Por: Pablo Adriano
La vida te sorprende. Si hay algo de lo que estoy seguro es que una de las más grandes sorpresas de mi vida es la pasión por correr. Tener algo guardado mucho tiempo, que de repente se despierte y sientas como si siempre hubiese sido parte de tu vida no es ni más ni menos que un gran amor.
Después de un inicio de año agitado, después de muchas alegrías y un par de sustos, pensé que el 2014 no iba a ser el año precisamente para correr. El 2013 lo terminé cansado, lesionado y con una ambición desmedida por competir, tener mejores marcas y llegar delante de cualquiera que se me cruzara en el camino. Una cosa te lleva a la otra y en el verano, fuera del país, descubrí que correr también se trata de manejar nuestro ánimo.
Ayer los 21K de Nike fueron especiales. Más allá de los bombos y platillos, del desembarco de este clásico internacional en nuestro país, y de formar parte de una de esas carreras que ‘quedan en la historia’, sentí haberle encontrado la vuelta al asunto. Irresponsablemente no me preparé. 24hs. antes no estaba seguro de correr o no, ni siquiera hice un post al respecto. Intercambié algunos mensajes con mi entrenador y encontré aliento, y por sobre todas las cosas esa sensación esperanzadora de que de una u otra forma lo disfrutaría.
Y así fue, más de 10.000 corredores copamos las calles de Buenos Aires. A lo largo del camino me encontré con amigos, de la vida y del running. Dani Campomenosi, Carlita Czudnowsky (mi musa runner), mis compañeros – los Locos X Correr – y más. Esta fue una de las pocas veces en las que no miré el reloj, y no traté de manera egoísta de calcular si llegaba antes o después que tal o cual. El running puede curarnos, puede hacernos más felices, pero como todo en esta vida si lo tomamos de manera irresponsable puede hacernos mal. Ése es el momento en el que debemos parar, barajar y dar de nuevo.
En la última reunión de producción de Locos X Correr nuestro team leader Lucho Mayorga nos invitó a dejar un mensaje en la pizarra de la radio, y dejé escrita una frase – robada – que me encanta – por más ‘hueca’ que suene, si la rastrean.
‘Así como el día sigue a la noche, cada final anuncia un nuevo comienzo’. Y este fue el mío!
Nos vemos en las pistas, a correr…