SAN SEBASTIÁN. -Seguimos en esta ciudad preciosa algunos días más… Aparte de fama por bonita, San Sebastián tiene prestigio por lo bien que se come. Para disfrutar lo bonita que es basta con pasear y mirarla. Es muy caminable, como lo son mis ciudades favoritas. Comer ya es otra cuestión…
La pizarra del Bar Oquendo.
Quienes me conocen saben que el de la comida es un rubro en el que tengo problemas de neurotiquita, vale decir, no me gustan los cambios. Hoy, ejemplo, pasé por tres bares buscando dónde desayunar, me senté incluso en uno de ellos, tal vez en dos, pero siempre hay algo que no entiendo o que no me gusta o que me resulta sospechoso, así que así como entro, salgo: sin desayunar, al final agotada y todavía con hambre.
Pintxos a toda hora.
Algo que me sorprendió dando estas vueltas desde bien temprano es que en cuanto abre un bar ya tiene dispuesta sobre la barra una gran cantidad de bandejas con un tipo de bocado típico del lugar: los pintxos (léase pinchos). Un pintxo es una cruza de sandwich y canapé gigante. Para aventurarme en ese mundo culinario busqué la ayuda de una experta, la cineasta Victoria Galardi, que ya es veterana del Festival de San Sebastián. De modo que así como en la muestra hay una sección de Culinary Zinema -con proyección de películas tipo “Como agua para chocolate” y luego cena en distintos restaurantes con estrellas Michelín-, Victoria y yo nos hicimos nuestra propia sección de degustación de pintxos en el bar Oquendo y, como buenas argentinas, la cita fue para almuerzo y no desayuno. Quien estuvo a cargo de las fotos fue Julián “Mex” Ledesma, marido de Victoria y director de fotografía de todas sus películas. Un lujo.
Pintxos tipo sandwich y la camarera del diálogo con Victoria. Ensalada de rúcula, no de muzzarella, no.
Llegamos a Oquendo y Victoria, como es vegetariana, sabe de antemano que va a pedir pintxo de tortilla de papas y una ensalada. Es muy gracioso el diálogo que sostiene con la camarera que despacha la barra. Victoria: -¿Cómo es que se llama esta ensalada? Camarera: -Ensalada de rúcula. Victoria: -No, otro nombre. Camarera: -Ensalada de muzzarella. Victoria: -Pero, ¿no tiene otro nombre? Camarera: -Pues no. Es una ensalada de rúcula, muzzarella y tomates asados. Victoria: -Es que es tan diferente que debería tener un nombre.
Mex y yo optamos por una selección más carnívora. En un gesto de audacia que no me caracteriza, leo el menú en el pizarrón y pido las zamburiñas. Mientras las preparan, arrancamos con: Mex, un pintxo de jamón crudo, berenjena y langostino, y otro de queso de cabra, cebolla caramelizada y zapallito; yo, uno de huevo con gambas.
Los pinchos de Mex.
Entre pintxo y pintxo charlamos con la Galardi.
“¿Mex y vos se conocieron trabajando o trabajan juntos porque son pareja?”. “Fue el director de fotografía de todas mis películas pero es así: nos conocimos en Amorosa Soledad y después de que terminamos esa película empezamos a salir”. “Y no es difícil ser pareja, trabajar juntos…”. “No, no es difícil porque en realidad, ¿cada cuánto trabajamos juntos? Tal vez volvamos a trabajar juntos dentro de dos o tres años cuando yo vuelva a hacer una película. Mientras tanto él tiene su agenda y yo tengo la mía”.
Tiene razón Victoria, su ritmo de filmación es cada dos o tres años y eso está muy marcado en su historia con el Festival de San Sebastián. Vino en 2008 con “Amorosa Soledad”, que ganó entonces el premio del Público Joven. Regresó en 2010 con “Cerro Bayo” y TVE adquirió los derechos para televisión. En 2012 participó del Foro de Coproducción y ahora mismo está participando en la sección Horizontes Latinos con “Pensé que iba a haber fiesta”. No es un premio menor el de Horizontes latinos. Significa 35 mil euros, 25 mil para distribución y 10 mil para el director. Palabras más, palabras menos, quien lo gana se asegura la distribución de la película en España.
¡Llegaron las zamburiñas! Victoria mira para otro lado. Es vegetariana.
Llegan las zamburiñas. Son riquísimas. Mex deja la cámara fotográfica y atacamos el enorme plato a cuatro manos. Realmente se come bien en esta ciudad. Entre zamburiña, tortilla y tomates asados, aprovecho para preguntarle a Victoria por el personaje de Ana (Elena Anaya) en “Pensé que iba a haber fiesta”.
“Lo que me gusta de tu última película es que los personajes cambian de peso a medida que avanza la película. Lucía (Valeria Bertuccelli) parece que lo tiene todo: casa, pileta, una hija, una nueva pareja con la que se va de vacaciones; y Ana parece que no tiene nada, una actriz en ese momento sin trabajo que se queda a cuidar la casa y la hija de la amiga. Y hacia el final, resulta que lo de Lucía estaba todo atado con alambre y Ana es como una fuente de atracción que le va sacando todo”. “¿Te parece?”. “¡Qué rica tu tortilla!”. Porque, claro, a esta altura estoy comiendo la tortilla de papas de Victoria.
Victoria y lo que quedó de su ensalada. Se ríe. Algo estrambótico le estaré diciendo.
En los bares de San Sebastián -en general, en toda España pero como aquí estamos…- se come de parado o sentado en un taburete al lado de la barra. Así estamos los tres. Aunque a Mex no se lo vea porque no quiso aparecer en las fotos, también está. Nosotras sentadas porque si no me muero del odio. Y él parado para poder moverse con más libertad para sacar fotos.
“Yo creo que Ana derriba el mito de la linda que tiene todo resuelto. Ella es hermosa pero todas sus historias de pareja son fracasos. Le preguntan por tal director, que no, que no sale más. Le preguntan por tal actor, que no, que esa relación se rompió”, me dice Victoria. “Es cierto, pero ella llega ahí sin nada y de pronto la hija de Lucía la adora, el ex-marido de Lucía termina seducido, en la fiesta de Año Nuevo hay un tipo que la persigue. Ana es el centro de todas las cosas”. “Más bien es como las actrices, ¿no es cierto? Las actrices necesitan atrapar la mirada de los otros”. “No sé, yo creo que la visión que tenés del personaje de Ana es mucho más inocentada de lo que resultó ser. Para mí ella es una viuda negra, una depredadora. Se presenta como una desvalida pero se va quedando con todo”. “¿Te parece?”. “Me parece”. “Nunca comí una ensalada más rica que esta. ¿Ves? Es que tiene jugo, es líquida, además de que los tomates están asados. Entonces es como una Caprese pero no se parece en nada a una Caprese”.
“¿Qué vas a hacer si ganás el premio Horizontes Latinos?”. “No creo que lo gane pero si lo ganase seguramente usaría el dinero para invertirlo en mi próxima película”.
Riquísimos los pintxos, excelente la compañía, providenciales las fotos que saca Mex.
Pequeños placeres en San Sebastián.