Un experimento de la Escuela Politécnica Federal de Lausan (Suiza) pretende probar que las “apariciones” fantasmales son solo producto de ciertos estímulos aplicados sobre la percepción pero desde la misma ciencia y el mundo de los misterios se alzan voces de desacuerdo: si bien la prueba alcanza para cubrir ciertos aspectos de estos fenómenos fantásticos, tampoco es lo suficientemente amplia como para negar la existencia de muchos eventos que apenas se pueden clasificar.
No es la primera vez que vamos a escuchar que “el misterio de…” ha sido solucionado. Hace un par de años, recuerdo, un estudio pretendía dar por solucionado todo el tema OVNI con “rayos, simples rayos”. Pienso que es claro que una explicación tan acotada a un fenómeno tan amplio hace agua por todas partes. Por supuesto que muchos casos pueden ser explicados y varios de ellos mediante los famosos rayos globulares o incluso versiones más estrafalarias como aquellas que hablan de descargas eléctricas silenciosas o en ausencia de tormentas. Sin embargo, como en el caso que nos ocupa hoy, hablar de poner “una tapa definitiva” a una problemática tan compleja es arriesgado. Prefiero, entonces, pensar que este es un nuevo paso en el camino de descartar lo explicable para poder enfocarnos en lo inexplicable, esas cosas tan extrañas que —literalmente— terminan por arrancarlo a uno de la realidad cotidiana.
Los fantasmas son parte de esas figuras arquetípicas presentes en todas las culturas, desde que el hombre es hombre. La idea de que los muertos vuelven en forma de “algo más” es común en todos los puntos cardinales y —bromas más, bromas menos—usted y yo conocemos a alguien con una experiencia cercana a este campo de lo desconocido. Todos, en algún momento, nos hemos sentido innecesariamente inquietos en la oscuridad y, más allá del legado milenario del instinto de conservación, todos hemos tenido la sensación de estar siendo observados cuando en realidad no había nadie allí.
Desde Gasparín hasta las historias de personas que no quieren volver nunca más a cierto lugar porque les han “tirado de los pies” en plena madrugada, las apariciones fantasmales forman parte de los misterios que uno prefiere minimizar, hasta que se apaga la luz y uno se sabe en absoluta soledad.
EXPERIMENTEMOS CON EL HORROR
Esto se deben haber planteado los científicos del equipo de la Escuela Politécnica Federal de Lausan, en Suiza. Buscaron un grupo de voluntarios y se dedicaron a intentar comprobar una pregunta: ¿Qué sucede si las señales del cerebro se confunden y se pierde de vista la posición del propio cuerpo?
Para lograr este efecto, los científicos pensaron en acoplar un robot a un ordenador y situarlo en la espalda de los voluntarios que permanecían con los ojos vendados. Olaf Blanke, a cargo del experimento, explicó que el robot seguiría los movimientos de la mano del voluntario en su misma espalda, generando luego una distorsión en esta secuencia, lo que provocaría al sujeto la sensación de estar siendo “tocado” por alguien más, en una habitación vacía. Esta disociación de movimientos y tacto terminó por confundir las ondas cerebrales, lo suficiente como para que muchos dijeran que habían experimentado verdadero horror (ver video).
BUSQUEMOS FANTASMAS MIENTRAS BLANKE NO ESTÁ
El experimento es un avance en ciertos aspectos de la neurología, muchos doctores han coincidido, pero no me alcanza para pensar que se puede explicar todo un fenómeno con la distorsión de la percepción, por más estímulos que se pongan para lograrlo. Por eso, recurrí a Joaquín Abenza, afamado conductor del ciclo “El Último Peldaño” (España), para consultarle que había encontrado mientras preparaba su programa especial sobre este mismo experimento.
“No soy un experto en neurociencia ni en psicología, ni muchísimo menos, pero si es verdad que he estado recopilando toda la información posible en los últimos días y he estado hablando con expertos en estos temas para comprender mejor lo que se sabe de este experimento que toca el mundo de la parapsicología”, me dijo con el entusiasmo que se le escapaba por la voz. “Lo que ha hecho este equipo es intentar explicar un fenómeno que, en psicología hace tiempo que se está investigando y es lo que llaman “presencia fantasmal”. Esto supone el momento en que una persona siente que tiene a alguien al lado, o detrás, pero no llega a verlo. Esto nos ha pasado a todos al menos una vez en la vida. Puede suceder estando solo, quizás en medio de una situación tensa o de stress, entonces sientes no solamente que te están observando, sino que jurarías que has visto una sombra al borde del campo visual, que apenas pudiste percibir”.
