Por: Agostina Fasanella
En un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin fue comprobado científicamente que Matthieu Ricard, nacido en París, biólogo molecular y monje budista, es el hombre más feliz del mundo ya que tiene un exceso de actividad en la corteza prefrontal izquierda, que concentra las sensaciones placenteras, en comparación con la misma región del lado derecho del cerebro.
“Estamos dispuestos a pasar 15 años obteniendo educación, nos encanta correr, hacer ejercicio; hacemos todo tipo de cosas para mantener la belleza. Sin embargo, es sorprendente ver el poco tiempo que dedicamos a cuidar lo que más importa: la manera en que nuestra mente funciona que, es lo que finalmente determina la calidad de nuestra experiencia”, dijo el monje.
Cualquiera puede ser la persona más feliz del mundo si busca la felicidad en el lugar correcto, el problema es que tendemos a no hacerlo. En su libro, “En defensa de la felicidad”, nos dice que no todo el mundo debe hacer lo mismo para encontrar la dicha y que debemos aprender que el sueño de la casa, los millones en el banco o encontrar una pareja atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
1. Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
2. Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
3. Soledad: Existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
4. Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
5. Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
6. Conflictos de pareja: Minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
7. Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
8. Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
9. Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
10. Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
La felicidad es una forma de ser. El desafío es dejar que esa forma de ser supere a todos los demás estados emocionales… ¡vaya desafío!… ¡a ponerlo en práctica!…
Buena y feliz semana para vos!
Agostina Fasanella
Coach Ontológico
Liderarte Consultora