Fe de erratas: en el comentario de ayer donde dice ‘caminar’ debiera ser ‘ Camionar”
Dejar Perú e ingresar en Ecuador ha sido un trámite en migraciones muy rápido y sencillo. La aduana ecuatoriana es mas permisiva que la peruana, ya que al ingresar en Perú nos pasaron por el scanner todo el equipaje, paquetes y minucias habidas dentro del dentro del auto, La odisea de este día comenzó cuando solicite en la aduana que proporcionarán el seguro para circular con el vehículo por Ecuador.
En resumen las peripecias del día fueron: ir a Máchala, distante 64 km, ir al Banco de Pichincha, el de Guayaquil, Policía División Tránsito, Direccion General de Aduanas, y por ultimo regresar a la aduana de frontera. En una pequeña oficina donde un señor parapetado detrás de un cristal opaco, sin muchas ganas de atender, emitió un certificado que habilita la circulación del vehículo por 5 días por todo Ecuador. Este trámite enloquecedor demoró 3.45 horas y 130 km improductivos. Por suerte la nafta esta barata! el galón (4 lts) está a us$ 1,25 (92 octanos).
En un momento de desesperación me pregunté si debía seguir viajando sin seguro o abortar el viaje. Pero ganó la determinación en lograr el objetivo y no claudicar. Finalmente el viaje es una carrera de obstáculos a vencer, y no ser vencido!.Con aire triunfal a las 12.45 arranque con la idea de llegar a Riobamba.
En el viaje quede cautivado primero por la belleza estética de los caminos, los alrededores, la ciudad de Máchala y por ultimo las enormes plantaciones de bananas. Los cachos de bananas cortados quedan colgados de la planta en bolsas tipo residuos, el espectáculo es muy dominante por el tamaño de las plantas y esta homenajeado con el monumento al bananero.
La ruta a Cuenca, de 275 km es prácticamente todo montaña . Cometí un error que fue violar uno de mis principios del viaje: siempre rutas principales. Tentado por la opinión de las policía caminera, y por 50 km menos de recorrido, decidí avanzar por ruta secundaria.
Gran error ya que el estado de la ruta y la menor distancia impidieron disfrutar a fondo del paisaje. Había que cuidar la máquina! La escenografía ecuatoriana parece bendecida por Dios! Ingresar en Cuenca , sin referencias de hotel ni de ubicación, fue una odisea ya que están construyendo una línea de tren urbano. Siempre aparece un alma caritativa que te orienta , hasta que finalmente llegue al casco y corazón de esta maravillosa ciudad. Hostal Posada del Angel, en la esquina de Simón Bolívar y Estevez de Toral, lugar de reposo para una jornada extenuante de 5 horas de ruta y 8 controles policiales
Antes que me olvide, en Ecuador la moneda es el dólar!
Gracias Cuenca por recibirme tan cálidamente¡