoy en paz conmigo misma
9) Tengo aún fuerzas y puedo hacer cosas
10) A pesar de envejecer juego muy bien al tenis, !Que placer!
11) Me encanta el cine, voy muchísimo
12) Tengo mas tiempo.
13) Tengo mas claridad mental.
14) Me falta memoria pero, uso mi cuaderno para anotar.
15) Tengo muchos amigos de las distintas etapas de la vida
16)Aprendí a pedir y como soy vieja , tengo la posibilidad que se me concedan los pedidos.

¿Vos que pensás? ¿Le encontraste alguna ventaja a envejecer?

 

Agradecer y apreciar la vida

“Fui a tomar un cafecito con una amiga que esta muy sola y tiene casi 90 años, luego de acompañarla de vuelta enterita a su casa, me fui marchando las 10 cuadras hasta la mía, conforme conmigo misma, consciente y agradecida de poder caminar a buen ritmo a pesar de mis 81 años…
Ese es mi sentido de religiosidad: vivir agradecida y consciente por cada día, que considero un verdadero regalo”.
Esto es algo que me contó Ellen hace algunos años cuando todavía podía caminar…
Ser agradecido, implica una experiencia de bienestar, de apreciación de la vida y de las grandes y pequeñas cosas que la vida nos ha deparado.
Expresar gratitud siempre que sea posible,  aprender a apreciar y a disfrutar las pequeñas cosas  de la vida hacen a nuestra felicidad.
Cuando hablamos de felicidad pensamos en un estado de bienestar que se encuentra cuando,  al evaluar lo acontecido en nuestras vidas podemos valorar lo que vivimos, entender que sin la historia vivida no seríamos quienes somos, y poder pensar que el futuro nos deparará buenas sorpresas…no creer que “todo pasado fue mejor”.
Darnos cuenta de lo que tuvimos, conocimos, disfrutamos y aprendimos, es no naturalizar… cada uno cree que lo que tiene en su mundo es natural…no todas las personas tienen la posibilidad de conocer el amor, el respeto, la alegría, el reconocimiento, el bienestar, el estudiar…la lista de lo que creemos  natural es ilimitada.
La gratitud ha sido poco estudiada desde la psicología, son cada vez más los investigadores que, desde la Psicología Positiva,  están desarrollando el tema, entre otros autores McCullough, Kilpatrick, Emmons, Larson, van especializándose en esta fortaleza.
Solemos quejarnos mucho…tanto que se nos hace un hábito.
La queja es un modo de convocar al otro, pero es un modo agobiante y agotador.
Hace tiempo que trabajo sobre esta frase y no pude encontrar quien es el autor:
“Hablar de nuestros problemas es nuestra gran adicción, rompé el hábito, habla de tus alegrías”
Prestá atención… ¿te quejas mucho? ¿No querés contar tus alegrías? ¿Tenés miedo de decir que en tu vida hay cosas buenas? ¿No encontrás eco para compartirlas? ¿O te acostumbraste tanto a quejarte que no podes valorar todo lo bueno que tenés?
Sabés que hay personas que están tan centradas en lo negativo que no pueden ni pensar en algo bueno que les haya sucedido? O que están tan enojadas que no pueden correr la bronca ni unos minutos para valorar algo bueno en la semana?

Te propongo  un ejercicio para realizar en la semana: antes de ir a dormir pensá en por lo menos 2 cosas buenas que hayan ocurrido durante el día, hacelo durante varios días seguidos, además te va a ayudar a conciliar el sueño acompañado de  una emoción positiva.
¿Sabés cómo se forma un hábito?
William James, profesor de filosofía y psicología en Harvard a principios del siglo pasado, decía que para crear o romper un hábito uno tiene que hacer algo por 21 días…corridos..si querés incorporar un nuevo hábito que crees que es bueno para vos, caminar, dejar de fumar, apreciar la vida de manera más positiva, tenés que hacerlo durante 21 días corridos sin interrupción…¿no parece mucho no? Pero lleva un trabajo darse cuenta y otro gran trabajo es  hacer un cambio.
¿Querés saber que pasó con Ellen?
Como pasaron unos años y ya no podía caminar más, decidió  ( auto) internarse en una residencia geriátrica. Yo le envié un mail cuando me enteré de su decisión…no sabía si podía usar la computadora, ni sabía cómo estaba de ánimo…esperaba una respuesta…en fin quizás más negativa…esperaba encontrarla triste…
Me respondió:
… “ Hace algo más de dos meses que estoy en este lugar  y realmente
muy feliz y contenta, plenamente ocupada con interesantes actividades sin tener que viajar en colectivo ni en remís, además de gimnasia dos veces por semana, participo en conversación en ingles, crucigramas en alemán, concursos de música clásica, canto de música popular, proyecciones de videos etc.
Me hice de un círculo de gente idónea con la cual me siento muy a gusto.
Dos veces por semana en kinesiología me hacen drenaje linfático por mi pierna y dos veces por día curaciones, de modo que estoy protegida y todo bajo el mismo techo.
… “Me siento protegida y feliz de haber tomado la decisión para poder disfrutar
de unos años de vida plena, mientras pueda, y saber que si necesito ayuda y protección la tenga asegurada. Te envío un cariñoso abrazo.”
Ellen

Realmente me sorprendió…otra persona se hubiera deprimido? Se hubiera centrado en lo negativo del lugar? Hubiera hablado del dolor que significa tomar una decisión así?..
Según  Vaillant (1993), un especialista en el ciclo vital,  la gratitud permite transformar emociones autodestructivas en emociones curativas.
Ser agradecido no se logra cuando todo lo que esperábamos  salió como queríamos, sino cuando podemos reconocer lo que hemos vivido y recibido a lo largo de la vida.

Ellen es una maestra del agradecimiento…