La dispepsia es el dolor o malestar epigástrico durante al menos tres meses en un paciente que no refiere acidez predominante o regurgitación.
Un quinto de la población se ve afectada en algún momento de sus vidas. Es una condición crónica con una naturaleza evolutiva con recaídas y remisiones. En la mayoría de los pacientes, no hay causa para la dispepsia que se detecte en la endoscopia.
El cáncer gastroesofágico es muy poco frecuente entre los pacientes con dispepsia que no tienen síntomas de alarma. La mayoría de los tratamientos son seguros y bien tolerados, pero hay poca evidencia de que tengan algún efecto a largo plazo sobre el curso natural de la enfermedad.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se convierte en el diagnóstico más probable si los síntomas de acidez o regurgitación son los predominantes, aunque esta es una de las principales áreas de incertidumbre que rodean a la definición de dispepsia.
Los estudios muestran una asociación consistente con el sexo, edad, nivel socioeconómico, el tabaquismo o el consumo de alcohol.
La dispepsia es más común en personas que toman medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y medicamentos como los antagonistas del calcio, bifosfonatos, nitratos, teofilinas y en las personas infectadas con Helicobacter Pylori.
Un estudio basado en la población también encontró una asociación entre la ansiedad y los síntomas de dispepsia.
Existe una fuerte coincidencia entre el síndrome del intestino irritable, los síntomas de reflujo gastroesofágico y la dispepsia, lo que sugiere que ciertos factores genéticos o ambientales comunes están involucrados en el desarrollo de estos trastornos.
Entre las causas de dispepsia podemos encontrar:
- 13% por esofagitis erosiva.
- 8% por enfermedad por úlcera péptica.
- 0,3% por cáncer gástrico o esofágico.
En general, el 70-80% de las personas con dispepsia no tuvo resultados clínicamente significativos en la endoscopia. Dichos pacientes se clasificaron como “dispepsia funcional”.
Los criterios para la dispepsia funcional se dividen en dos síndromes separados:
1. En el síndrome de dolor epigástrico, los pacientes refieren dolor intermitente o ardor localizados en la región epigástrica.
2. Los pacientes con síndrome de distrés postprandial tienen plenitud postprandial y se sienten molestos después de una comida de tamaño normal o tienen saciedad temprana que impiden que terminen la comida
La enfermedad por úlcera péptica generalmente es causada por la infección por Helicobacter Pylori, con unos pocos casos asociados con el consumo de AINE.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es causada por una combinación de fracaso de la unión gastroesofágica para prevenir el reflujo ácido y una alteración en la depuración del ácido desde el esófago. Aunque técnicamente distinta de la dispepsia, es posible que se presente con síntomas de tipo dispéptico, en lugar de acidez o regurgitación.
El reflujo ácido puede ser lo suficientemente grave como para dañar la mucosa esofágica, en cuyo caso las lesiones por esofagitis erosiva serán visibles en la endoscopia.
Se ha estimado que el 5% de la dispepsia en la comunidad se debe al Helicobacter Pylori, por lo que con la detección y tratamiento de este microorganismo podría reducir la dispepsia.
Los médicos suelen aconsejar a las personas con dispepsia perder peso, evitar los alimentos grasos y el alcohol o dejar de fumar, pero hay poca evidencia de que estas medidas mejoran los síntomas. Como resultado de ello, los fármacos son la base del tratamiento.
- Los antiácidos neutralizan el ácido gástrico.
- Los anti H2 y los IBP (inhibidores de la bomba de protones), reducen la producción de ácido al bloquean a los receptores H2 o a la bomba de protones, respectivamente, son beneficiosos en pacientes con dispepsia funcional que tienen principalmente síntomas de reflujo o dolor epigástrico, pero no en aquellos con síntomas de tipo dismotilidad.
- Fármacos procinéticos que mejoran la motilidad gastrointestinal, los agonistas de los receptores, tales como cisapride y mosapride, y antagonistas de la dopamina metoclopramida y la domperidona.
- Los antidepresivos y terapias psicológicas, los pacientes con dispepsia funcional, como con la mayoría de otros trastornos gastrointestinales funcionales, tienen mayores índices de ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos que las personas sanas.
Los antidepresivos parecen ser de beneficio en el síndrome del intestino irritable, la amitriptilina mostró un beneficio significativo.
- Tratar la enfermedad ulcerosa péptica con terapia de erradicación si el Helicobacter Pylori está presente o con inhibidores de la bomba de protones, si están implicados los fármacos anti-inflamatorios no-esteroideos (AINE).
Las terapias alternativas se deben reservar para los pacientes con dispepsia funcional cuyos síntomas no se alivian con los tratamientos convencionales.ñs