Por: Sebastián Ortiz
Si bien hay muchas recomendaciones que explican detalladamente el tipo de raqueta según nivel y tipo de juego, es tal el abanico de posibilidades que, de se ser tan exhaustivos corremos riesgo de entrar en un laberinto de dudas y complicaciones. En este artículo intentaré dar una guía básica que pueda orientar en la elección de la raqueta más conveniente. Siempre recomiendo primero probar la raqueta, ver qué sensaciones se experimenta, si se adapta al estilo particular de cada uno, ya que esta es una elección muy personal.
A continuación, características básicas:
El Corazón de la raqueta: Es la parte que une el grip con la cabeza de las raquetas de tenis. Allí generalmente encontraremos información de las características de la raqueta. Por ejemplo: el peso, balance, tensión recomendada para esa raqueta de tenis, etc.
El material:
Las más simples y económicas suelen ser las de aluminio, que puede estar fusionado con otros materiales, son raquetas de baja gama. Suele ser recomendable para un jugador ocasional. El costo es económico.
Las de Grafito y fibra de vidrio suelen ser las que utilizan jugadores a nivel medio, los materiales son algo mejores.
Las que utilizan los profesionales son aquellas compuestas por mescla de Grafito, Titanio, Carbono, Kevlar etc.
El peso:
Varían, de acuerdo al material. Cuando aumenta el peso, por ende mayor masa que permite absorber las vibraciones en el impacto, logrando también mayor potencia. Las livianas (menos de 245 gr.) generalmente se usan para jugadores de edad avanzada y señoras, ya que son más maniobrables con menos esfuerzo. Las más pesadas (más de 300 gr.) son generalmente usadas por profesionales.
El balance:
Además del peso de la raqueta hay que considerar el balance del mismo, es decir cómo se distribuye el peso. Si el mayor peso está en la cabeza, la raqueta ayudará a que podamos obtener mayor potencia en el golpe aumentando el peso en movimiento. De lo contrario, si está en el mango, el peso en movimiento será menor por lo que necesitaremos generar la potencia necesaria con nuestro brazo. La ventaja que tiene el peso en el mango es que ofrece un alto nivel de control. Algunos jugadores suelen agregar plomo en la cabeza de la raqueta para obtener más potencia.
El grip:
Existen diversos tamaños de grip, el ideal es aquel que al tomar la raqueta en una mano quedar un espacio del grosor de un dedo índice en el medio. Existen cinco tamaños de grip: 1, 2, 3, 4 y 5 (en Europa) y 4 1/8, 4 1/4, 4 3/8, 4 1/2, y 4 5/8 (en EEUU). Si la medida de alguien cae en el medio de dos grips, conviene comprar el más pequeño ya que es muy fácil agregar tamaño, pero es casi imposible reducirlo.
Cabeza:
Existen 3 tipos, las mid (85 a 92 pulgadas), las midplus (entre 95 y 105 pulgadas) y las oversize (de 106 a 115 pulgadas). En líneas generales cuando mayor es el aro: mayor potencia, menor maniobrabilidad, menor control, mayor punto dulce; cuando es menor, disminuye la potencia, aumenta la maniobrabilidad, más control, menor es el punto dulce.
El largo:
Puede variar entre 68,5 cm. y 73,6 cm. Cuando más larga mayor será el alcance y la palanca, pero será menos maniobrable.
El marco:
Si hablamos del ancho de la raqueta, cuando mayor sea este será mayor la potencia, pero menor el control y al ser menor será la proporción inversa. Generalmente van de 21 mm a 26 mm.
Swing de las raquetas de tenis:
El swing de una raqueta de tenis tiene que ver con el movimiento que realiza el brazo al impactar la pelota.
Generalmente un jugador principiante tiene un swing “corto”. Es decir, el movimiento del golpe es corto y compacto, y se busca que la pelota salga despedida. Por el contrario, un “swing” largo hace referencia a un golpe completo, largo y rápido, y es el que practica un jugador avanzado. Los swing de clasifican en “S” por “short” en inglés (corto), y “L” por “long” en inglés (largo). Asimismo se lo acompaña de una numeración que va de 1 a 10 en el caso de un swing corto (siendo 10 el swing más corto de todos), y de 1 de 6 en el caso de los largos (siendo 6 el swing más largo de todos).
A esto hay que agregar los distintos tipos de encordados, espesor, rugosidad y tensión. Esto modifica mucho el rendimiento de la raqueta. Acerca de este punto ampliaré próximamente.
Prof. Sebastián Ortiz