Según un estudio presentado antes de ayer por científicos de la universidad de Stanford (EEUU), el planeta encara la sexta extinción masiva. Los niveles de extinción serían muy superiores a los normales, provocados por el cambio climático y otros efectos del avance humano por sobre la naturaleza.
Mientras algunos miran al cielo y esperan un apocalipsis divino y otros se cuidan de no tocar el botón rojo del colectivo por las dudas active algún misil nuclear, lo cierto es que al menos un sector de la comunidad científica se encuentra alarmado por niveles de desaparición de especies que no se ven desde la “extinción de los dinosaurios”, hace unos 65 millones de años. Claro, hace unos días hablaba con un biólogo y me decía que las extinciones son parte del proceso de la vida y su evolución: así como un incendio natural, cada tanto tiempo, no es necesariamente malo para un bosque; una extinción masiva tampoco lo es para la naturaleza.
El pasado ha visto (al menos) cinco de estos procesos y gracias a ellos se SUPONE que estamos aquí. Debates aparte, la paradoja radica en que no solo esta sexta extinción amenaza al hombre sino que el hombre parece ser responsable. Así las cosas, uno de los científicos del Instituto de Medioambiente de Stanford dice que “(El estudio), muestra sin lugar a dudas que estamos entrando en un evento de extinción masiva”. Y uno podría pensar que se trata de alguna afirmación para vender libros pero lo cierto es que Paul Ehrlich editó “Extinción: causas y consecuencias de la desaparición de especies” hace ya unos 35 años.
Otro punto que debería alarmar es que no todo pasa por Sanford. Son muchos los científicos que coinciden en que la taza de desaparición de especies se eleva con un crecimiento impensado. Por ejemplo, Gerardo Ceballos (Universidad Autónoma de México) dice que “Si es que puede continuar, la vida tardará muchos millones de años en recuperarse y nuestra misma especie podría desaparecer con bastante facilidad”.
LOS DATOS
Este grupo de científicos ha elaborado un paper focalizado en los datos que se tienen de los vertebrados y sus avances en nuestro planeta. Las estadísticas y comparativas hablan de una realidad de espanto: “Enfatizamos que nuestros es muy probable que nuestros cálculos subestimen la importancia de la crisis de extinción, porque nuestro objetivo era colocar un límite bajo y realista al impacto de la humanidad sobre la biodiversidad”.
La historia hace un redoble de tambores cuando se observa el crecimiento de las poblaciones desde el inicio de la ERA INDUSTRIAL, el consumo humano per cápita y la inequidad económica que han terminado por alterar o destruir los hábitats naturales. La larga lista de impactos incluye: la desforestación para el uso de tierras en ganadería, agricultura y otros tipos de sistemas productivos, la inclusión de especies invasivas, las emisiones de carbono que terminan por cambiar el clima y acidificar el océano y las toxina, que alteran y envenenan los ecosistemas.
Ahora, el espectro de extinción alcanza el 41% de las especies anfibias y el 26% de los mamíferos, de acuerdo con la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, que se encarga de mantener una estadística actualizada.
Con la desaparición de las especies también lo hacen los ecosistemas. Así, con la muerte de las abejas desaparece la polinización y con la muerte de ciertas bacterias la purificación del agua. “Si seguimos con la taza actual de perdida de especies, perderemos muchos beneficios de la biodiversidad en solo tres generaciones. Estamos sellando el limbo en el que nos hemos metido”, dice Paul Ehrlich para cerrar la idea.
ALGUNOS DETALLES
Me resulta especialmente curioso que no se mencione lo transgénico (modificado genéticamente) en el artículo fuente. Quizás esté en el paper que voy a revisar en profundidad en las proximas horas y va a ser una de las preguntas que le haré en breve a Paul Ehrlich. Sin embargo, la agricultura transgénica y el proyecto GeneBank parecen ser ambas caras de una moneda que sino peligrosa, en algún punto tiene que ver con todo lo que está sucediendo. Ampliaremos… si no desaparecemos antes.
Fernando Silva Hildebrandt.
Fuente: http://news.stanford.edu/news/2015/june/mass-extinction-ehrlich-061915.html
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