Por: Inma Serrano Esparza
Rio de Janeiro tiene 1,2 millones de metros cuadrados de mosaico o empedrado portugués, conocido como pedra portuguesa por los cariocas. Es una muestra de la influencia lusa en la identidad urbanística de la ciudad. Algunos de estos empedrados son todo un símbolo de Rio, como el de Copacabana o el de Ipanema (foto). Los encargados de mantener y conservar estos mosaicos son los empedradores (calceterios) y maestros empedradores (mestres calceteiros), 80 artesanos que trabajan para la Municipalidad y que han sido formados en este arte milenario por maestros portugueses venidos desde Lisboa a lo largo de los años. Las piedras proceden de varios lugares de Brasil, especialmente de Paraná y Minas Gerais, y le cuestan al estado más de 200.000 reales al año.