Por: Agostina Fasanella
Este decálogo funciona como guía para saber desde dónde podemos operar para lograr lo que queremos y también como espejo para darnos cuenta en dónde estamos fallando y así poder corregir nuestro rumbo.
Como ya han leído en varios de mis blogs, considero que ganar es una cuestión de actitud y el éxito es más la consecuencia de esa actitud que de una capacidad. Aún perdiendo o tras una derrota, los ganadores tienen una manera diferente de atravesar las circunstancias y los fracasos.
En mis años como Coach, acompañando a las personas a lograr resultados, puedo afirmar que aquellos que logran lo que quieren lo tienen principalmente por su actitud y compromiso. Y esa actitud depende de la decisión anterior que tomaron con respecto al resultado que les importaba lograr.
Cuando nos decidimos a lograr un resultado tome lo que tome y cueste lo que cueste, indefectiblemente estamos teniendo la actitud de un ganador, ya que ganamos antes que “comience el partido”, ganamos desde el minuto cero. Cuando nos lanzamos a jugar mirando que las circunstancias no sean demasiado duras y los precios a pagar no sean tan altos, indefectiblemente vamos a tener una actitud perdedora.
Cuando estamos comprometidos a ganar tenemos una actitud ganadora constantemente. Aún cuando en el camino que recorremos estemos perdiendo.
En muchos casos no fueron ni son los que más saben los que logran los resultados que quieren en la vida, sino los que tienen la actitud que se requiere para ganar.
1. Cuando un ganador comete un error, dice: “Yo me equivoqué”.
Cuando un perdedor comete un error, dice: “No fue mi culpa”.
2. Un ganador ve una respuesta a todo problema.
Un perdedor ve un problema para cada solución.
3. Un ganador enfrenta y supera el problema.
Un perdedor le da vueltas y nunca logra pasarlo.
4. Un ganador se compromete.
Un perdedor hace promesas.
5. Un ganador es siempre parte de la solución.
Un perdedor es siempre parte del problema.
6. Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
7. Un ganador dice: “Podrá ser difícil, pero es posible”.
Un perdedor dice: “Podrá ser posible, pero es demasiado difícil”.
8. Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no colabora y siempre dice: “Yo solo hago mi trabajo”.
9. Un ganador dice: “Debe haber mejor forma de hacerlo…”.
Un perdedor dice: “Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho”.
10. Un ganador siempre tiene un plan.
Un perdedor siempre tiene una excusa.
Y como siempre digo… perder no significa fracasar… perder siempre trae un aprendizaje y nos acerca un paso más al éxito que estamos buscando!
Que tengas una linda semana!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora