Por: Juan Chiramberro
Pensá en todo lo que hiciste en estos últimos seis meses. En las decisiones que tomaste, en si cambiaste de trabajo, en si te dejó tu pareja, en si te enamoraste, en si concretaste hacer un viaje. Pensá, sólo un momento, en las veces que visitaste a tus amigos, en las que tuviste un cumpleaños, en las que te sentaste a mirar televisión. Pensá en todas las veces que fuiste al baño. Pensá en todas las veces que tomaste un café con leche. Pensá, sólo un momento, en todas las horas que te pasaste frente a la computadora en los últimos seis meses. Pensá, también, en todas las palabras que dijiste, en todas las palabras que no te salieron decir. Pensá en todas las cosas que te compraste, en los colectivos en los que te subiste, en las películas que miraste. Pensá en cada paso que diste, en cada hora de sueño, pensá, sólo un momento, en cada vez que respiraste.
Acá, en La Plata, en los últimos seis meses, miles de personas sólo pensaron en una cosa: en la inundación.
Acá, todavía, hay personas que lloran cuando llueve, hay personas que lloran a otras personas que fueron arrastradas por una corriente de agua marrón en las propias calles en las que se sentaban a tomar mate.
Acá, en La Plata, todavía hay personas que tienen las paredes de sus casas húmedas, pintadas a manchones con hidrocarburo.
Acá, hay personas que no pueden dormir si la canilla gotea, hay personas que ya no sueñan con ir de vacaciones a la playa, que ya no quieren comer tortas fritas cuando el invierno se hace crudo.
Acá, en La Plata, hay personas que aprendieron a ser bomberos, carpinteros, albañiles, porque las urgencias así lo demandaron, y porque todavía se siguen socorriendo a los vecinos, se siguen arreglando muebles y se siguen poniendo ladrillos para levantar las paredes que se cayeron.
Estas imágenes fueron recopiladas, en un informe, por un Canal de Noticias que tiene sus estudios en La Plata: