Por: Arsenal en America
Demasiado tarde llegó la primera derrota del Arsenal en un comienzo de temporada turbulento, donde tras el abultado triunfo en la Community Shield –un partido disputado a un ritmo más bajo que el habitual en competencia- solamente llegaron dos trabajadísimas victorias ante Besiktas y Crystal Palace. A nivel resultados no sorprende el andar de este equipo si tomamos en cuenta lo preocupante que viene siendo el juego demostrado por los hombres de Wenger, en un curso nuevo donde la apuesta por un nuevo planteo táctico y el rol otorgado a ciertos jugadores claves no está dando el resultado esperado y está atentando contra las aspiraciones de un equipo que por momentos sufre una crisis de identidad alarmante.
El obstinado entrenador francés claramente tomó nota de lo mal que jugó su equipo durante toda la 13/14, donde la llegada de Özil sobre la hora revolucionó a un conjunto que esperaba ávido por un jugador de este calibre. El 4-2-3-1, la apuesta por Arteta como eje y la consolidación de Ramsey como un futbolista de elite (a pesar de perderse media temporada por lesión) fueron los puntos salientes de un equipo que volvió a saborear las mieles del triunfo tras ocho años en seco. Sin embargo, cuando se esperaba –y aún se espera- que 2015 sea el año donde los gunners den el salto de calidad para perpetuar el triunfo y elaborar un equipo competitivo, el mercado volvió a dejar gusto a poco a pesar del rutilante arribo de un delantero TOP como Alexis. El resto de los refuerzos fueron reemplazos de partidas, y la llegada de Welbeck solamente se dio por la infortunada lesión del siempre infortunado Giroud. El Arsenal, y otra derrota con el mismo guión en un partido grande, dejaron conclusiones claras sobre los problemas de este conjunto pensando en lo mucho que se necesita mejorar para tener aspiraciones tangibles.
1) Arteta, el capitán de la soledad
Poco quedar para sumar al gran artículo de Ezequiel en este espacio analizando este asunto. Si me parece interesante agregar una declaración de Wenger en una de sus últimas entrevistas: ‘‘En general, estoy satisfecho con la calidad de los jugadores que compramos. Tal vez podríamos haber sumado uno más porque lo que la gente suele decir sobre nosotros es que no tenemos un futbolista como Vieira o Petit, un jugador imponente de gran presencia física y calidad excepcional, la clase de cualidades que ambos tenían y que extrañamos a little bit’’. Resalto la última frase porque queda claro que Arsène buscó minimizar ante los medios un defecto gravísimo que tiene su equipo hace varias temporadas y que ha sido el principal responsable en las derrotas enfrentando a grandes rivales.
Los problemas en la transición de su Arsenal han quedo a la vista en infinidad de ocasiones, un conjunto expuesto ante la pérdida de la pelota, partido con demasiada gente delante del balón y muy largo a la hora de retroceder. El rol de Arteta no es el indicado para un jugador de su calidad, edad y características en el 4-3-3 que está intentando imponer el francés, y duele asumirlo porque el mercado ofrecía alternativas concretas para solucionar este trascendental asunto. William Carvalho, Luiz Gustavo, Fernando Reges, Kondogbia, Schneiderlin, los hermanos Bender, entre otros, todos nombres que hubieran aportado un salto de calidad a un equipo huérfano de presencia en la mitad del campo y de un futbolista que pueda unir y aportar la armonía necesaria entre defensa y ataque a un aspirante a todo.
2) ¿El Arsenal de Özil, o el Arsenal de Wilshere?
Aaron Ramsey es el mejor ejemplo del fruto de la paciencia wengerista, un apuesta 100% del entrenador que acabó materializándose la campaña pasada. El galés dio el salto de calidad que el técnico esperaba y se volvió una pieza clave en el andamiaje gunner. Con Arteta como escudero y Mesut delante, el ex Cardiff podía flotar en tres cuartos y explotar su gran capacidad llegadora, una solución en el ataque posicional con goles que denotaban explosividad y una variante concreta para el equipo. Con el cambio de esquema, el mediocampo de tres y la presencia de extremos marcados, Wenger busca que Wilshere pueda, finalmente, consolidar su potencial y realizar una progresión similar a la del número ‘16’. Sin embargo, Jack es un futbolista mucho más impulsivo y anárquico que Aaron, aunque con la misma capacidad llegadora y creativa cerca del área rival. Hasta ahora, el complemento entre el diestro y el zurdo no se ha visto presente, y ha perjudicado claramente al capitán vasco, la víctima más clara en las mencionadas transiciones imposibilitado ante la inmensa cantidad de espacio libre a su alrededor en las pérdidas de pelota.
Ramsey y Wilshere son futbolistas con tendencia a atacar al espacio, no interiores más posicionales como podrían serlo Xavi-Rakitic e Iniesta, por poner el ejemplo más claro de funcionamiento equilibrado en un mediocampo de tres con extremos por delante. Aquí radica la duda que varios se han cuestionado en Twitter: si Wenger tenía esta idea en la cabeza, ¿por qué cerrarle la puerta al regreso de Fàbregas? La respuesta ahora parece clara teniendo en cuenta que el ‘10’ ha sido titular en siete de los ocho partidos del Arsenal en la 14/15.
3) Mesut, el gran damnificado
Estoy plenamente convencido que el alemán es el mejor futbolista con el que cuenta Wenger. No por nada el ex Real Madrid es, con diferencia, la compra más cara de la historia del club y la llegada más rutilante al conjunto cañonero tras la construcción del Emirates.
Duele y molesta ver el rol que está teniendo el enganche en este comienzo de curso, sometido a ser extremo sin contar con características para hacerlo, limitado por la raya de banda y condenado al ostracismo por la poca injerencia en el juego que tiene tan aislado de la mediopunta, su lugar en el mundo.
En la Alemania campeona del mundo supo ocupar un rol similar al que Wenger le está pidiendo, pero en un contexto completamente diferente, más veloz y con más variantes y movilidad en ofensiva, con socios como Müller y Götze.
El pase marca registrada a Welbeck que el ex Manchester United no pudo concretar define a Özil como futbolista, un espíritu libre que se niega a ser maniatado por la rigidez táctica y la responsabilidad defensiva que requiere un extremo moderno en un fútbol donde la presión e intensidad van a misa.
El gran desafío de Wenger será encontrar un ecosistema donde los buenos puedan convivir y donde el equipo gire alrededor de su futbolista más creativo y con más inventiva. Sería absurdo haber comprado un Ferrari para tenerlo guardado en el garaje.
4) Chambers, el jugador número 12
La dura lesión de Debuchy pone en jaque a una defensa que además perdió a Vermaelen y cuenta con dos laterales izquierdos frágiles como el cristal. Con la irrupción de Bellerín, de aceptable debut en Alemania, y la incógnita de Hayden a la hora de tomarlo en cuenta como una alternativa medianamente fiable, continúan acumulando responsabilidad sobre los hombros de este chico de 19 años. Por suerte para Wenger, Callum demuestra una seguridad impropia a su edad y se adapta a varias posiciones.
La duda yace en si incluir o no al ex Southampton como lateral derecho titular y arriesgarse a utilizar allí al único reemplazante sólido de Koscielny y Metersacker. Sin dudas veremos al joven español ex Barcelona ganar minutos en un equipo que lo necesitará, y que no puede darse el lujo de arriesgar al máximo a uno de los jóvenes valores del club, un auténtico apagaincendios en un conjunto que debe reinventarse para no morir en la monotonía, con un entrenador que debe potenciar a un equipo con grandes nombres para volver a sentirse competitivo.
Por Agustín Devoti
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