Por: Hernan Gauna
El creador del Aikido, O’Sensei Morihei Ueshiba dijo que Misogi, “purificación de cuerpo y mente”, era el corazón del Aikido.
Pero, ¿qué es específicamente realizar Misogi?
Misogi externo es un lavado con agua para desechar toda la suciedad; Misogi interno es una desintoxicación de los órganos internos mediante la respiración profunda; y el Misogi espiritual es una limpieza del corazón purgando toda la malicia.
O’Sensei, lo explicó de esta forma:
“La única cura para el materialismo es la limpieza de los seis sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). Si tus sentidos están obstruidos, la percepción está sofocada. Cuanto mas sofocada, mas contaminados se vuelven los sentidos. Esto crea desórdenes en la vida y consecuentemente, a través del mundo entero, esta es el mayor daño de todos. A fin de proteger al mundo, debemos primero limpiarnos nosotros.”
Enseñó además, que Misogi es necesario para poner las cosas en orden:
“MI, representa el cuerpo y la mente, los aspecto internos y externos del humano; SO es el envoltorio de carne de SU, el brillo Divino; y GI (KI) es un testigo limpio e inalterable. En breve, misogi es una limpieza de toda suciedad y la remoción de todos los obstáculos, una separación del desorden, una abstención de pensamientos negativos, un estado radiante de pureza, el logro de todas las cosas, una condición de alta virtud y un ambiente intachable. En misogi se retorna al principio, donde no hay diferencia entre el universo y uno mismo.”
Para él, la práctica del Aikido y la realización de sus técnicas, son sinónimo de misogi:
“Entrena sinceramente Aikido y los pensamientos y actos malignos van a desaparecer naturalmente. El entrenamiento diario de Aikido permitirá a tu Divinidad interior brillar mas y mas cada vez. No debes preocuparte con lo que hagan bien o mal los demás. No debes estar calculando o actuando en forma no natural. Mantén tu corazón enfocado en el Aikido y no critiques otros maestros o tradiciones. Aikido abraza todo y purifica todo”.
En virtud de esto, cada vez que practicamos, estamos purificando nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Las citas textuales pertenecen al libro “The Essence of Aikido: Spiritual Teachings of Morihei Ueshiba”, Morihei Ueshiba, traducida por el autor del presente.