La bicicleta voyeur

#UsoBicicleta

Un jardín frondoso, verde oscuro, húmedo. Algunas plantas más altas que otras, con hojas más anchas. Estaban todas juntas adentro del cantero. Dejé la bici a un costado y mire la dirección anotada en la carta.
Todas las ventanas de los cuatro departamentos de atrás, daban al jardín. De formas cuadradas y rectangulares. Adentro de la primera se veían esculturas iluminadas, de cuerpos humanos sin cabeza, manos y pies.
En otra, una biblioteca de pared a pared, libros de diferentes colores y grosores. En la ventana de al lado estaba Ana.
El cuarto más iluminado. Una mesa larga, con la computadora apoyada, una taza, té de manzanilla. Atrás en la baranda del entrepiso, unas toallas colgadas.
La ventana estaba dividida al medio. Veía el pelo de Ana y después solo su cuerpo del cuello para abajo, sentado en la silla. La cara quedaba tapada. Empecé a caminar por el jardín hasta su puerta.

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Fotografía anlógica de Rosario Sanz