Por: Juan Chiramberro
Se cumplen, este miércoles, 32 años del conflicto bélico más importante de nuestro país durante todo el Siglo XX. La Guerra de Malvinas quedó en la historia como el último esfuerzo de la dictadura por mantener su poder, intentando legitimar su posición, alentando a los movimientos patrióticos y al sentimiento nacionalista.
Si hay algo que conceptualizó a Malvinas fue precisamente una contradicción, un estado de choque entre las grandes demandas históricas que tenía (y tiene) el pueblo argentino sobre esas tierras del sur, y el apoyo moral de gran parte de la sociedad (no toda) al accionar de un grupo de militares, al mando de Leopoldo Galtieri, que llevó a los pibes, a toda una generación de pibes, a las trincheras de la muerte. Fue contradicción porque el reclamo era justo, y lo sigue siendo, pero los métodos no lo fueron, y nunca los serán.
El 2 de Abril de 1982 parecía un día festivo en nuestro país. El desembarco de los “soldados” argentinos en Puerto Stanley iba a ser aclamado por una sociedad a la cual, desde hacía más de 6 años, se le venía ocultando todo. Por un momento, la conciencia colectiva pareció olvidarse de las denuncias por los desaparecidos, de los jueves en la Plaza de Mayo, de Videla, de los muertos y de una crisis económica que estaba por explotar. Fue solo un momento, como el gol de Kempes en el Mundial ´78, pero esta vez duró hasta el 14 de junio, cuando cesaron las hostilidades entre Argentina y el Reino Unido, y se capitalizó la denuncia de la farsa. Entonces, 649 familias entendieron que iban a tener que convivir con una silla vacía en la mesa, y el resto de los argentinos entendió que, una vez más, había sido impulsado a reaccionar con violencia sin reparar en sus resultados.
El 2 de abril genera sentimientos encontrados porque toca una de las arterias más sensibles de la historia argentina. Es combinación de tristezas, de emociones ligadas a lo patriótico, de culpas sociales, de autocríticas, de pedidos de justicia y de resentimientos históricos. Es, el 2 de abril, una fecha que merece ser repasada con reflexión y con lectura crítica de la historia, porque si hay algo que no debe ser Malvinas es un “feriado”, porque el “feriado” está ligado a lo festivo y, el 2 de abril, no hay nada que festejar.
Homenajes en La Plata
En la ciudad de las diagonales se realizarán varias actividades para rendir homenaje a los caídos en Malvinas. Uno de esos actos estará encabezado por la Casa del Ex Soldado Combatiente, que formalizará, este martes, una vigilia en la Plaza Islas Malvinas, ubicada en 19 y 51, bajo el lema: “Por Nuestros Únicos Héroes”.
En ese espacio se realizarán diferentes exposiciones artísticas durante toda la jornada y a las 00 horas se presentará un coro para interpretar el Himno Nacional.