Hay una creencia popular que sostiene que casi nunca es el varón quien toma la iniciativa del divorcio en una pareja. Por eso, cuando su esposa decide la separación, ellos se deprimen, se encierran o por el contrario, salen a recuperar el tiempo perdido, o se involucran rápidamente en una nueva pareja con tal de no vivir el duelo de una ruptura.
La mayoría de las veces, los hombres ni siquiera se dan cuenta de que la relación estaba por terminarse. Y de un día para el otro se sorprenden cuando su esposa dice que quiere separarse.
Las estadísticas indican que en la enorme mayoria de los casos, son las mujeres quienes deciden iniciar el divorcio. Y esta tendencia aumenta a medida que la mujer gana mayor independencia económica. Por eso en el momento de la separación, la mujer está mejor preparada para afrontarla. Porque, en general ya viene pensando en el divorcio desde hace tiempo.
El varón, en cambio, suele no ver las señales que preceden a una separación. Porque solamente por el hecho de ser hombre, no percibe los indicios. Tal vez sea porque se comunica de una manera más simple y directa que no registra el lenguaje no verbal.
Además la mujer suele establecer redes de contención más fuertes, amigos y familiares, grupos de pertenencia que pueden actuar como sostén emocional en el momento del duelo. Los hombres de mediana edad, en cambio, se encuentran muchas veces sin otras relaciones personales que su familia y sus compañeros de trabajo. Como generalmente no fomentan los lazos sociales fuera del matrimonio, luego de la separación se encuentran solos.
Y aunque uno los vea insensibles ante lo que les pasa, la procesión va sin dudas por dentro. Por el solo hecho de ser varones en situación de vulnerabilidad, redoblan su postura masculina, esconden su dolor y se “endurecen” más todavía. Es porque el camino del dolor es sin duda algo femenino, que generalmente no se les enseñó a transitar con dignidad
¿Como vive un hombre el duelo del divorcio? El varón separado también sufre, aunque lo esconda. Y le tiene miedo a la soledad, y se siente fracasado en su proyecto de familia y de paternidad. Y todo esto lo canaliza…como puede.
Muchos se sumergen en un clima de fiesta por “retomar la solteria” para así anestesiar el sufrimiento, y muchas veces empujados por el entorno machista que les exige que demuestren que aún están en carrera para conquistar a otras mujeres. Porque la propia “ex” los ha dejado, generalmente, con su autoestima masculina severamente dañada.
Un hombre debería tener bien en claro lo que busca en su vida a la hora de retomar un vínculo sentimental con otra mujer. Pero muchos de ellos, ante la amenaza de la soledad eterna, se involucran en relaciones huecas que si bien no les “cierran” les sirven como “muletas” para transitar ese camino doloroso que no pueden recorrer abiertamente, solos.
Eso de “recuperar la libertad” se parece más a un mito que a una realidad gratificante. Ya que el varón –en general- lo que menos tolera en la vida es permanecer sin una mujer a su lado.
Claro que, en función de evitar las universalizaciones, digamos que todo dependerá de la naturaleza de la relación que hayan tenido en el pasado, y de los rasgos de la personalidad de cada uno, además de las propias circunstancias y entorno de ese varón y la forma que tenga de enfrentar sus problemas.
Pero además cabría preguntarse…cuando es el varón el que decide divorciarse… ¿Por qué lo hace?