Todos los medios internacionales tachan de histórica la llegada de la sonda Rosetta al cometa 67P. No es para menos, el aparato acaba de marcar un hito en la exploración espacial al completar la parte más compleja de la misión y posar el modulo robótico Philae sobre la superficie del cuerpo celeste.
“Hollywood es bueno pero Rosetta es mejor”, dijo hoy uno de los científicos de la ESA en la conferencia de prensa tras la confirmación del exito de la misión. La alegría era incontenible y se notaba en las palabras y el tono del enviado de la NASA: “Que increible es tener la posibilidad de aterrizar en un cometa, el sistema solar es de la humanidad, esta mision es parte del camino… es nuestro”. Además, agregó que: “Es nuestro destino movernos de este planeta, eso si queremos sobrevivir”.
Podremos estar más o menos de acuerdo con estas declaraciones pero el evento amerita aceptar el entusiasmo aunque suene algo desmedido. “Estamos extremadamente aliviados de haber llegado seguros a la superficie del cometa, especialmente dado el desafío extra de la forma irregular de su superficie” dijo Stephan Ulamec, el director de aterrizaje del modulo Philae en el centro aeroespacial alemán.
Nadie sabe a ciencia cierta que es lo que descubriremos en un cometa pero es para festejar que esta misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) haya cumplido con su objetivo tras diez años del lanzamiento. Lo cierto es que tanto el orbitador como el aterrizador tienen numerosos instrumentos científicos que analizarán el cometa y sus características. Uno de estos es un perforador que intentarás recoger muestras internas. Los demás instrumentos incluyen espectrómetros especializados en diferentes aspectos que analizarán la superficie del cometa, la cola y los gases expulsados.
Ahora resta esperar los primeros datos concretos que significan, sin más y sin menos, un paso por mucho impensado en la exploración del cosmos cercano. Me pregunto que pensaría Gerald Kuiper de estar entre nosotros. Me gusta imaginarlo secando lágrimas de emoción, montado en ese cometa.
EL MOMENTO DE LA CONFIRMACIÓN DEL ATERRIZAJE:
Fernando Silva Hildebrandt