Por: Mariano Marquevich
Asomas por el diario, y te desayunas con un caudal de noticias en su mayoría trágicas. Puede ser, el secuestro a un empresario. Un avión que se cayó. Desbaratan una red de corrupción. Asesinan a un bebe de siete meses.
Algunas de las desgracias pueden sonarte mas o menos “justificables”. Elige entre ellas la menos justificable. Supongamos… el bebe asesinado.
¿Qué culpa tiene el bebé?
Eso de que fuera un “misterio de Dios” difícilmente pueda satisfacer a alguien con un mínimo de inquietud en el pensamiento…
Esta maqueta del planteo que hicimos, este pequeño circuito de interrogantes que acabamos de desplegar en pocas lineas, ha sido históricamente conocido en la filosofía como “la cuestión del mal”. Unánimemente, es considerado como el punto débil de la fé, su “talón de Aquiles”.
Si dios permite estas barbaridades ¿no sera acaso un dios-perverso cómplice de dolores, o al menos, un dios-incapaz de frenar eventos catastróficos?.
En resumidas cuentas no tardaras en pensar que, o bien no nunca existió, o en caso de insistir en su existencia, se trate acaso de un dios no tan omnipotente, o no tan amoroso.
Estas simples preguntas que cobran vigor con las desgracias, han hecho replantear -cuando no desarticular- los esquemas religiosos de muchos y hacer tambalear en sus creencias a los mas avesados pensadores, llevando a renunciar a la fe a quienes hasta el momento fueran los creyentes mas fervorosos.
“Dios es amoroso, y crea eventos trágicos.”
No es lógico.
“Dios es omnipotente, y permite que algo que no es Él (lo no-amoroso), exista.”
No es lógico.
Seria muy soberbio reducir lo “lógico” a lo humanamente considerable como tal. Pero mientras tanto, hay que seguir viviendo con este cerebro. Y es inevitable el planteo (al menos…).
Yo no puedo saber si en este momento vos estas contento con lo que estas leyendo con el mismo grado de certeza a que sé, que si tiro la laptoc por la ventana (desde este piso doce) no se vaya a romper. Estoy seguro que por la ley de gravedad se va a romper, las posibilidades que me equivoque son prácticamente inexistentes. No pasa así con algo impredecible como el gusto del lector,y menos con cuestiones incomprobables, la existencia de un más allá, por qué vinimos al mundo, qué papel juega Dios en las desgracias etc, etc.
Ante aquellos planteos ajenos a las ciencias duras -que resultan imposibles de resolver de manera categórica y evidenciable- se abre un terreno de ambigüedades que dan lugar a un margen de libertad del pensamiento.
En ese abanico extenso más vale que pienses como más te conviene.
Te propongo algo tan sencillo como que pienses de una forma que te convenga… Puede ser un síntoma de la sociedad, de la perdida de autoridad de los referentes, de la inestabilidad institucional. Pero el análisis psicológico o social es en algún punto irrelevante.
¿Por qué no?
LLAVE MAESTRA
- Escribí tus propias respuestas. Eso si… con la única condición de que puedas volverlas a escribir si no te resultan.
(En la próxima entrega les prometo acercarles algunas posibles “respuestas convenientes” esperando les resulten dignas de reflexión.)