Por: Mariano Marquevich
Si hiciéramos propia la idea de que las palabras son piezas de juego, la propuesta de esta nota no debería sonar tan disparatada.
El plan es: jugar el juego.
Probemos redefinir ciertas palabras pasándolas por el tamiz de la sensibilidad.
Amor: Genuino deseo de que algo o alguien despliegue al máximo su potencial.
Bronca: Afecto causado por la acumulación de juicios negativos con los cuales te has identificado.
Culpa: Agregar un nuevo error a un error pasado,
Felicidad: Única expresión esencial.
Lastima: Subestimar la capacidad de transformación de algo o alguien.
Nostalgia: Dulce de leche de la memoria. Consumir con moderación.
Preocupación: Otorgar realidad al despliegue de juicios mentales.
Responsabilidad: Habilidad de asumir las consecuencias de nuestros actos constructivamente.
Tristeza: Alarma de oportunidad.
Venganza: Consentir haber estado la altura del agravio.
Vergüenza: Intento por huir de uno mismo.
Vergüenza ajena: Percibir algo que no te gusta, y secretamente, tener miedo a la posibilidad de que te sucediera a vos.
Violencia: Descarga reactiva. Certificado de inseguridad.