Por: Inma Serrano Esparza
Muchos no lo saben, pero desde enero de 2000 no es ilegal hacer topless en Rio. Hasta ese momento, si te atrevías a hacerlo y tenías la mala suerte de que un policia te viera o algún bañista te denunciara, te llevaban a la comisaría más cercana y te procesaban en base al Artículo 233 del Código Penal (original del año 1940), por práctica de “acto obsceno en lugar público”. Es tan sorprendente que en 1940 tuvieran que sacar una ley anti-topless como que dicha norma se mantuviera tantos años en vigor.
Aunque ya desde los años 70 las cariocas venían amenzando con sacarse el corpiño, la causante de esa ruptura moral fue Rosimere da Costa, cuya detención en enero de 2000 en Praia Reserva por hacer topless generó tantas protestas que el gobierno de Rio publicó en el Diário Oficial do Estado do Rio de Janeiro un documento por el que se ordenaba a la Polícia Militar a no reprimir a las bañistas que practicasen topless.
Rosimere da Costa detenida en una comisaría (Foto: Zeca Fonseca). Días después hombres se pondrían bikinis como protesta contra su arresto (Foto: André Arruda).
En el imaginario colectivo carioca se sigue pensando que hacer topless realmente está prohibido y penado por la ley, así me lo dijeron cuando llegué. Trece años después de hacerse legal la práctica, la policía ya no detiene pero sigue reprendiendo a las pocas turistas que por desconocimiento del tabú social se atreven a hacerlo. Una vez me acerqué a dos inglesas que estaban absorbiendo el sol carioca por todos los poros de su torso para advertirles de que esos 35 cariocas que estaban parados observándolas desde la orla con prismáticos y catalejos no estaban acostumbrados a ver chicas en topless – de ahí su actitud de “perro ensalivando con huesito” – y que corrían el riesgo de que las viera algún policía y las multara. Aún se deben estar preguntando por qué no se puede hacer topless pero sí mostrar el bumbum hasta límites insospechados como lo hacen muchas locales.
Ana Rios, una carioca de 23 años, ha tenido la iniciativa de crear el Toplessaço o topless colectivo. Aunque la idea se le ocurrió hace unos meses – mientras hacía la “Marcha de las putas”, donde pudo comprobar las miradas despectivas de los viandantes hacia las manifestantes en topless – sólo se decidió a lanzar el evento después de que la actriz Cristina Flores fuera obligada a vestirse en Arpoador a principios de noviembre pasado. Mientras posaba para unas fotos promocionales de su obra de teatro, un policía militar se acercó, la acusó de estar cometiendo un “atentado contra el pudor público” y la obligó a ponerse la blusa.
La actriz Cristina Flores siendo reprendida por un policía militar. (Foto: Maria Flor). Este hecho animó a Ana Rios y a su amiga Bruna Oliveira a convocar el Toplessaço (Foto: José Pedro Monteiro)
Creado hace unos días en Facebook, el Toplessaço ya tiene más de 6000 participantes que han asegurado su presencia el 21 de diciembre en la playa de Ipanema. Las organizadoras pretenden que sea algo espontáneo y simple, para que la gente vaya naturalizándolo, pero les preocupa cómo va a reaccionar la policía. Insisten en que es un acto individual, organizado colectivamente. Les encantaría que algunos hombres se pusieran bikini como apoyo, igual que ocurrió en la protesta del año 2000.
Les dejo un video sobre el topless en Rio en los años 80 que no tiene desperdicio: