Por: Fabiola Angulo
Somos mujeres hermosas y no tenemos por qué seguir estereotipos de belleza.
Antes de preocuparnos por gustarle a alguien, deberíamos preocuparnos por gustarnos a nosotras mismas, por valorar y respetar todo lo valioso que hay en nuestro corazón. ¡Nos lo debemos. La sociedad suele imponer ciertas ideologías para definir lo que es lo bello y lo que no. Lamentablemente, podemos dejarnos confundir y terminar por pensar que debemos parecernos a esas muñecas de plástico que se venden como “divinas”, cuando en realidad, vivir en función de una apariencia física no tiene nada de mérito. Si así fuera, no seríamos mujeres auténticas, seríamos un vil montón de clones. A veces la presión nos gana y comenzamos a analizar nuestros cuerpos, pero no para dar las gracias por ser mujeres bellas, sino para mirarnos con desprecio: nos fijamos en nuestros rollitos, en el tamaño de nuestros senos, en la piel, ¡en todo! Nos decimos que somos feas, cuando en realidad no es así, cuando lo cierto es que tenemos los ojos vendados y necesitamos amarnos más y mejor. No te preocupes por lo que las personas de fuera dicen; date tu lugar, aumenta tu autoestima, defiende tu derecho a ser única; no permitas que nadie te convierta en un estereotipo. Eres más que eso. Mereces más que eso. Cuida de ti, pero no caigas en los excesos; lo que hagas, hazlo por ti, porque lo quieres para ti, no por nada ni nadie más.
¡Eres la mejor versión de ti misma!
No te compares, y simplemente mira un poquito mejor: ¡eres preciosa! Tienes el más bonito corazón y no necesitas de nada más. ¡Lo tienes todo! ¡Valórate hoy y siempre!