¿Pero el experimento llega a refutar todos los casos de fantasmas?
No, el experimento no llega a refutar nada. Yo pienso que ha sido mucho más ambiciosa la actitud periodística de los titulares que hemos leído en algunos medios. Sobre todo lo que ha sido jadeado por ese sector excesivamente racionalista, pero bueno, nosotros tuvimos la fortuna de contar en el estudio con Ana Rodríguez, que es Licenciada en Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, y además es experta en inteligencia emocional, miembro de la Asociación de Investigación y Desarrollo de las Dinámicas Mentales. Esta mujer lleva muchísimos años investigando el mundo mental y, como científica, reconoció que (el experimento) ha sido un gran avance para explicar determinados aspectos de ciertos fenómenos pero lo que está claro es que esto no desmonta y no demuestra, ni siquiera de lejos, toda la cantidad de casuística de fantasmogénesis que encontramos a lo largo de la historia y que están muy bien documentados, porque no se trata solamente leyendas y tradiciones orales sino que hay investigaciones que han recogido hasta huellas, fotografías, filmaciones y es algo que no podría explicarse con este tema”.
¿No se puede entonces explicar todo con este experimento?
Nuestra invitada Ana Rodríguez nos dijo que sirve para explicar algunos casos en los que hay alguna presencia que no llega a visualizarse ni deja huella física, lumínica o electromagnética. Pero que cuando hay visualización o incluso interacción, cuando se cuenta con fotografías o grabaciones de audio, pues que el experimento no puede explicarlo bajo ningún concepto, y es mucho más común de lo que parece. Yo pienso que es un gran avance para la neurociencia a la hora de tratar ciertas enfermedades reproduciendo este tipo de técnicas para corregir esas percepciones erróneas pero, desde luego, no explica la fantasmogénesis en absoluto.
¿Qué podrías definir como un aspecto clásico de las apariciones fantasmales?
Pues tienen que ver con la interacción que tienen entre la supuesta aparición y el testigo. Porque normalmente, cuando alguien habla de un fantasma es porque está seguro de que esa entidad que tiene delante proviene del alma de un difunto. Es el caso de la gente que ve algún conocido que se le ha presentado y que está seguro de que ha fallecido o bien porque este mismo ser se declara como tal. Pueden ser estos famosos “fantasmas de la curva” que aparecen en la noche haciendo autostop y que tras levantarlos en el coche avisan diciendo “cuidado con la próxima curva” y que cuando llegan a la curva el conductor del coche descubre que su acompañante ya no está. Luego por lo general se enteran de que es un chico o chica que tuvo un accidente y falleció en esa curva.
¿Tienes algún caso reciente?
Si, justamente tenemos un caso cercano y de gente conocida, que te hiela la sangre en las venas porque el propio padre de la chica que desgraciadamente falleció en esa curva se encontró con su hija. Imagínate la escena de ese hombre conduciendo su vehículo cuando ve una chica a la orilla del camino en una noche cerrada, casi con niebla. Se apiada de la joven y decide llevarla y cuando se va acercando ve que es su hija, su propia hija fallecida unos años antes.
CUANDO NO HAY MISTERIO NO HAY QUE INVENTARLO
Es lo que siempre repite mi invitado Joaquín Abenza. De hecho, declara que: “si estos científicos hubieran demostrado con estos experimentos todos los casos, lo estaría diciendo ahora mismo porque creo que es lo mejor que podemos hacer. La verdad es la verdad y no se puede ocultar”, cierra, seguro como yo de estar frente a otra bola de nieve mediática. Porque sucede que el mismo equipo de Olaf Blanke ha decidido llamarse al silencio.
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EL VIDEO:
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LA NOTA COMPLETA CON JOAQUIN ABENZA EN “LA SEÑAL”:
http://www.ivoox.com/senal-prg-15-completo-rosetta-y-audios-mp3_rf_3766439_1.html
Fernando Silva Hildebrandt.