“…Una vez aprendida la lección, no se olvida…”

#TeleTrabajo

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Elizabeth Sanchez - Teletrabajadora y Contadora Pública Nacional (U.B.A.)

Mucho se ha hablado y seguramente se seguirá hablando sobre teletrabajo y sus ventajas y desventajas.

La realidad que en la balanza del teletrabajador pesa más las primeras.

Poder disponer, por ejemplo, de los tiempos que significan trasladarse y demás, es invaluable.

Todos los que hemos trabajado alguna vez en una oficina en forma presencial sabemos bien de la cantidad de tiempos muertos que existen, ociosidad oculta que le llaman, esos momentos en los que nos preguntamos que hacer…y la verdad que no hay nada que hacer, porque ni siquiera el teléfono suena. Cada empresa tiene esos momentos y esos días.

Eso en el teletrabajo se traduce en ocupar ese tiempo en resolver alguna cuestión personal, porque tenemos la autonomía de organizar nuestra jornada laboral y la flexibilidad horaria nos hace disponer de más tiempo, concretamente me refiero al trabajo por objetivos.

Recuerdo que una vez un contador que me estaba contratando, y aún lo sigue haciendo, me dijo “No me interesa en lo más mínimo cuando vas a hacer el trabajo, ni la hora que vas a conectar a la plataforma, lo necesito para el viernes”….y así fue, el viernes lo tuvo y el nunca preguntó en que momento hice el trabajo, la pauta de horas presupuestadas se cumplió, el trabajo se entregó en tiempo y forma y no hubo mucho más que decir.

Por supuesto la autodisciplina es fundamental, y por mi experiencia personal sostengo que es una de las habilidades que mejor hay que saber manejar. Porque la técnica uno la aprende, los conocimientos se adquieren, pero la autodisciplina es un hábito que hay que desarrollar todos los días.

Serán muchas las equivocaciones que uno puede cometer, y que esas equivocaciones se traducen en el doble de horas aplicadas a nuestra tarea y que por supuesto no se cobrarán, pero bueno….riesgos que hay  que correr.

Una vez aprendida la lección, no se olvida y así vamos mejorando.

Recuerdo cuando recién comencé a teletrabajar, muchas veces organicé y diagramé muy mal mí tiempo y realmente fue muy engorroso salir de esa situación, trabajé más del triple de lo necesario, perdí tiempo y dinero, y con el riesgo latente que algún corte inoportuno de Internet o de algún servidor convirtiera todo en un gran problema y sobre todo, corriera riesgo mi futuro laboral.

O sea, los que teletrabajamos sabemos, y en mi caso fue demasiado bien aprendido, que en algunos casos tendremos que trabajar seguramente uno o dos fines de semana, y también sabemos que vamos a tener que aplicar más horas de las usuales en algunas oportunidades, nada muy distinto a lo que sucede en cualquier oficina cuando se produce una sobrecarga de trabajo.

Lo bueno es que no tenemos que viajar, y nuestra vida familiar está a muy pocos metros cuando trabajamos hasta tarde, eso es para mí, el valor agregado de esta modalidad.

A medida que vayan creciendo los entornos virtuales mayor será la cantidad de puestos de trabajo que se creen o deriven en esta modalidad, solo nos falta, por lo menos en la Argentina, el marco legal.

Ha habido muchos avances, ya las aseguradora de riesgo de trabajo consideran al teletrabajo y algunas provincias han avanzado en la regulación, cosa que antes no sucedía, pero falta mucho más…

 

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