Los CEOs o presidentes de empresas son motivo de estudio por sus estilos de liderazgo e impronta que le dan a las organizaciones que lideran. Uno de los temas que más se está estudiando es la real incidencia que estos tienen en la reputación de la organización en donde trabajan.
Hace pocos días, Michael Ritter (@MRitter1946) en una interesante charla que dio para el Circulo DIRCOM en Buenos Aires, entre otros temas, sostenía que la reputación de una compañía está fuertemente ligada a la reputación de su CEO. ¿Es esto así?
Diferentes índices o rankings de reputación incluyen dentro de sus variables de análisis la valoración que se hace del management de la empresa que es evaluada. A su vez, muchos rankings preguntan a los entrevistados quiénes son los mejores líderes empresarios.
Los resultados son variados. Hay empresas que logran un claro posicionamiento gracias a un alto nivel de reconocimiento de su CEO, y hay empresas que logran excelentes resultados en los estudios de reputación y sus CEOs son desconocidos. Es muy difícil encontrar una empresa que logre altos niveles de reputación con un CEO de mala imagen.
Las empresas son organizaciones que hacen las personas. Esas personas van dejando su “marca” en la cultura de la empresa y dándole contenido a la marca corporativa y su valoración. La reputación de la empresa también se construye desde la oferta de productos o servicios que comercializa. Pero en todos los casos, una buena reputación es la combinación de atributos positivos y su comunicación.
El trasvasamiento entre calidad de management ( la del CEO en particular), y una adecuada exposición, con la reputación de la empresa existe y es relevante. ¿En qué proporción? Esto es ya pura especulación.