Recuerdos de mis Viajes por Brasil
Sol, aire puro y cielo muy celeste, a no dudar Brasil nos está dando la Bienvenida. El bullicio que reinaba al retirar nuestras maletas demarcaba la alegría que cada uno sentía, es que se cumplía una de las expectativas de nuestro viaje. Torres. Una magnifica ciudad del sur de Brasil y el Guarita Park Hotel, son los responsables de esta actividad. Le hicimos tanta fama los que estuvimos el año anterior, que despertamos la curiosidad en todos. Esta movida era acompañada por la salida apurada y gentil del personal del Guarita Park Hotel, que amablemente nos ofrecía su ayuda.
Me parece una escena repetida, es que el año pasado ocurrió igual. Seguramente esto de desesperarse por atendernos tan amablemente, debe ser una buena costumbre. Ingresamos al Hotel y en el lobby el ruido era de magnitud, mucha algarabía. Un zumbido o algo parecido nos envolvían. Me costaba distinguirlo, pero había algo que sobresalía a los altisonantes tonos y era una apagada “Z”… el ceceo. Era importante y nos rodeaba. Cada vez más fuerte esa”ZZZZZ” nos perseguía, sonidos muy rápidos al hablar, hablar y hablar, si era emitida por una mujer… sonaba a castañuelas.
Todo el mundo se preguntaba sobre ese extraño murmullo. Es que estábamos rodeados por una importante delegación española, ellos eran los productores de ese sonido. También, Ecuatorianos, Republica Dominicana, argentinos, Chilenos, uruguayos etc., un crisol de nacionalidades, ya no me quedan dudas esta es una reunión de “Visión” (Asociación Internacional de Periodistas y Escritores Latinos de Turismo) que había tomado por asalto al… Guarita Park Hotel. Este a su vez nos recibía muy amablemente, era una operación corazón a corazón. Sigilosamente cada uno hacia el check inn y partía a su habitación para acomodarse y aprovechar el tiempo libre hasta el almuerzo.
Cuando me acercaba al Restaurante lo hacía por el camino más largo, rodeando la pileta, un camino que se me hizo costumbre, porque era el más lindo. Un entorno muy cuidado rodeado de plantas exóticas y el sol de Brasil que no te perdona, se te mete hasta los últimos poros. De paso con el rabillo del ojo realizaba una recorrida gentil, en busca de algún cuerpito femenino que fuese merecedor de unas fotografías. Esos cuerpos que detestan la tela que se atreva cubrirlo, luego me entere que todos teníamos esta persecución profesional por la fotografía. Mi proximidad ya me permitía escuchar el clásico ruido de platos y cubiertos, sonido que me alertaban que el Periodismo estaba ansioso y no de noticias, cada uno quería disfrutar a pleno las manjares preparados por los “Chefs” de este maravilloso Guarita Park Hotel.
Allí pusimos todo nuestros esfuerzos y los bocados suplantaron a las palabras, pásame el pan, toma un cuchillo, esto está muy bueno, llama al mozo, el tráfico de palabras de apariencia vulgar, era mezquino solo cubría lo necesario para que el “Bon appétit” se saciara. Poco a poco se fue silenciando el tintineo de vajillas. Éste sonido fue acallado por las risotadas, producto del vino y el estómago lleno, marcaba el fin del movimiento de mandíbulas y daba lugar a lo social, todos ya teníamos ganas de charlas. Las anécdotas y los buenos recuerdos llenaban todo el ámbito del hotel. Festejemos que” Baco” almorzó con nosotros y Bienvenido. A partir de este momento solemnemente lo declaramos “Ciudadano Ilustre”.
Así comenzaron, tal como nos tiene acostumbrados Visión, las Jornadas que culminarían con el Seminario de “Inseguridad en el Turismo”, tema apasionante que nos tiene preocupados a todos los periodistas de esta especialidad. La sobremesa se hizo larga y distendida, pero pronto interrumpimos nuestros cabezazos que se querían convertir en siesta, nuestro querido Presidente que a nadie quiere ver en paz, nos había organizado un viaje en barco hacia una isla con lobos marinos. Allí fuimos con las cámaras fotográficas preparadas para fijar las mejores imágenes ayudados por la tecnología. Torres desde el mar realmente fue una experiencia más que interesante. Luego un pequeño recorrido callejero con sus clásicas subidas y bajadas que hacen a esta ciudad tan particular.
Nuevamente en el Guarita Park Hotel, su personal tan gentil nos recibe como si fuera la última vez, da gusto volver. Rápidamente intentamos escabullirnos a las habitaciones, sospechábamos que un ratito podíamos dormir la siesta, cuando nuevamente el Don Julio Debali nuestro querido Presidente, escabullidor de vasta experiencia dijo: Los espero a las 19 hs. Se hace una reunión informal de Visión. Nueva frustración para el descanso…. Allí estuvimos. La algarabía era total, nos encontrábamos con algunos Periodistas que recién llegaban, otros que hacía tiempo que no los veíamos porque nuestros viajes no coincidían y otros de nuevos países que se incorporaban a nuestra Asociación.
Una vez terminada la seriedad y solemnidad de estos actos. Un poco más distendidos comenzaban nuestras chanzas habituales. No sorprendía verles las caras a los nuevos, estos no salían de su asombro de nuestra camaradería. La cena. Importante, abundante y en la sobremesa, habanos, tragos e ilusiones de futuros viajes. Es maravilloso ese momento, se entrecruzan los caminos, rutas aéreas, climas, olores y sabores, de todo el mundo. La competencia es de kilómetros. Las anécdotas se suceden hasta que nos va ganando el cansancio. Poco a poco se iba apagando nuestro primer día en Torres. La noche, el silencio y el sueño reparador nos abrazaban y envolvía como a pequeños en busca de un regazo tibio. Guarita cobíjame.
Amanecía y ya estaba preparando mi cámara fotográfica, quería ser el primero en el salón comedor para fotografiar el desayuno, el famoso desayuno brasileño, por lo menos para mi país. Brasil, los inventores de la abundancia mañanera. Mis amigos ya no preguntan si el Hotel es lindo o bien ubicado. La pregunta es. ¿Y el desayuno? ¿Qué tal? Contame. Contame. Y te solicitan un detalle pormenorizado de la calidad, abundancia y variedad de esta orgia mañanera.
¡Café da manha ¡ Si esto no es así, no estás en Brasil ¡ Melancia, mango, melao, plátano, ensaladas de frutas, abacaxi, una variedad infernal. Diría Emma, mi nieta: ¡Esta es la Fiesta de las frutas, Lolo¡…. A esto súmale, Jogos de fruta, fiambres, quesos, panes de distintas harinas y texturas, con manteiga, huevos revueltos, omelettes, achocolatada, natas y lo dulce… dulce: tartas de manzana, strudel, empanaditas, medias lunas, muffins, budines, vainillas, scones, manjar blanco (torta de coco) y bizcochuelos. Que disfrute. Por favor…