Por: Inma Serrano Esparza
La siesta es un invento español, así que por el ADN que me toca soy una firme defensora de la cabezadita después de comer. Ahora bien, la siesta del carioca le pasa el trapo a la siesta del andaluz a la fresca del Guadalquivir, a la del mexicano bajo su sombrero charro o a la del santiagueño más dormilón. Una carioca me dijo una vez que el sueño preferido de los cariocas es soñar que están durmiendo 0_0 Así que imagino que por eso no es raro encontrar gente que se echa una siestecita en horas de trabajo. En la calle. Bien visibles. Mis preferidos son los trabajadores de la municipalidad que, puntualmente, cada mediodía caen desfallecidos estén donde estén, en una obra en construcción o en un edificio histórico. Se nota que se les viene encima un Mundial y unas Olimpiadas…