“Fui a tomar un cafecito con una amiga que esta muy sola y tiene casi 90 años, luego de acompañarla de vuelta enterita a su casa, me fui marchando las 10 cuadras hasta la mía, conforme conmigo misma, consciente y agradecida de poder caminar a buen ritmo a pesar de mis 81 años…
Ese es mi sentido de religiosidad: vivir agradecida y consciente por cada día, que considero un verdadero regalo”.
Esto es algo que me contó Ellen hace algunos años cuando todavía podía caminar…
Ser agradecido, implica una experiencia de bienestar, de apreciación de la vida y de las grandes y pequeñas cosas que la vida nos ha deparado.
Expresar gratitud siempre que sea posible, aprender a apreciar y a disfrutar las pequeñas cosas de la vida hacen a nuestra felicidad.
Cuando hablamos de felicidad pensamos en un estado de bienestar que se encuentra cuando, al evaluar lo acontecido en nuestras vidas podemos valorar lo que vivimos, entender que sin la historia vivida no seríamos quienes somos, y poder pensar que el futuro nos deparará buenas sorpresas…no creer que “todo pasado fue mejor”.
Darnos cuenta de lo que tuvimos, conocimos, disfrutamos y aprendimos, es no naturalizar… cada uno cree que lo que tiene en su mundo es natural…no todas las personas tienen la posibilidad de conocer el amor, el respeto, la alegría, el reconocimiento, el bienestar, el estudiar…la lista de lo que creemos natural es ilimitada.
La gratitud ha sido poco estudiada desde la psicología, son cada vez más los investigadores que, desde la Psicología Positiva, están desarrollando el tema, entre otros autores McCullough, Kilpatrick, Emmons, Larson, van especializándose en esta fortaleza.
Solemos quejarnos mucho…tanto que se nos hace un hábito.
La queja es un modo de convocar al otro, pero es un modo agobiante y agotador.
Hace tiempo que trabajo sobre esta frase y no pude encontrar quien es el autor:
“Hablar de nuestros problemas es nuestra gran adicción, rompé el hábito, habla de tus alegrías”
Prestá atención… ¿te quejas mucho? ¿No querés contar tus alegrías? ¿Tenés miedo de decir que en tu vida hay cosas buenas? ¿No encontrás eco para compartirlas? ¿O te acostumbraste tanto a quejarte que no podes valorar todo lo bueno que tenés?
Sabés que hay personas que están tan centradas en lo negativo que no pueden ni pensar en algo bueno que les haya sucedido? O que están tan enojadas que no pueden correr la bronca ni unos minutos para valorar algo bueno en la semana?
Te propongo un ejercicio para realizar en la semana: antes de ir a dormir pensá en por lo menos 2 cosas buenas que hayan ocurrido durante el día, hacelo durante varios días seguidos, además te va a ayudar a conciliar el sueño acompañado de una emoción positiva.
¿Sabés cómo se forma un hábito?
William James, profesor de filosofía y psicología en Harvard a principios del siglo pasado, decía que para crear o romper un hábito uno tiene que hacer algo por 21 días…corridos..si querés incorporar un nuevo hábito que crees que es bueno para vos, caminar, dejar de fumar, apreciar la vida de manera más positiva, tenés que hacerlo durante 21 días corridos sin interrupción…¿no parece mucho no? Pero lleva un trabajo darse cuenta y otro gran trabajo es hacer un cambio.
¿Querés saber que pasó con Ellen?
Como pasaron unos años y ya no podía caminar más, decidió ( auto) internarse en una residencia geriátrica. Yo le envié un mail cuando me enteré de su decisión…no sabía si podía usar la computadora, ni sabía cómo estaba de ánimo…esperaba una respuesta…en fin quizás más negativa…esperaba encontrarla triste…
Me respondió:
… “ Hace algo más de dos meses que estoy en este lugar y realmente
muy feliz y contenta, plenamente ocupada con interesantes actividades sin tener que viajar en colectivo ni en remís, además de gimnasia dos veces por semana, participo en conversación en ingles, crucigramas en alemán, concursos de música clásica, canto de música popular, proyecciones de videos etc.
Me hice de un círculo de gente idónea con la cual me siento muy a gusto.
Dos veces por semana en kinesiología me hacen drenaje linfático por mi pierna y dos veces por día curaciones, de modo que estoy protegida y todo bajo el mismo techo.
… “Me siento protegida y feliz de haber tomado la decisión para poder disfrutar
de unos años de vida plena, mientras pueda, y saber que si necesito ayuda y protección la tenga asegurada. Te envío un cariñoso abrazo.”
Ellen
Realmente me sorprendió…otra persona se hubiera deprimido? Se hubiera centrado en lo negativo del lugar? Hubiera hablado del dolor que significa tomar una decisión así?..
Según Vaillant (1993), un especialista en el ciclo vital, la gratitud permite transformar emociones autodestructivas en emociones curativas.
Ser agradecido no se logra cuando todo lo que esperábamos salió como queríamos, sino cuando podemos reconocer lo que hemos vivido y recibido a lo largo de la vida.
Ellen es una maestra del agradecimiento…