Por: Mijal Orihuela
El urbanismo es la disciplina que se ocupa del estudio y planificación de las ciudades desde una perspectiva holística: se basa en la vida urbana, la geografía, el medio natural, las construcciones, el tránsito, la economía, la salud y todos aquellos factores de la ciudad que inciden sobre y son afectados por el habitar de las personas.
¿Y su objetivo? Simplemente mejorar la calidad de vida urbana.
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Surge en las ciudades industriales como consecuencia de los problemas de hacinamiento y salud generados por el rápido y desordenado crecimiento de las mismas. Los planificadores son higienistas que crean espacios vacíos (parques) y códigos de edificación (reglas) para garantizar la ventilación e iluminación mínima en edificios y ciudades.
Los urbanistas deben además demostrar el poder del gobierno y mantener el orden, evitando las protestas de trabajadores u otros colectivos sociales, como resultado se abren grandes avenidas que rematan en edificios monumentales y permiten acceder de forma rápida a las tropas militares y a la policía.
Con la popularización del automóvil, los urbanistas focalizaron sus esfuerzos en crear redes viales para éstos, espacios y edificios de escala monumental que hiciesen las ciudades famosas a nivel global y acordes a las necesidades del siglo XXI.
En los últimos años, ante los problemas medioambientales y de congestión de tránsito en urbes de todo el mundo, se produjo un nuevo cambio de paradigma que devolvió el foco de atención a las personas. Hoy en día los urbanistas buscan lograr ciudades más amigables con el medio ambiente y los planes han vuelto a pensar en la escala humana.
Cientistas sociales y psicólogos participan del debate. El desarrollo de las ciudades ya no se trata de la relación entre edificios sino de cómo generar modos de vida económica, social y ambientalmente sostenibles. Este enfoque suele estar en contraposición con aquél de los desarrolladores privados, dado que no siempre responde a las lógicas de mercado. Sin embargo, existen múltiples experiencias que demuestran que una buena planificación redunda en el crecimiento económico de toda la localidad. Es el rol de los urbanistas, en este aspecto, funcionar como mediadores entre los diversos actores sociales (políticos, ciudadanos, empresarios, desarrolladores, asociaciones, agrupaciones, etcétera) para lograr el consenso entre éstos y objetivos comunes para sus ciudades.