Por: Diego Diment
Un lugar en el cual se puede apreciar la diversidad étnica de California es la liga de fútbol en la que participo, Pasadena Adult Soccer League.
Allí nos congregamos jugadores provenientes de los más distantes rincones del planeta y de todos los ámbitos socioeconómicos.
Los encuentros se desarrollan en distintos campos de juego esparcidos por la ciudad de Pasadena, al noreste de Los Angeles. Una ciudad muy pintoresca, conocida por su particular architectura y el Desfile de las Rosas, que se realiza todos los primero de enero.
Regresemos al fútbol. Pareciera ser que los hombres ,al llegar a los 40 años, deben demostrar que la decadencia física todavía no ha comenzado, y por ende, deben embarcarse en actividades físicas que tarde o temprano nos dejarán aquí.
He tenido la fortuna de no haber visitado ese lugar todavía.
Mi primer equipo, llamado Colorado FC, en nombre de la calle principal de Pasadena, estaba integrado por diversas etnias : Mexicanos, argentinos, norteamericanos, armenios e ingleses. Desde maestros de escuela primaria, hasta un ejecutivo importante de un estudio de cine, quién se cambio el nombre en la liga para no ser identificado.
Al oeste de Pasadena se encuentra la ciudad de Glendale, la ciudad con más armenios fuera de su país de origen.
Este primer equipo, luego de una larga racha de derrotas y deserciones, vió el final de sus días. Huérfano de escuadra, fui adoptado por los Bengals, que está compuesto en su mayoría por ingenieros aeroespaciales y astrofísicos que trabajan en el vecino laboratorio JPL, perteneciente a la NASA. Demás está decir que mi autoestima intelectual ha decrecido enormemente desde que frecuento a este grupo de doctores en física.
Pero, por suerte, estamos ganando algunos partidos.