La pregunta: ¿Cómo puedo hacer mi motor cohete? (3ra parte)

#ModelismoEspacial

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En la segunda parte de esta nota hablábamos de algunos peligros… Pero no mencionamos allí que una de las razones que alguna (mala) gente podría tener para hacer sus propios motores es para usarlos con propósitos maliciosos: terrorismo.

Si ese es su deseo, tengo MUY malas noticias para usted: los cohetes no guiados, como los utilizados por nosotros, los aficionados serios en nuestras prácticas deportivas o con fines educativos, son algo pésimo y prácticamente inútil si se desea usarlos como armas.  ¿No me cree? Busque por usted mismo en internet. Incluso el famoso cohete V2 utilizado por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, que podía llevar una ojiva de 450 kilogramos de alto explosivo, tuvo muy poco impacto en el desarrollo de la guerra: murió más gente del lado alemán durante el desarrollo y en la producción del cohete que a causa de su uso como arma.  Por eso, si usted quiere utilizar sus cohetes como armas, los únicos que pueden ser útiles son los cohetes guiados (misiles) o los que cuenten con una cabeza nuclear. Y –claramente- eso escapa a las posibilidades e intenciones de cualquier aficionado…

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Otros aspectos negativos: publicidad
Cada vez que alguien intenta hacer un motor y algo sale mal, se genera una gran cantidad de publicidad negativa.  Veamos una historia verdadera y relativamente reciente: a mediados del año 2004, en la zona de Colorado Springs (USA) hubo una persona que se puso a fabricar motores descartables de modelismo por su cuenta, sin demasiada información y sin interactuar con nadie. Su casa estalló y el tipo en cuestión murió en la explosión. En pocos días, todos los aficionados habíamos oído hablar de él… y todo el que oía o veía la noticia se preguntaba (y nos preguntaban) si a cualquiera de nosotros no podía pasarnos lo mismo.  Y ése es el punto que afecta a todos en esta trágica historia, y no sólo la persona que murió en la explosión: Si pasa algo así, nuestra actividad de cohetería se vería inmediatamente empañada, porque los noticieros no distinguen entre los cohetes de aficionados serios y todo lo demás… Para el público, “cohetes” son “cohetes”, y punto.-

Los proveedores que fabrican legalmente motores y accesorios de venta libre y legal son los que más sufren directamente las consecuencias de algo así: ante un incidente como el del ejemplo, los políticos toman nota y proponen prohibir cualquier cosa. Algo así ocurrió en Argentina durante 2005, luego del incendio del boliche CroMagnon en diciembre de 2004, luego del uso indebido de bengalas, cuando desde la política surgieron voces solicitando la prohibición de todo tipo de actividad que incluyera cualquier cosa parecida a la pirotecnia… Y todos sabemos que la realidad indica que la estupidez humana y la desidia no desaparecen mediante prohibiciones.

Nadie merece que le prohíban nada y nadie merece perder su negocio porque otras personas hacen tonterías irresponsables que terminan mal; todos quienes gozamos de la cohetería deportiva y vocacional nos veríamos afectados de la misma manera ante algo así. Por eso es necesario reforzar la idea de la prudencia: de lo contrario, las futuras generaciones nunca llegarán a experimentar los gratos momentos que puede brindar la cohetería si prevalece el comportamiento egoísta de unas pocas personas.

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La NAR (National Association of Rocketry, Asociación Nacional de Cohetería, en USA)  fue fundada a fines de los años ’50 como respuesta a algunos aficionados peligrosos a los que llamaron “basement bombers” (bombarderos de sótano), y que provocaron varios accidentes; además de dañarse personalmente, esa gente estaba dando a la afición una muy mala reputación y por eso la NAR propuso que la actividad sólo debía hacerse con motores de fabricación comercial. Años más tarde se creó la Tripoli Rocketry Association (TRA) para dar cabida a los aficionados serios que también deseaban experimentar con motores, siempre como tramo final de un largo proceso de aprendizaje. De modo similar, en Argentina y desde 2003 existe la ACEMA, una sociedad que da cabida a actividades modelistas y de experimentación para coheteros avanzados.-

Y entonces… ¿Cuando es conveniente hacer el propio motor?

En la próxima entrega –cierre de esta serie de cuatro notas- veremos las respuestas a ese interrogante.

Roberto Müller
para Tur Aire Libre

 

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