Perfil de un fanático

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Lo seres humanos nos identificamos con diversas cosas ¿Quién puede decir que no posee una creencia religiosa, hobbie, pasión por algún estilo musical, serie de tv, línea de autos, estilo de vida, preferencia política, deporte o equipo de fútbol? Ahora bien el fanatismo es llevar al extremo este fenómeno de la identificación.

En este post rastrearemos la etimología, los rasgos sobresalientes y una explicación de las causas del fanatismo.

 

Etimología

El interesante origen de la palabra nos sitúa en tiempos de la Roma antigua y tiene una fuerte impronta religiosa, ya que proviene del latín Fanaticus: Persona que frecuenta el templo (fanum) en donde se adoraba a los dioses (Ej Cibeles, Diana). Tiene la misma raíz que Profano (pro-fanum), es decir aquello que queda “por fuera del templo”. De esa manera el fanático adhería a un templo particular y quien lo hacía a la vez protegía ese lugar venerado y dejaba por fuera otras creencias.

 

Características del fanático

-       Hay una sobredimensión y un enaltecimiento respecto de las virtudes, rasgos  y otras características que se defienden ciegamente y por otro lado una negación de aquello que pudiera ser defectos, errores etc.

 

-       Se verifica una pasión, un amor sin límites, en cualquier caso no hay medidas “es un sentimiento”, se dice

 

-       La pasión también en el sentido de padecimiento, es decir se sufre, provoca dolor, angustia cualquier pérdida relacionada con el objeto de fanatismo (ej. si pierde el cuadro del que se es fanático)

 

-       Generalmente la agresividad está presente y provoca intolerancia y batallas contra otros equipos o personajes de rasgos antagónicos pero similares y que pueden llevar incluso a extremos inimaginables como amor-odio e incluso llegado el caso matar o morir

 

-       .No se verifica racionalidad en la elección ni en sus características, más bien hay fidelidad incondicional y se defiende a capa y espada.

 

¿Qué proceso llevan a que alguien se fanatice con algo?

Freud habla en “Malestar en la cultura” del llamado narcisismo de las pequeñas diferencias. Este concepto lo aplica respecto de la necesidad de diferenciarnos de aquello que sentimos muy familiar, parecido o cercano. Consiste en exagerar rasgos narcisistas del grupo de pertenencia idealizando, amando y por otro lado se percibe como odiado, ajeno, extraño, degradante, disminuido, todo aquello que queda por fuera. Pone como ejemplo la rivalidad entre países vecinos.

 

Lacan habla del Estadio del Espejo como un momento constitutivo del aparato psíquico. Habla de la prematuración biológica del cachorro humano y de las sensaciones de fragmentación corporal que experimenta el recién nacido. Este caos inicial es compensado: Él observa que los bebes quedan fascinados y coagulados frente a un espejo o frente al rostro de una persona. Ahora bien, esto lleva al bebé a la creencia de que esa imagen total, completa es él y así se constituye el yo por fuera de sí “yo soy el otro”. Esto va a generar una tensión agresiva porque si yo ocupo el lugar del otro, a ese que dice ser el otro y que está afuera hay que aniquilarlo.

 

Algo de esto se pone en juego en el fanatismo: Para tapar la angustias, dudas, incertidumbres, grietas del narcisismo, se identifica con tal o cual cosa a costa de aniquilar lo diferente, coagula el sentido que permanece fijo e inamovible, se transforma en dogma en verdad irrefutable y además genera lazos sociales con un grupo de pertenencia con el que comparte dichas ideas. El precio que se paga es que por ganar en certezas y seguridad se pierde libertad y el sujeto se transforma en un esclavo que debe mantener una fidelidad completa, una obediencia ciega, y una militancia absoluta.

 

Para que la identificación por algo no se torne en fanatismo es necesario cuestionar aquello que permanece como verdad absoluta. La dificultad está en que para ello hay que  desinflar algo del narcisismo, costo que el fanático no está dispuesto a pagar.

 

Lic. Marisa Fenochio

mfenochio@yahoo.com.ar